Ford Focus C-Max 2.0 TDCi 6 vel (2004) | Un buen puesto de conducción de monovolumen
El puesto de conducción es característico de un monovolumen de este tipo, con una altura relativamente grande entre el plano de los pedales y el del asiento. El volante, en cambio, tiene una inclinación próxima a la de un turismo normal. Dentro de lo que cabe en este tipo de coche, el ajuste vertical del asiento es suficientemente amplio para satisfacer bien a quienes prefieren ir cerca del suelo, o bien a quienes les gusta ir altos.
El asiento me parece bueno por la dureza que tiene. La banqueta no cede mucho, lo que ayuda a sujetar el cuerpo en las curvas y, por tanto, limita el cansancio. El respaldo, por el contrario, me parece poco envolvente. La versión que hemos probado era Trend; mi compañero Javier Moltó ha probado también los de un Ghia y le parecen mejores.
A quienes lleven el respaldo poco inclinado o sean muy altos, el cinturón les puede quedar demasiado bajo. La altura adecuada es la que deja la parte superior del cinturón lo más cerca posible del cuello, sin llegar a tocarlo.
La visibilidad de día es algo mejor que en otros monovolúmenes. El marco del parabrisas no es muy voluminoso y está a una distancia suficientemente lejana como para que moleste poco en curvas cerradas o intersecciones. No le encuentro mucha utilidad al pequeño triángulo de cristal delantero, salvo en algunas maniobras. La visibilidad en tres cuartos trasero también es mejor de lo corriente.
Todos los mandos quedan muy a mano (incluida la palanca de cambio) y son bien visibles. Hay muchos mandos en el salpicadero pero, por la forma e inclinación que tienen, resulta fácil hacer ajustes en el sistema de ventilación o el de sonido.
El equipo de sonido se puede manejar también con un mando que hay bajo la palanca de intermitentes; una vez habituados a las funciones de cada botón resulta muy sencillo usarlo y no requiere apartar la vista de la carretera.
Las informaciones del ordenador aparecen en una pantalla que está dentro de la instrumentación. Se maneja con una rueda y dos botones que hay en la palanca de intermitentes. Con la rueda se seleccionan las informaciones (consumo medio o distancia recorrida, por ejemplo); curiosamente, la rueda sólo gira en un sentido (sólo se puede seleccionar la siguiente información, no la anterior).
La versión que hemos probado no tenía climatizador, sino aire acondicionado, y funciona adecuadamente desde todos los puntos de vista. Es capaz de renovar suficientemente el aire, lo que se ve porque los cristales no se empañan aunque entren en el coche varias personas con prendas mojadas.
También es capaz de calentar rápido, pese a que el volumen de aire es grande y el motor —por ser Diesel—pierde menos calor que uno de gasolina. Al menos si solo va el conductor, es posible desplazarse por carretera sin conectar el ventilador, siempre que el aire se oriente hacia las salidas centrales.