Jeep Renegade (2019) | Impresiones de conducción

13/06/2018 |Pablo David González (@PD_Gonzalez)

El texto que sigue lo publicamos cuando Jeep lanzó la gama 2019 del Renegade y, por lo tanto, hace referencia a los motores disponibles en ese momento:

«Las vibraciones y el ruido que produce el motor de gasolina de 120 CV llegan muy atenuados al habitáculo. A este respecto, es un motor de tres cilindros con un funcionamiento agradable. El inconveniente más importante que le hemos encontrado tras la breve prueba de conducción en la jornada de presentación, ha sido su escasa fuerza de aceleración. Puede que esta sea suficiente para aquellas personas que circulen con mucha tranquilidad, sin apenas carga, que vayan a utilizar el coche por ciudad o que vayan a transitar por carreteras poco exigentes por su relieve. No creemos, en cambio, que sea un motor aconsejable para quien quiera viajar por autopista y mantener una media de velocidad elevada o para los que pretendan hacer adelantamientos rápidos y en poco espacio en carreteras con un carril por sentido. Tampoco para los que vayan a utilizar el coche con mucha carga de equipaje o personas. 

El motor de 1,3 litros y 150 CV, sin ser un derroche de aceleración, se nota mucho más resuelto, más enérgico en toda circunstancia y creemos que es una opción más aconsejable. La potencia extra es perceptible desde baja velocidad, pero se hace especialmente patente en autopista, porque le cuesta mucho menos mantener la velocidad ante subidas y, sobre todo, incrementarla. Vibra muy poco y su sonido a altas revoluciones es más armónico que el de 120 CV.

El consumo de ambos motores nos parece, a priori, alto, aunque los datos que vamos a citar a continuación han de tomarse con mucha cautela. En varios momentos de la prueba de conducción hemos acelerado a fondo sin ningún otro propósito que comprender la respuesta del motor, si bien la mayor parte del trayecto lo hemos completado con una conducción normal. En cualquier caso, con el de 120 CV la media de consumo se quedó en 8,5 l/100 km y con el de 150 CV en 10,2 l/100 km (siempre según el ordenador de consumo). Daremos cifras más fiables cuando podamos probarlos con mayor detenimiento.

El manejo del cambio manual de seis relaciones exige poco esfuerzo: el pedal del embrague se acciona con poca fuerza y los movimientos que hay que hacer con la palanca se notan precisos y suaves. El cambio automático de doble embrague (DDCT) lo hemos probado muy poco y por carreteras sencillas de segundo orden y autopista. Su funcionamiento nos ha parecido bueno por suavidad y rapidez.

Jeep no ha hecho cambios importantes en la suspensión (la ha ajustado muy ligeramente para adaptarla al peso de los nuevos motores de gasolina), no ha añadido más material aislante y no ha introducido ninguna modificación que afecte a la dinámica de conducción. El Jeep Renegade, por tanto, continúa siendo un coche fácil de conducir, confortable de suspensión y ruidoso a alta velocidad debido a la forma de la carrocería (el ruido de origen aerodinámico a velocidades altas es elevado). Si se excluye todo lo relativo a los motores de gasolina, las impresiones de conducción del Renegade 2015 son aplicables al Renegade 2019.

Hemos frenado a fondo desde 130 km/h hasta la detención con un Renegade 1.3 de 150 CV y cambio DDCT. Lo hemos hecho para comprobar si sus reacciones pudieran acercarse a las que observamos en dos unidades de Renegade 2015, cuyas ruedas traseras se despegaron del suelo al hacer esta prueba de frenada (más información y vídeo). En esta ocasión, todo ha sucedido dentro de lo correcto: el frontal se hunde en la deceleración, pero no tanto como en los dos Renegade 2015, y el eje trasero no da sensación de flotación».