Fiat Punto (2003) | Impresiones de conducción
Cuando mi compañero Enrique Calle condujo el Punto Diesel de 69 CV, le pareció que sus prestaciones eran adecuadas a la potencia declarada, que hacía poco ruido y que tenía un margen de utilización amplio, era capaz de subir muy por encima del régimen de potencia máxima (4.000 rpm) con empuje.
Posiblemente es así, pero yo he conducido una unidad a la que le costaba mucho llegar a 4.000 y en la que no servía de nada pasar de ahí. La diferencia seguramente está en que la unidad que yo he conducido apenas estaba rodada, pero tendremos que conducir una tercera para estar seguros de cómo es el coche en realidad.
En lo que sí estoy de acuerdo con él es en que se trata de un motor silencioso, suave; a la altura del 1.4 HDI de PSA. Aunque al ralentí se puede ver cómo vibra el volante, y al acelerar fuerte a baja velocidad se escucha un ligero traqueteo (que recuerda a Diesel), me parece un motor confortable por sonoridad y agradable de conducir por la forma de dar la potencia.
De hecho, este Diesel de 69 CV suena menos que el gasolina de 95. Suena a Diesel al arrancar y al acelerar pero, a igualdad de velocidad constante, suena menos que el gasolina de 95 CV.
El motor de 1,4 litros de 95 tiene una buena respuesta y, aunque suena, no vibra mucho. No lo conduje tanto como para poder valorar las prestaciones, pero sí me pareció que no llega a la aceleración que da un Clio 1.4, sino que está más cercana a la de un Ibiza 1.4.
La tercera unidad que he conducido es el 1.2 8V de 60 CV con caja «Dualogic» (es una opción para el 1.2 de gasolina y el 1.3 Diesel). El motor tiene una buena respuesta pero no mucha fuerza. En muchas ocasiones hay que exprimirlo al máximo para obtener una aceleración normal.
Me parece que este cambio tiene un funcionamiento bueno (muy parecida a la «Easytronic» delOpel Meriva). Se le da mejor pasar a una marcha inferior que a una superior, algo que es habitual. En cualquier caso, la rapidez con que cambia de marcha es suficiente para conducir con agilidad y sin necesidad de anticipar mucho las maniobras con la palanca selectora.
Puede funcionar de modo completamente automático o bien manual, mediante una palanca secuencial.
Cuando funciona en modo completamente automático, hay veces que no selecciona la marcha más corta posible aunque se pise a fondo el pedal, lo cual puede resultar desagradable. En esas circunstancias hay que reducir manualmente, ya que la palanca es siempre funcional aunque se esté en modo automático.
Cuando se utiliza en modo manual, el cambio evita cambios de marcha que provocarían un régimen del motor demasiado alto o demasiado bajo. Con este motor, cuando funciona en cambio automático cambia a una marcha superior al llegar a 5.500 rpm; en modo manual es posible subir hasta 6.500 rpm (aunque no sirve de nada apurar tanto).
Las reacciones de estas dos versiones que probé en carretera son las adecuadas para aquellos que prefieran una conducción tranquila, donde la comodidad o suavidad que da la suspensión sea la principal preferencia. El Punto es un coche agradable de conducir en condiciones normales, por la suavidad de la suspensión y de la dirección, y por lo bien que se manejan otros elementos (cambio o frenos). No es el más indicado para quien busque reacciones «deportivas».
No hemos conducido las versiones «Sporting» y «HGT», que quizá si tengan unas suspensiones menos flexibles y ese tacto que guste a aquellos que prefieran sentir un poco más el contacto con la carretera.