Infiniti Q30 5 puertas (2016) | Impresiones de interior
A pesar de su altura, el Q30 no es un coche recomendable si lo que se busca es entrar y salir de él con facilidad porque la banqueta de los asientos está baja. Eso supone que para sentarse haya que dejarse caer sobre ellos y que para salir haya que hacer cierto esfuerzo. Seguramente el QX30 sí sea un modelo adecuado en este sentido.
Las cotas de habitabilidad que hemos medido son similares a las del Mercedes-Benz Clase A. Es decir, no es de los mejores pero tampoco falta sitio para pasajeros de talla media. Los conductores que sean de estatura elevada tendrán problemas si el coche está equipado con el techo de cristal (se pierden seis valiosos centímetros) y también les molestará el pilar delantero y la caída del techo a la hora de ver en algunos giros.
La visibilidad en tres cuartos traseros es mala para cualquier conductor, lo que dificulta algunas incorporaciones en las que hay que mirar en esa dirección. Las versiones de menor equipamiento no pueden llevar cámara de aparcamiento, algo que nos parece un fallo. No es un coche con un interior luminoso o que dé sensación de amplitud, pues hay poca superficie acristalada.
La posición al volante con cambio automático es mejor que con cambio manual. En el Q30 con cambio manual, las personas de poca estatura —o que se sientan cerca del volante—, notarán que la palanca les queda algo retrasada y obliga a forzar un poco el movimiento del hombro y del codo al meter las marchas pares. Con cambio de marchas automático, el conductor tiene más libertad para colocarse a su gusto respecto al volante y los pedales
Infiniti, al igual que hace Mercedes-Benz, ofrece dos tipos de asientos cuya diferencia más evidente está en que uno tiene los apoyacabezas integrados (imagen) y en el otro son independientes y regulables (imagen). Ambos me han parecido cómodos. Los asientos con los repocasabezas independientes son resbaladizos si van tapizados en cuero; nos han gustado más con el tapizado de tela.
A las plazas traseras se accede con facilidad. El marco de la puerta tiene una forma que no obliga a doblar mucho el cuello (es mejor que el Clase A en este sentido) y hay sitio suficiente entre el pilar central y la banqueta para pasar el pie. En estos asientos caben, sin pegar en el techo, pasajeros de alrededor de metro noventa de estatura; y sus piernas cabrán siempre que en las plazas delanteras viajen pasajeros de no más de 1,75 m. Estos pasajeros disponen de salidas de climatización en la consola, luces de lectura, una toma de corriente de 12 V y un par de lugares donde dejar cosas (la bolsa de la puerta y la red que hay en los respaldos de los asientos delanteros).
La información del sistema multimedia se maneja desde un mando giratorio y unos botones auxiliares que hay en la consola; o mediante la propia pantalla de siete pulgadas, que es táctil. También hay funciones que se pueden utilizar mediante órdenes de voz.
Tras ese mando giratorio hay un pequeño apoyabrazos que, a varias personas de la redacción, nos molestaba al utilizar la palanca de cambios.
Infiniti usa plásticos blandos en la parte superior del salpicadero y en las cuatro puertas. Hay cuero en el salpicadero o las puertas, en zonas que quedan al alcance de la vista y de las manos. El tapizado del techo y de los pilares es mejor del que se suele encontrar en coches de este tipo (y en las versiones más equipadas es de un material similar al terciopelo). No he apreciado ruidos debidos a piezas mal encajadas al circular por zonas adoquinadas (sobre esta superficie el Q30 transmite sensación de solidez).
El maletero tiene 368 litros de capacidad, que es prácticamente el mismo volumen que tiene un BMW Serie 1 5p y algo más que el de un Mercedes-Benz Clase A (341 litros). Un Volkswagen Golf o un Audi A3 Sportback tienen un poco más (380 litros en ambos casos). Los respaldos de los asientos traseros se abaten en dos partes (imagen); también hay un trampilla que permite introducir objetos largos en el habitáculo sin perder las dos plazas traseras.