Lancia Nea prototipo (2000) | Información general
Lancia expone en el Salón de París un prototipo de tamaño compacto (4,10 m de largo) que anticipa varias soluciones (técnicas y estéticas) que se utilizarán en los próximos modelos de la marca, en especial, en el sustituto del Lancia Delta.
Este modelo aparece con un aspecto muy futurista y proporciones semejantes a un monovolumen; el capo, el habitáculo y el maletero se unen en un único conjunto. Dispone sólo de dos puertas, pero son muy amplias para permitir el acceso a las plazas posteriores.
El frontal es una evolución de la imagen característica de Lancia y sin entradas de aire. Los faros delanteros se extienden por encima de las aletas delanteras, hasta casi los montantes del parabrisas. La parte trasera está dominada por una luna muy grande, que llega casi hasta la parte inferior de la carrocería. Tiene oscurecida la zona más baja, y las luces se agrupan a su alrededor, formando una línea curva, como un "labio". El techo también es de cristal oscurecido.
El sistema de apertura del coche cuenta con una tarjeta electrónica (Smart-Card) similar a la que monta Renault en su nuevo Laguna. Cuando el coche está cerrado, los cristales (electrocrómicos, cambian de estado por electricidad) están oscurecidos. Cuando el poseedor de la tarjeta se acerca al coche, los cristales se vuelven transparentes, el interior se ilumina, y se puede abrir con un toque de la mano en el montante de la puerta. El asiento se gira para permitir al conductor sentarse cómodamente, y a continuación, se ajustan todo en función de sus gustos: respaldo, volante, temperatura y configuración de controles e instrumentación. El arranque del motor se efectúa tocando la pantalla multifunción interior.
Se pueden activar con la voz elementos como el aparato de DVD, el equipo de música con CD, el ordenador portátil ó el teléfono integrado, las luces o el parabrisas. La pantalla multifunción ocupa todo el espacio normalmente destinado al salpicadero y agrupa un buen número de dispositivos electrónicos. Además de arrancar, sirve para mostrar dos tipos de instrumentación, bien todos los indicadores habituales o bien sólo la velocidad y la marcha seleccionada. Otros dispositivos que lleva el coche son la pantalla del navegador (cuyos datos se obtienen vía módem a través de un servidor), teléfono, ordenador portátil con conexión a Internet, telediagnosis (para comprobar posibles averías en el coche) y equipo de música, con formato MP3, que consta de un equipo Bose con 19 altavoces.
Con estos sistemas es posible, por ejemplo, telefonear al coche para que indique su posición (útil en caso de robo o de pérdida) o para que se ajuste al uso que le vamos a dar (número de pasajeros, temperatura interior, etc). Si se ha perdido la tarjeta, se puede abrir el coche por teléfono con un código, una función que ya tiene el Volvo S60.
Mediante la voz también se puede poner en marcha y parar todos los sistemas con que cuenta el coche: la iluminación interior, el climatizador (independientemente para cada uno de los cuatro pasajeros), el teléfono, el navegador, etc. El limpiaparabrisas y las luces cuentan con sensor de lluvia y de luz exterior. Así, el coche ha reducido al mínimo los pulsadores, aunque se puede utilizar la pantalla táctil para activar las funciones.
El radar delantero, junto con el control de crucero y el sistema de mantenimiento de carril permiten ajustar la velocidad y la dirección del coche en función de las circunstancias del tráfico. En la práctica tenemos algo muy similar a un piloto automático que, incluso, permite circular en atascos sin intervención del conductor.
La dirección cuenta con un sistema de cuatro ruedas directrices. Para los casos de emergencia se activa la tracción total si es necesario, así como los frenos para impedir el choque y la dirección para evitar el obstáculo.
El coche, en el estado actual de prototipo, sólo actúa por su cuenta en pistas de pruebas, y sin que el conductor tenga sus manos sobre el volante. El automatismo total se conseguirá cuando todos los sistemas del coche estén manejados electrónicamente, algo que está en estudio. Con el radar delantero, seis radares laterales, una cámara en el frontal, dos cámaras en el techo, tres cámaras para la visión trasera y otra más para el aparcamiento, controlan todos los obstáculos que existen alrededor del coche (su posición y tamaño) y así se puede detectar cualquier situación de peligro y disponer el coche para reaccionar y evitar el accidente. Con esta información, el sistema puede enviar las órdenes precisas a frenos, motor o dirección
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