Fiat Punto (2012) | Impresiones de conducción

24/05/2012 |Jaime Arruz

Como el Punto Evo (2010), el Punto (2012) tiene una buena suspensión que lo hace cómodo y agradable en carreteras de asfalto bueno, no así cuando hay baches y firme en mal estado porque entonces la suspensión no es capaz de filtrar bien las irregularidades y éstas llegan claramente al habitáculo. Además, la estabilidad empeora y el conductor tiene que hacer pequeñas correcciones con la dirección. Por ejemplo, un Renault Clioes algo más cómodo de suspensión y responde mejor a las indicaciones del volante independientemente del estado del piso.

Si se circula con rapidez en carreteras sinuosas, la suspensión no sujeta mucho la carrocería: hay movimientos claros de balanceo. El Punto no es un coche tan ágil como, por ejemplo, un MINI o un SEAT Ibiza, entre otros. Sí es más ágil que, por ejemplo, un Citroën C3.

El Punto puede tener, igual que otros modelos de Fiat como el Panda y el Bravo, dirección asistida eléctrica «Dualdrive» con dos programas de funcionamiento: normal y «City». Este último se conecta mediante un botón que hay en la consola (imagen). Incrementa la asistencia de la dirección tanto que el volante se puede mover apenas sin esfuerzo. Puede ser útil para realizar maniobras a baja velocidad, como en calles estrechas o al ir a estacionar.

El habitáculo no está muy bien aislado de los ruidos exteriores. La visibilidad es buena en todas direcciones, aunque los retrovisores exteriores no son grandes. Como las diferencias con el Punto Evo son escasas, la prueba que realizamos en su día continúa vigente en gran medida (Impresiones de conducción).

0.9 TwinAir de 85 CV


He podido conducir brevemente esta versión, nueva en la gama Punto. Responde bien al acelerador a partir de unas 2300 rpm y mueve con soltura el peso del coche, al menos poco cargado. A bajas vueltas la respuesta es pobre; por eso no parece un modelo recomendable para la ciudad, donde normalmente se conduce a bajo régimen. Para carretera sí lo es porque, una vez superadas esas 2300 rpm (aproximadamente) su aceleracióne es buena.

Este motor tiene la peculiaridad que vibra apreciablemente a ralentí y a altas revoluciones. Estas vibraciones se perciben en el interior, tanto en la zona de los pies como en el navegador, si lo lleva —va ubicado en un brazo en la parte alta del salpicadero (imagen)—.

Su sonido, bonito para mi gusto cuando se acelera con decisión, llega poco atenuado al interior. Esta versión lleva una caja de cambios manual de seis velocidades, de buen tacto y correcto funcionamiento. Tiene una marcha más que la caja de los otros dos modelos de Fiat disponibles con el motor TwinAir de 85 CV: 500 y Panda.

Tiene un indicador de marcha recomendada que informa sobre qué relación es la más adecuada en cada momento para que el consumo sea bajo. Como muchos de estos sistemas, indica el paso de una marcha a otra a muy pocas revoluciones y en ocasiones, si se hace caso a ese indicador, da la sensación de que el coche va «ahogado».

Como en el 500 y el Panda con el motor TwinAir de 85 CV, es posible elegir entre dos modos de conducción: «Normal» y «Eco». Este último, que se activa mediante un botón del salpicadero, hace que la respuesta al acelerador sea más lenta —el par máximo pasa de 145 a 110 Nm—. Se nota claramente al conducir. El objetivo es reducir el consumo, pero según pudimos comprobar en el 500, no hay grandes diferencias en el gasto de carburante entre un modo y otro (más información).

Además de en el 500, hemos probado este motor bicilíndrico de gasolina y 85 CV en el Panda. Tampoco nos gustó especialmente (más información).

Otros motores

He conducido brevemente otras tres versiones del Punto: 1.2 8v de 69 CV (gasolina), 1.3 MultiJet II de 95 CV (Diesel) y 1.4 8v de 77 CV (GLP).

El Punto de 69 CV acelera menos que el TwinAir de 85 CV —lo normal teniendo en cuenta que tiene 16 CV menos— pero es más agradable de conducir porque es más suave y silencioso. Además, para circular por ciudad, es preferible porque tiene más fuerza en el momento de la arrancada o a bajo régimen. Estas mismas impresiones las obtuvimos en la prueba del Panda con ambos motores (más información). Quizá, en el Punto el motor de gasolina de 69 CV se quede algo más corto de potencia que en el Panda porque es más pesado. Esta versión del Punto lleva una caja de cambios de cinco velocidades de buen tacto.


El motor Diesel de 95 CV, aunque no nos ha parecido que tenga mucha fuerza, puede ser el más adecuado para aquellos que vayan a utilizar el Punto frecuentemente con mucha carga y/o por autovía y autopistas. La senación que tenemos es que este Diesel de 95 caballos no es tan rápido como el TwinAir de 85 CV en fuertes aceleraciones.

Va asociado a una transmisión manual de cinco velocidades de tacto algo áspero y unos guiados entre marchas nada suaves, al menos en la unidad que conduje en la presentación —era evidente sobre todo en el paso de tercera a cuarta; ésta entraba con mucha dificultad—.

En la gama Punto hay dos variantes con el motor 1.4 8v de 77 CV, una que funciona con gasolina y otra que lo puede hacer con gasolina o GLP. He podido probar brevemente esta última. No hay diferencia de respuesta si el motor se alimenta de gasolina o de GLP: es pobre en cualquier caso. Le cuesta ganar velocidad y no recupera bien. Al menos, es un motor suave y silencioso. El cambio es como el de la variante de gasolina de 69 CV, no como el de la Diesel de 95 CV —tiene buen tacto—. Para que compense la adquisición de la versión de GLP frente a la de gasolina únicamente, dado que hay 1260 € de diferencia de precio, hay que recorrer unos 48 000 km (más información).