Hyundai Kona Eléctrico (2024) - Prueba | Impresiones de conducción
Hay algo del Hyundai Kona Eléctrico que me enerva mucho: los molestos y constates pitidos de los sistemas de ayuda a la conducción. En concreto, los del los sistemas de lectura de señales de tráfico, de atención del conductor y de mantenimiento de carril. Se activan automáticamente cada vez que se arranca el motor y mi ritual antes de ponerme a circular siempre fue acallarlos uno a uno tocando en diferentes puntos de la pantalla central. Quizás sean manías personales, pero en mi opinión, Hyundai debería encontrar una manera de, o bien hacer que estas alertas sean menos molestas, o bien, que se puedan desconectar con un único toque de botón.
Superado el trance inicial, el Kona Eléctrico me ha parecido una de las mejores alternativas de su segmento para aquellos que vayan a destinar el vehículo a un uso normal-tranquilo y familiar. Lo he probado con el motor de 218 CV, en especificación Tecno y con neumáticos Nexen NFera Primus EV (215/60 R17).
Como es característico de los motores eléctricos, el que mueve al Kona Eléctrico lo hace en ausencia de vibraciones, sin apenas producir ruido, con una respuesta inmediata y sin interrupciones en su entrega de par puesto que no hay caja de cambios. A estas cualidades se suman un pedal del acelerador y del freno bien graduados, que permiten dosificar con finura el empuje y la deceleración que deseamos en cada momento.
Tiene cuatro modos de conducción: Eco, Normal, Sport y Snow. Las diferencias entre ellos son notables, sobre todo en lo que se refiere al tacto del acelerador, que se vuelve cada vez más sensible según pasamos de Eco a Normal y de Normal a Sport. En Snow está suavizado, para controlar mejor el par cuando el asfalto está resbaladizo. En cualquier caso, si se pisa a fondo las prestaciones son idénticas.
De acuerdo con nuestras mediciones, el Kona Eléctrico de 218 CV requiere 4,2 segundos para pasar de 80 a 120 km/h. Mejora por poco el tiempo que logramos con un Kia e-Niro de 204 CV (4,5 s) y por mucho el que obtuvimos con un Honda e:Ny1 de también 204 CV (6,1 s). Para aquellos que quieran saber cómo queda con respecto a un modelo de combustión convencional, es igual de veloz que un Audi A7 Sportback 50 TDI de 286 CV. En definitiva, esta versión del Kona Eléctrico es rápida y será extraña la situación en la que echemos en falta más aceleración. Además de correr, consume poco, como relatamos en la sección de Consumo y recarga.
La frenada regenerativa se puede ajustar en multitud de niveles a través de las levas que hay tras el volante (imagen), desde un modo de cero retención (ideal para autopista) hasta otro que permite hacer una conducción de pedal único (función i-Pedal, recomendable para ciudad). Hay además un modo automático que también se puede regular para que sea más o menos agresivo en su funcionamiento.
El aislamiento acústico del habitáculo es notable y la suspensión es muy confortable, de las más cómodas del segmento. Digiere perfectamente bien baches de todo tipo y procura que los ocupantes no reciban golpes secos. Su faceta menos positiva se da cuando viajamos a alta velocidad, pues hace que el Kona Eléctrico en esas circunstancias no se perciba tan estable como, por ejemplo, un Peugeot e-2008 y un Volvo C40. Mi impresión es que a los amortiguadores les falta un punto de firmeza para controlar mejor la energía de los muelles. Esto provoca que, en autopista, yendo a 120-130 km/h, ante algunas ondulaciones el coche no se asiente en un único movimiento, sino que se mece muy ligeramente.
En ciudad y en maniobras a baja velocidad se agradece mucho la suavidad con que se mueve la dirección y, de nuevo, lo bien que la suspensión absorbe los baches (mejor que, por ejemplo, que el citado Peugeot e-2008). La posición de la palanca de la transmisión, detrás del volante (imagen), me parece muy acertada para cambiar con agilidad entre directa y reversa (D y R). La visibilidad desde el puesto de conducción es correcta. Aquellos que no quiera girar la cabeza a la hora de estacionar, pueden confiar en los sensores de ayuda al aparcamiento delanteros y traseros, que son de serie, y en la cámara posterior, que también es de serie y de una calidad correcta.
En carretera de curvas, el Kona Eléctrico no tiene reacciones ágiles ni que inviten a ir rápido. Como sucede en muchos eléctricos de tracción delantera con más de 200 caballos, las ruedas patinan notablemente cuando estamos tomando una curva y aceleramos a fondo. Si forzamos el ritmo, notaremos un vehículo propenso a subvirar y con unas ayudas electrónicas ansiosas por intervenir, si bien lo hacen con atino de cara a ayudar en el control de una situación de emergencia. La potencia de frenada es mediocre (120 a 0 km/h en 55,7 metros) y la resistencia al calentamiento es normal.
El programador de velocidad activo con mantenimiento de carril es fácil de activar y de ajustar mediante los botones que hay en el radio izquierdo del volante (imagen). El programador tiene función Stop&Go (si el coche de enfrente se detiene, nosotros también lo haremos y si este reanuda la marcha en un plazo máximo de unos 5 segundos, nuestro coche también lo hará sin necesidad de que toquemos ningún botón o pedal) y si ponemos el intermitente para adelantar a un vehículo que va más lento que nosotros, comienza a acelerar un poco antes de cambiarnos de carril para que la maniobra se ejecute con más agilidad.
El sistema de mantenimiento de carril es capaz de tomar curvas más cerradas que otros del estilo que he probado (no queda muy lejos de lo que hace Tesla), si bien hay algunos giros ante los que se muestra un tanto vacilante y conviene tomar el control para asegurar la trayectoria. En cualquier caso, la función del sistema no es conducir por sí mismo, sino tan solo asistir, por lo que el conductor no debería soltar las manos del volante. Este no tiene sensor capacitivo, pero basta con aplicar un pequeño par de giro para comunicar al vehículo que estamos vivos y alerta. Si no lo hacemos, dará comienzo un serial de alertas visuales y acústicas que, tras un minuto aproximadamente, terminará con la desconexión del sistema y, posiblemente, un accidente. Otros fabricantes, como Volkswagen, inician una frenada progresiva hasta la detención si el conductor no hace caso a los avisos.
Si los Kona con motor de combustión (con y sin hibridación) no sobresalen por su distancia libre al suelo (165 mm), el Kona Eléctrico aún menos: 151 mm. Es una altura que permite circular sin problema por caminos de tierra sencillos y abordar rampas de garaje sin temor a rozar los bajos, pero poco más. No hay un Kona Eléctrico con tracción total ni Hyundai tiene planes de comercializar algo de ese estilo.