Lancia Ypsilon 1.3 JTD DFN (2004) | Un acabado con muy buen aspecto pero poco funcional
El interior está realizado con materiales que causan muy buena sensación visual y táctil.
El salpicadero y los paneles de las puertas están hechos con un plástico duro y acabado rugoso de buena apariencia, la parte central del salpicadero (que recorre el ancho del coche) y parte de las puertas están recubiertos de terciopelo. Opcionalmente se puede poner Alcantara (505 €).
El volante resulta agradable al tacto aunque es de plástico, y las diversas palancas y pulsadores también trasmiten sensación de calidad al accionarlos, en particular los que activan la luz interior y de lectura (los mismos que lleva el Stilo).
Como ya dijo mi compañero Enrique en la prueba del 1.4 l, al Ypsilon le faltan lugares donde dejar objetos.
Los que hay son cuatro: la parte superior del salpicadero, sin superficie antideslizante; las bolsas rígidas de las puertas, que están colocadas muy bajas, son pequeñas y estrechas; un hueco trás la palanca de cambios con una superficie curva y lisa que resulta muy deslizante; y los dos huecos porta latas que hay detrás de la palanca del freno de mano.
El cuadro de mandos, colocado en el centro, tiene indicador de combustible y de temperatura del agua, además del velocímetro y del cuentavueltas. También se encuentra ahí la pantalla que muestra la información del ordenador, la temperatura exterior o la hora.
Sobre el puesto de conducción reproduzco los comentarios que hizo Enrique en la prueba del Ypsilon 1.4 16v. El puesto de conducción es elevado, las piernas van muy flexionadas y el asiento sujeta poco lateralmente. Creo que un apoyo lateral bueno en un coche con una posición de conducción así de elevada es muy importante, independientemente del uso que se le vaya a dar. El apoyo para el pie izquierdo queda muy cerca. La sensación de espacio en las plazas delanteras es grande porque el techo y el parabrisas quedan muy lejos. “
Aunque es más largo, ancho y alto que un Toyota Yaris, sus dimensiones interiores son similares, sobretodo en las plazas traseras. En cambio, las delanteras me parecen más cómodas en el modelo italiano por la posición al volante –que en el Yaris queda lejos– y porque tienen un mayor recorrido longitudinal.
El acabado Argento incluye airbags frontales y de cortina (los laterales delanteros son opcionales), ABS, aire acondicionado, cierre centralizado (con dos botones distintos, uno para abrir y otro para cerrar, y un led en la parte superior del tapizado de la puerta que indica cuando está el cierre puesto), elevalunas eléctricos delanteros (sin función de un sólo toque) y llantas de acero de 14" con neumáticos 185/65R14.El asiento posterior es regulable longitudinalmente (10 cm) y en inclinación del respaldo; en ambos casos, los mandos se encuentran en la parte delantera inferior de la banqueta, un lugar que me ha resultado cómodo de accionar. En la posición más retrasada el volumen del maletero es 215 litros, en la más adelantada el volumen crece hasta 295 litros pero se inutilizan las plazas traseras porque no hay espacio para las piernas de los ocupantes.
También lleva un ordenador que indica autonomía, consumo medio, consumo instantáneo, velocidad media, distancia recorrida y tiempo de viaje (dispone de dos contadores parciales para distancia, velocidad y consumo medio). El paso de una información a otra es algo lento, puesto que antes de aparecer el dato se visualiza un mensaje de texto durante un tiempo indicando que medición es la que va a aparecer.
Nuestra unidad tenía las siguientes opciones: Radio-CD (336 €), rueda de repuesto de emergencia (50 €), cinco plazas (126 €, de serie lleva cuatro), la pintura metalizada (265 €) y las llantas de aleación de 15" (357 €) con unos neumáticos 195/55R15 (en nuestro caso unos Continental Premium Contact).