Ford Tourneo Custom (2013) | Impresiones de conducción
Tradicionalmente, los vehículos comerciales, que se utilizaban tanto para llevar mercancías como pasajeros — conocidos como furgonetas— tenían un aislamiento acústico horroroso. Hace muchos años, en el interior de alguno de ellos era inútil hablar porque era imposible que alguien te oyera. La evolución ha mejorado infinitamente la situación. En la Ford Tourneo, por ejemplo, a pesar del gran volumen interior de la cabina, el ruido del motor resuena muy poco. Está muy bien insonorizada y con las ventanas cerradas, incluso con el motor frío, el sonido del motor es escaso (vídeo). La rodadura y el aire están peor filtrados y en parte debido al gran tamaño de los retrovisores exteriores, que son muy útiles para controlar bien los alrededores, en el interior se oye el sonido del viento menos amortiguado que en un turismo. En ciudad, además, tiene la ventaja del sistema de parada y arranque automático, por lo que en los semáforos no suena nada.
El sistema de parada y arranque automático unicamente funciona cuando el sistema ECO está conectado. Ese sistema limita la velocidad máxima a 115 km/h. En carretera es mejor llevar el ECO desconectado y en ciudad, conectado (más información sobre las impresiones de conducción en los vídeos que aparecen en el blog Teletransporte)
La Tourneo gira bien. Según Ford , en un diámetro de 12,2 metros entre bordillos y 13,4 entre paredes. Habida cuenta de los 5,35 metros de longitud y de los 3,30 metros de distancia entre ejes se puede considerar una buena cifra. El volante da 3,2 vueltas entre topes.
La Ford Tourneo es un vehículo ágil, incluso en esta versión larga. Entra bien en las curvas, tiene una buena dirección, los frenos responden bien, no es pesadota ni la carrocería se inclina más de lo razonable. En estos vídeos pueden ver cómo circula en diferentes situaciones, en curvas, en carretera de montaña e incluso sobre nieve. Desde luego, si el motivo por el que alguien puede tener reticencias a comprarse este coche por la falta de agilidad, le aconsejo que la pruebe bien antes si es un automóvil que se ajusta a sus necesidades por tamaño y capacidad. No creo que la Tourneo sea la más ágil de las furgonetas. No puedo decir eso porque no tengo tanta experiencia sobre este tipo de vehículos. Pero sí puedo decir que en comparación con un monovolumen medio la diferencia no es enorme. No me parece que alguien pueda desechar la Tourneo por su falta de agilidad, salvo que lo que quiera sea un deportivo.
Además, es cómoda. En este tipo de vehículos el eje posterior suele rebotar con fuerza al pasar por irregularidades del terreno transversales a la carretera. Yo he ido en las dos primeras filas de la Tourneo. La suspensión me ha parecido cómoda y con buen equilibrio para dar una buena respuesta en curvas.
El motor de 155 caballos de potencia unido a la caja de cambios manual de seis marchas resulta muy satisfactorio. Mueve el vehículo con agilidad en prácticamente cualquier circunstancia. La única excepción es el momento del arranque. Hay que estar pendiente porque a muy pocas revoluciones, si se quiere arrancar con mucha suavidad, es posible que se cale.
Por encima de 3500 rpm el motor empieza a perder fuerza con rapidez y resulta inútil estirarlo por encima de las 4000 rpm. En nuestras mediciones (prestaciones hechas por km77.com), para pasar de 80 a 120 km/h, ha tardado exactamente lo mismo cuando he realizado el ejercicio empezando en tercera y pasando a cuarta sobre 4200 rpm que cuando he realizado todo el intervalo en cuarta velocidad. Por tanto, para adelantar a vehículos que van a 80 km/h, salvo cuando sea en una carretera con mucha subida, es recomendable iniciar el adelantamiento en cuarta.
La sexta marcha es muy larga. A 120 km/h en sexta el motor gira sólo a 2000 rpm. En cuanto la carretera se empina y con el coche cargado, es necesario recurrir a marchas inferiores ante cualquier adversidad orográfica o ante la necesidad de un adelantamiento. La caja de cambios funciona muy bien, con suavidad y rapidez y la palanca está bien situada cerca del volante. No supone ningún esfuerzo cambiar de marcha con frecuencia cuando es necesario hacerlo. Incluso, se hace con placer.
El consumo medio homologado es de 6,7 l/100 km, que son inalcanzables en condiciones normales de utilización. Por autovía, a velocidad de crucero de 120 km/h, me ha dado un consumo de 9,6 l/100 kilómetros, por nuestro recorrido habitual de consumo (trayecto de ida y vuelta hasta completar 143 km, intentado lograr un media real de 120 km/h). El ordenador de viaje me ha dado un error de medición despreciable, si bien es difícíl medir con precisión el combustible que se reposta en los Ford, debido a su particular boca de llenado.
Su altura, de prácticamente dos metros, requiere tener mucho cuidado en algunos aparcamientos y en lugares techados.