Fiat Multipla (2004) | Impresiones de conducción
Cualquiera de los dos motores permite al Multipla llanear por autovía a elevada velocidad, pero no hacen olvidar que es un coche pesado para su longitud.
El de gasolina se quedaba prácticamente sin capacidad de aceleración en las numerosas rampas por las que discurría el recorrido de prueba en cuanto se engranaba la tercera velocidad. Para mantener un mínimo de dinamismo era necesario estirar mucho las marchas, circunstancia en la que el motor se mostraba bastante ruidoso.
El motor Diesel proporcionaba un poco más de agilidad en esas situaciones. Me sorprendió la homogeneidad en la entrega de potencia, sin la «patada» típica de estos motores en torno a las 2.000 rpm. Más que en un brillante funcionamiento a muy bajo régimen, la explicación hay que buscarla en una cifra de par máximo de sólo 203 Nm.
La palanca de cambios queda en una posición muy cercana al volante, aunque su tacto no es suave ni rápido. Las suspensiones me parecen muy cómodas. Absorben bien las irregularidades, incluso sobre calles con pavimento adoquinado.
El recorrido de prueba transcurrió por vías bastante congestionadas que atravesaban zonas densamente pobladas, lo que no me permitió establecer comparaciones definitivas con modelos de reciente aparición como el Ford Focus C-Max o el Volkswagen Touran. En las circunstancias en que se desarrolló la prueba, más cercanas a la conducción normal del coche de lo que es habitual en estas ocasiones, no eché en ningún momento en falta una mayor agilidad o precisión de trayectoria, ni percibí movimientos de balanceo y cabeceo excesivos.
La dirección me pareció algo más dura que en otros modelos de Fiat. A pesar de ello no eché en falta la fución «City» de otros vehículos de la marca que aumenta aún más su asistencia.