Lancia Ypsilon (2011) | Impresiones del interior
El Ypsilon tiene un habitáculo amplio dadas sus dimensiones interiores. Cuatro adultos podrán viajar relativamente cómodos, siempre que los que se coloquen en las plazas delanteras no retrasen mucho las banquetas de sus asientos ya que, en ese caso, el espacio para las piernas de los pasajeros posteriores es escaso.
La anchura en la fila trasera para dos ocupantes es suficiente. E insuficiente para acomodarse tres. La persona que se siente en el centro de esa fila no estará a gusto porque irá más alta que las otras dos y tendrá menos espacio para los pies, además de que tendrá que sentarse en la unión de las dos partes de la banqueta posterior. La altura, tanto en las plazas delanteras como traseras, es escasa para personas de más de 1,80 metros de estatura, especialmente con el techo solar opcional.
Los asientos delanteros son cómodos y no dan mucha sujeción lateral. El mullido es algo blando, pero no supone que el cuerpo se hunda como sí ocurre en otros asientos con un relleno poco consistente. Personas de muy diferentes tallas podrán encontrar una cómoda posición de conducción gracias a los reglajes del asiento y el volante, aunque se echa de menos que este último tenga regulación en profundidad.
El interior del Ypsilon está recubierto con materiales de distintas calidades. Unos son buenos, como el de tacto blando y agradable que va de un lado a otro del salpicadero, a media altura. Otros, como los de la parte alta del salpicadero o los paneles de las puertas, son de una calidad normal. En general, los de un Volkswagen Polo, por ejemplo, son algo mejores. Hay ciertos mandos comunes con el Fiat Punto Evo, como los de la columna de la dirección o los elevalunas, además del volante. Tienen buen tacto, pero no tan bueno como los de un Audi A1, un MINI o un Volkswagen Polo.
El cuadro de instrumentos está ubicado en el centro del salpicadero, en su parte alta. Los indicadores principales son de buen tamaño. No sucede lo mismo con la información que da el ordenador de viaje: los caracteres pueden resultar algo pequeños para determinados conductores. La ubicación de la instrumentación me parece menos práctica que otras que van situadas tras el volante porque requiere que se desvíe la vista de la calzada en mayor medida.
Hay pocos huecos para dejar objetos repartidos por el habitáculo, y los que hay no son de gran tamaño. Es posible depositar lo que normalmente se lleva encima, como unas llaves o un teléfono móvil, en un pequeño receptáculo que hay bajo la palanca de cambios —esta va ubicada en una posición elevada y es muy cómoda de manejar— o en los pequeños huecos que hay en la parte baja de los paneles de las puertas. También hay algo de espacio junto a la palanca del freno de estacionamiento, aunque es estrecho.
El maletero tiene 245 litros de capacidad. Son 30 litros más que la versión de tres puertas —que corresponde al Ypsilon de 2006 y que se comercializará hasta 2012— y un volumen normal para la longitud de la carrocería (listado ordenado por tamaño del maletero). La capacidad de carga se puede ampliar reclinando los respaldos de los asientos posteriores —Lancia no ha especificado cuál es el volumen de carga en ese caso—.
Únicamente hay un gancho para colgar bolsas y se echa en falta argollas para poder sujetar una red o unas cinchas elásticas con las que asegurar la carga en caso necesario.
Hay ciertos detalles de acabado mejorables, como que el tirador interior del portón del maletero sea una cinta textil poco consistente, que la cerradura del portón no esté recubierta por una pieza de plástico, que la bandeja de sensación de poca resistencia o que el tapizado del piso no quede bien ajustado y haya un pequeño hueco por el que se pueden colar ciertos objetos de pequeñas dimensiones e ir a parar al espacio destinado a la rueda de repuesto o el equipo de reparación de pinchazos. En esta zona hay sitio para dejar elementos útiles como una linterna o un juego de lámparas, especialmente si lleva el conjunto para arreglar pinchazos.