Honda Jazz (2020) | Impresiones del interior
El habitáculo del Jazz 2020, como el del modelo anterior, sobresale por espacioso, práctico y luminoso. Frente al del Hyundai ix20, el único modelo a la venta en España de características similares, es más amplio en prácticamente todas las cotas (ficha comparativa) y tiene un maletero mucho más pequeño.
Según nuestras mediciones, el espacio para las piernas en las plazas posteriores es destacable no solo frente al de modelos de tamaño similar (ya sean turismos, SUV o monovolúmenes), sino frente al de muchos otros que tienen una carrocería notablemente más grande. Hemos medido 76 centímetros en esta cota, siete más que el Hyundai ix20, nueve más que en el Fiat 500L y diez más que en el Renault Scénic. La anchura entre puertas, en cambio, es inferior a la de casi todos los modelos mencionados (la única salvedad es el Hyundai) e insuficiente para que tres personas puedan viajar con un mínimo de comodidad (listado comparativo).
El acceso y salida del habitáculo es otro de los aspectos mejor resueltos en el Jazz. Los asientos están situados un poco más altos que los de un turismo (apenas hay que agacharse para sentarse en ellos) y las puertas, además de abrir en un ángulo muy amplio, liberan un hueco muy generoso. Esto no solo facilita entrar y salir, sino también colocar una silla infantil o acomodar al niño que va sentado en ella.
La posición de conducción es cómoda y agradable, pero distinta a la de la mayoría de turismos que se venden actualmente: el conductor va sentado más alto en relación con el piso del coche, con las rodillas más flexionadas y con el volante un poco más tendido. La visibilidad es muy buena hacia delante porque los pilares son muy finos (mucho más que los del Jazz 2018) y porque la luna es de dimensiones generosas. Hacia los laterales y hacia atrás es un poco peor, pero como es un coche de tamaño reducido, resulta sencillo cogerle la medida. Además, las versiones más equipadas vienen con sensores de proximidad delante y detrás y con un conjunto de cámaras perimetrales que facilitan mucho las maniobras en lugares angostos.
En contra de lo que suele ser habitual, el maletero del Jazz 2020 es más pequeño que el del modelo al que reemplaza. Tiene 304 litros de capacidad, 50 menos que el del Jazz 2018 y 136 menos que el del Hyundai ix20. No obstante, tanto el aprovechamiento del mismo como el proceso de carga y descarga de bultos es sencillo, ya que sus formas son diáfanas y el borde de carga está situado muy bajo, a solo 62 centímetros del suelo. Bajo el piso, en la parte más cercana al portón, hay un pequeño doble fondo de aproximadamente 42 x 18 x 21 centímetros (anchura, profundidad y altura) que puede ser útil para guardar objetos pequeños. Al abatir los respaldos de las plazas posteriores, el volumen de carga aumenta hasta los 1205 litros (mucho para un coche de este tamaño) y la superficie resultante queda casi plana.
Además, el Jazz 2020 conserva el sistema Magic Seat System del Jazz 2018, mediante el cual se pueden colocar las banquetas de los asientos posteriores en posición vertical (como algunas butacas de cine), para transportar objetos altos (imagen).
En el habitáculo hay un buen número de huecos portaobjetos de distintos tamaños, algunos de ellos muy útiles. A los habituales de las puertas (de tamaño medio), guantera y cajón bajo el reposabrazos delantero, se unen una segunda guantera frente al pasajero, justo por encima de la principal, y un posavasos profundo en cada uno de los extremos del salpicadero (son los únicos huecos que tienen un fondo cubierto de goma).
El sistema multimedia que llevan las versiones Elegance, Executive y Crosstar tiene una pantalla de 9 pulgadas y un sistema operativo nuevo, similar al empleado en el modelo e. Es un sistema fácil de utilizar, intuitivo y que distrae poco la atención. Los iconos tienen un tamaño generoso que facilitan la manipulación cuando el coche está en movimiento. La pantalla responde bien a las pulsaciones y proyecta imágenes de buena resolución. Tiene el defecto de que la inclinación de la misma y el gran tamaño de la luna, que se extiende por arriba hasta superar la vertical de la pantalla hace que, en ocasiones, la luz del sol incida directamente sobre ella y genere reflejos que dificultan la visibilidad. La interfaz es compatible con Android Auto y CarPlay (con este último sistema, de manera inalámbrica, además de mediante un cable) y admite actualizaciones vía internet. La instrumentación es siempre mediante una pantalla de siete pulgadas que, al igual que la del sistema multimedia, está muy bien organizada y tiene una buena resolución.
Los materiales empleados para cubrir el habitáculo no son en absoluto lujosos, pero causan buena impresión porque parecen bien ensamblados entre sí y no provocan ruidos por desajustes, al menos en las dos unidades que hemos conducido. Las versiones Crosstar son un poco mejores al respecto, pues la parte media del salpicadero está forrada con una tela parecida a la empleada en los asientos.