KTM X-Bow (2009) | Impresiones del interior
El KTM X-Bow es un coche matriculable que teóricamente se puede utilizar sin restricciones en la vida diaria. Es un coche que puede ir rápido y que acelera mucho, porque es potente y pesa poco, pero no es un coche para unas prisas. Especialmente con faldas.
Subir, o mejor entrar, o quizá ponerse encima, requiere su tiempo. En realidad casi no es subir, porque el coche es muy bajito. Tampoco entrar, porque es un coche muy abierto. Probablemente lo más adecuado sea ponerse encima primero y sentarse sobre él, después. Para ponerse encima, en los laterales hay unas repisas sobre las que se puede pisar “hasta un peso de 100 kg”, nos advirtieron. Pisar sobre la repisa y colocar el otro pie en el interior, directamente sobre el asiento, es la forma más fácil de llegar al puesto de conducción o al del copiloto. Opcionalmente el volante es extraíble, para dejar más espacio y facilitar el acceso.
Una vez colocados de pie sobre el asiento, sentarse es relativamente fácil, con pantalones o con mono de piloto, que es como lo probé yo. Con falda estrecha no me lo imagino. Hay dos apoyos laterales, en la consola central y en el borde exterior de la carrocería, para ayudar a descender el cuerpo con suavidad. Sin volante, hay mucho espacio para moverse y la maniobra es sencilla. Lo llamo asiento, porque lo es. Tiene una forma ligeramente anatómica para albergar a seres humanos sentados. No tiene ningún tipo de mullido, si bien, al menos en el circuito en el que lo he probado, no resulta incómodo ir sentado sobre una superficie dura.
El respaldo de los asientos sujeta poco lateralmente. Seguramente no sujeta nada, pero no pude comprobarlo, porque desde el primer instante fui muy bien sujeto con el cinturón de seguridad de cuatro puntos de anclaje. Fijar el cinturón con el casco en la cabeza es prácticamente imposible. Los ojos no llegan a ver el punto de enganche de los cinturones y habría que engancharlos a ciegas. No se me ocurrió probar sin el casco, pero supongo que la operación no es particularmente difícil. A mí me ayudaron a sujetarme, como hacen con todos los pilotos de monoplazas, y pedía que me apretaran muy fuerte, porque es fundamental no moverse nada al intentar conducir rápido cualquier coche. Aunque el asiento no sujetara nada lateralmente, un arnés de cuatro puntos, bien apretado, lo soluciona.
Antes de colocarse el cinturón, cuando no se recibe ayuda externa, debe regularse primero la distancia de los pedales. El asiento, o como deba llamarse, es fijo. Por tanto, es imprescindible acercar o alejar los pedales para acomodarlos a las diferentes estaturas. La palanca para liberarlos está en el suelo, al lado de la pierna derecha. El mecanismo funciona muy bien, con suavidad. Al liberar la fijación con la palanca, se acerca o aleja la fila de pedales con los talones. Los puntos de fijación están muy seguidos y no oí a ningún otro periodista quejarse de que no cabía o de que no llegaba bien a los pedales.
Para adecuar la posición del volante, es necesario liberar una fijación en la parte inferior de la columna de dirección, a la que resulta imposible llegar con los cinturones colocados y apretados. El volante tiene amplia regulación longitudinal. Verticalmente, el límite superior impide colocar el volante tan alto como a mí me gustaría. En cualquier caso, la posición para conducir es muy satisfactoria, al menos para personas de alrededor de 1,75 metros de altura.
Una vez atados y con todo en su sitio, hay que arrancar el motor, que tampoco es tarea rápida. La llave va colocada en la consola central, por delante del botón que hay que presionar para el arranque y por detrás de la palanca de cambios. Una vez colocada la llave, y con el pedal del freno y el embrague pisados, en teoría el motor debe ponerse en marcha. No siempre es así. No sé por qué motivo, en todos los coches, había que presionar varias veces en el botón del «start» antes de que el motor se pusiera en marcha. Cuando el motor de arranque se negaba a girar, había que resetear el menú (o algo parecido), darle al botón «mode» situado en el volante en varias ocasiones. Seguramente era desconocimiento mío y con el coche por la mano arrancarlo sea rápido y sencillo. Lo cierto es que cuando se conseguía que girara el motor de arranque, la ignición era inmediata.
El coche corre mucho, pero no es para unas prisas, como decía antes. Por mucho que corra, es difícil de recuperar el tiempo que se pierde en prepararse antes de ponerse en marcha.
Como teóricamente puede utilizarse para cada día, hay que tener claras sus limitaciones. No tiene techo de ningún tipo, por lo que, como las motos, la lluvia acompaña fielmente a quienes conducen el X-Bow. Se puede aparcar en la calle, como las motos. No tiene guantera para llevar documentación, por lo que conviene llevarla en una cartera que pueda llevarse si se deja aparcado sin vigilancia. El volante extraíble (opcional) sería fácil de robar en esas circunstancias. Es difícil de saber para qué podría servirle a alguien ese volante, pero esa pregunta siempre es posterior para quienes sustraen.
Tampoco parece un coche adecuado para subirlo y bajarlo de bordillos o en rampas de garaje.