Hyundai i20 (2015) | Impresiones de conducción
El Hyundai i20 que hemos conducido durante más tiempo ha sido el que tiene motor de gasolina de 100 caballos de potencia con cambio de marchas manual. Esta unidad venía equipada con neumáticos Pirelli Cinturato de medidas 195/55 R16 (los otros neumáticos posibles con este motor son unos 185/65 R15).
Bajo mi punto de vista, este Hyundai i20 cumple correctamente con lo que se espera de un coche de este precio y tamaño. Da buen resultado tanto en ciudad como en carretera. En ciudad resulta un modelo interesante porque se maneja bien, la visibilidad es buena y por la casi total ausencia de vibraciones del motor. En carretera mantiene un aplomo bastante aceptable incluso a alta velocidad (aunque el asfalto no sea uniforme) y todo ello con un bajo nivel de ruidos tanto provenientes del motor, como aerodinámicos o del contacto de las ruedas con el firme.
Un Renault Clio quizá dé más impresión de coche grande en vías rápidas pero no es más silencioso, ni cómodo. Un Peugeot 208 es más ágil en curvas lentas pues le cuesta menos cambiar de dirección. Un Toyota Yaris me parece menos recomendable para utilizar fuera de la ciudad que el Hyundai i20 porque reacciona peor en circunstancias adversas (como puede ser una frenada brusca en curva). En ciudad, el Yaris, puede ser mejor utilitario porque ocupa menos y necesita menos espacio para maniobrar; no así el Clio, que deja peor visibilidad a su conductor y necesita más espacio para girar.
El motor de 1,4 litros de cilindrada y 100 caballos de potencia es muy silencioso cuando funciona a un régimen bajo o medio y apenas vibra (sobre todo si lo comparamos que el motor TCe 90 que utiliza el Renault Clio). Su consumo no es reducido, y su capacidad máxima de aceleración, algo pobre para la potencia anunciada.
En nuestras mediciones el tiempo mínimo que hemos obtenido para pasar de 80 a 120 km/h ha sido 9,6 segundos (se consigue en tercera velocidad), que no es notable para un vehículo de este tipo, como se puede ver en esta tabla comparativa donde aparecen algunos de sus rivales.
Si la anterior maniobra se realiza en cuarta velocidad, el tiempo empleado es 13,1 segundos; en quinta 16,3 segundos y en sexta 22,1 segundos. Queda claro que la aceleración es muy dependiente, más que en otros coches similares, del régimen al que funcione del motor. Por lo tanto, para notar los 100 caballos hay que preocuparse de llevar el motor a un régimen alto. En un Opel Corsa 1.4 T 100 CV, la necesidad de reducir marchas para conseguir buena respuesta es menos perentoria: en sexta emplea 15,7 segundos en pasar de 80 a 120 km/h. Lo mismo ocurre con un Volkswagen Polo 5p 1.2 TSI 110 CV BMT, que necesita 17,8 segundos para completar la maniobra descrita.
El consumo de carburante que hemos medido está dentro de valores razonables y es más alto que el de los rivales de mejor rendimiento. En nuestro recorrido habitual de consumo (de 143 kilómetros por una autovía con fuertes pendientes y a 120 km/h de media) ha gastado 7,2 l/100km; un Škoda Fabia 1.2 TSI 110 CV DSG consumió 6,7 l/100 km, un Volkswagen Polo 5p 1.2 TSI 110 CV BMT 6,8 l/100 km, un Ford Fiesta 1.0 EcoBoost 100 CV PowerShift gastó 7,3 l/100 km y un Opel Corsa 1.4 Turbo 100 CV consumió 7,6 l/100 km (todos los datos mencionados son en el mismo recorrido, pero en días distintos). Por lo tanto, parece que quien busque un consumo bajo encontrará mejores opciones en cualquiera de los dos modelos mencionados del Grupo Volkswagen. Según datos oficiales, el i20 con el cambio de marchas automático de cuatro relaciones consume mucho más que el manual (ficha comparativa).
Al menos con las ruedas que tenía nuestra unidad de prueba, la capacidad máxima de frenada desde 120 km/h hasta detenerse por completo ha sido buena (ha necesitado 52,8 metros).
También hemos conducido, aunque durante menos kilómetros, el Hyundai i20 con el motor de gasolina de 84 caballos y con el Diesel de 75. Nuestras impresiones son que, al igual que el de 100 caballos, el motor de gasolina de 84 caballos no tiene una respuesta contundente a bajas revoluciones, pero sí suficiente para circular a buen ritmo por la ciudad. Va asociado a una caja de cambios de cinco relaciones que funciona con mucha suavidad y rapidez, que apetece mucho utilizar.
El motor Diesel de tres cilindros vibra considerablemente. Son vibraciones que se notan especialmente en el volante y en los pedales, sobre todo a baja velocidad. Tiene buena respuesta y sus 75 caballos mueven el coche con agilidad. La caja de cambios de seis velocidades a la que va unida a este motor no es ni tan suave ni tan rápida que la de cinco marchas que lleva la versión de gasolina de 85 caballos.
Es posible que algunos propietarios aprecien el bajo consumo de este motor Diesel (bajo consumo según los datos de homologación), pero resulta poco cómodo, especialmente para una utilización urbana. Como es normal en los coches Diesel, las vibraciones y ruidos que aparecen a baja velocidad quedan mitigados cuando se circula a mayor velocidad. Por lo tanto, puede que para un uso eminentemente urbano, el motor de gasolina sea preferible, pero para desplazamientos fuera de las ciudades, quizá el Diesel puede ser mejor opción porque la aceleración es más contundente en marchas largas.
Ninguno de los i20 tiene sistema de parada y arranque automático durante detenciones Stop&Start. En la unidad con motor de gasolina, la ausencia de Stop&Start pasa casi desapercibida porque se trata de un motor ya de por sí muy silencioso. Al ralentí el motor no se oye y no vibra, por lo que independientemente del consumo no resulta incómodo que se mantenga en marcha.