Hyundai Kona Eléctrico (2018) | Impresiones del interior
El habitáculo del KONA Eléctrico es prácticamente idéntico al del resto de versiones de este modelo, pero sí tiene algunas diferencias. En ellas se va a centrar este apartado. Para leer un análisis más profundo sobre el habitáculo del KONA, lo mejor es leer estas otras Impresiones del interior.
Lo más distinto es la consola, que tiene un diseño específico. En el KONA Eléctrico cae mucho más cercana a la horizontal y hay dos motivos por los que esta configuración me parece un acierto. El primero es que todos los huecos y botones quedan muy al alcance de las manos; el segundo, que queda una zona muy práctica por debajo de los mandos de control donde se pueden guardar objetos grandes (imagen e imagen de la consola en un KONA de gasolina). Esta, por cierto, alberga la toma de 12 V y una toma USB.
En la primera sección de la parte horizontal de la consola, justo debajo del grupo de botones con el que se maneja el sistema de climatización (imagen), hay un hueco que se puede cerrar con una trampilla y que aloja una superficie de buen tamaño preparada para la recarga inalámbrica de teléfonos móviles, una entrada USB y otra de tipo Aux (imagen). Más atrás se encuentran los botones selectores de las marchas (no hay palanca) y dos portabebidas de distinto tamaño (imagen). Finalmente, entre esos elementos y el reposabrazos central, hay otro pequeño hueco y una serie de botones mediante los que se controlan la climatización de los asientos, la calefacción del volante, los sensores de aparcamiento y los modos de conducción (imagen).
En el salpicadero, a la izquierda del volante, hay dos botones específicos de esta versión. Van ubicados entre el conjunto de los que controlan las ayudas a la conducción y la intensidad de las luces interiores (imagen). Uno de estos botones sirve para bloquear y desbloquear el puerto de carga y el otro para activar o desactivar un sonido artificial que emite el coche mientras se mueve para alertar de su presencia a otros usuarios de la vía.
El KONA ofrece una cantidad normal de espacio longitudinal y hasta el techo en las plazas traseras (tabla comparativa de mediciones propias). Es suficiente para que dos adultos de algo más de 1,80 metros de altura viajen cómodamente detrás de otros de estatura similar. El KONA Eléctrico es idéntico en todas las cotas salvo en la distancia entre el suelo y la banqueta trasera, que es ocho centímetros más pequeña debido al espacio que ocupa la batería. Aunque pueda parecer algo poco importante, esto obliga a llevar las piernas considerablemente más flexionadas de lo normal y puede resultar incómodo en trayectos largos. Antes de comprar este vehículo, recomiendo probar las plazas traseras si estas se piensan utilizar frecuentemente.
La zona principal del maletero es idéntica a la que tienen el resto de versiones de KONA. En ambos el piso está formado por una tabla enmoquetada que dispone de cuatro ganchos para sujetar la carga (imagen). Bajo esta tabla hay una bandeja de plástico poco profunda y compartimentada (imagen). Los diferencia lo que hay debajo, ya que el KONA Eléctrico no tiene espacio para una rueda de repuesto (como sí pueden llevar el resto) y en su lugar hay otra bandeja en la que va alojada una bolsa para el cable de carga y el kit de reparación de pinchazos (imagen). A diferencia de otros modelos eléctricos, el KONA no tiene un maletero delantero; ese vano va ocupado por el motor y otros elementos mecánicos.
La calidad de los ajustes es buena, igual que en el resto de versiones del KONA, pero en un coche de este precio es habitual encontrar materiales algo más suaves al tacto y elementos como una salida de aire para las plazas traseras en parte posterior de la consola, algo que este Hyundai no puede llevar.