Fiat Idea (2004) | Impresiones del interior

24/10/2003 |Juan Manuel Pichardo

Tiene una buena relación entre asiento, volante y pedales. No es de esos monovolúmenes en los que el volante queda demasiado bajo con relación al asiento, o el asiento demasiado alto con relación a los pedales. La palanca de cambio queda muy a mano.

Le han puesto la instrumentación en el centro. A mí no me gusta esa posición y a la mayoría de mis compañeros de profesión a quienes les he preguntado tampoco. Según Fiat, es «por motivos estéticos y funcionales, ya que a mayor distancia de los ojos, mejor velocidad de lectura». Según ese criterio, habría que poner la instrumentación en el extremo del salpicadero opuesto al conductor.

La sensación de desahogo que puede dar es muy grande, con relación a las dimensiones exteriores del coche. Lo único malo es la anchura atrás, que prácticamente impide llevar a cinco personas. Sin embargo, los dos asientos traseros laterales no quedan demasiado cerca de las puertas. Una solución semejante a la del Opel Meriva —que se puede convertir en un cuatro plazas para alejar los asientos de las puertas— me parece que hubiera sido muy interesante.

Fiat no ha aprovechado la gran altura interior para elevar un poco los asientos traseros, lo que puede mejorar la visión de los pasajeros; de hecho, van 15 mm más bajos que los delanteros. No me han parecido unos asientos blandos, aunque no he ido detrás con el coche en marcha.

Si el respaldo reclinable está cerca de la vertical y el pasajero se sienta más bien erguido, los reposacabezas quedan demasiado bajos, hasta el punto de que tocan con la espalda en lugar de con la cabeza.

Salvo por eso (y por que no tienen ajuste de inclinación), son unos reposacabezas muy bien pensados. Sólo tienen dos posiciones de altura: la correcta y abajo del todo; cuando están abajo molestan, así que los pasajeros se los colocan bien casi sin darse cuenta.

El maletero no es ni muy grande ni muy práctico. El volumen que tiene es pequeño, con una forma regular. Cuando los asientos están en la posición mejor para llevar pasajeros, tiene 64 cm de fondo, que no es mucho. Si se adelantan los asientos traseros al máximo, queda un fondo de 76 cm, pero no con un suelo completamente plano; esos 12 cm que se ganan quedan en un plano más bajo.

El principal inconveniente práctico es que el borde de carga está más bien alto (a 69 cm). Ese borde es un escalón que hay que salvar, porque el suelo del maletero está 18 cm por debajo de él.

Para plegar los asientos traseros hay que llevarlos primero hasta su posición más retrasada. Esto se puede hacer bien desde las puertas traseras, o bien desde el portón (hay una cinta que sirve para tirar de ellos hacia atrás). No se pueden plegar del todo si alguno de los asientos delanteros está muy retrasado.

Una vez plegados los asientos, hay un muelle amortiguado (semejante al de un portón) que los sujeta; no es necesario enclavarlos ni atarlos para que queden fijos. Un eventual inconveniente es que las patas metálicas de los asientos plegados quedan de tal manera que pueden dañar la carga (son metálicas, fuertes y sobresalen del asiento unos 7 cm).

Sobre la calidad de acabado no puedo decir mucho. Los materiales tienen el nivel de calidad normal que se encuentra actualmente en este tipo de coches; no sobresale ni por bueno ni por malo.

El remate y el ajuste de algunas piezas no eran buenos en los coches que he visto, pero esos coches son primeras series y no son representativos de la calidad que tendrán las unidades que finalmente lleguen a los clientes.

Lo he conducido pocos kilómetros y en condiciones en las que no podía probar ni las prestaciones ni la estabilidad. Lo único que he podido comprobar es que la dirección eléctrica puede resultar muy cómoda en ciudad y no tiene un tacto malo en carretera.