Fiat Freemont (2011) | Impresiones del interior
El Fiat Freemont es un monovolumen de siete plazas que, a diferencia de otros modelos similares como el Renault Grand Espace o el SEAT Alhambra, no puede adquirirse con cinco. Los siete asientos van distribuidos en tres filas (2+3+2). Los de las dos últimas filas se pueden plegar para aumentar la capacidad de carga, como mostramos en este vídeo.
Si se va a utilizar frecuentemente esa configuración de cinco plazas, es aconsejable adquirir la cortinilla cubre equipaje para las dos plazas traseras ya que la de serie únicamente tapa la zona por detrás de la última fila de asientos (imagen). Así, en caso de dejar algo sobre los respaldos de la tercera fila una vez plegados, queda a la vista desde fuera. Las lunas tintadas palían en parte este problema, aunque si uno se acerca y mira a través de las ventanillas traseras podrá ver qué hay dentro. No hay posibilidad de montar una reja o red vertical que impida que la carga invada el habitáculo en caso de accidente o frenada brusca. Sí puede adquirirse una red para fijar la carga al suelo.
El habitáculo del Freemont no es espacioso comparado con otros volúmenes de tamaño similar, ni por anchura ni por espacio longitudinal. Sólo se sitúa en una zona media entre sus alternativas por altura hasta el techo (mediciones interiores). Aún así, hay espacio suficiente para que dos adultos viajen cómodamente en la segunda fila —tres se encontrarán algo apretados— y razonablemente cómodos en la tercera fila, salvo por el espacio para los pies.
La banqueta de la fila intermedia de asientos se puede desplazar 11 centímetros, en una proporción 60/40 —por detrás del conductor se mueve una de las tres plazas y por el lado del acompañante las otras dos de forma simultánea—. Incluso al mover solo uno de los asientos, la operación resulta algo costosa porque hay que empujar con fuerza para moverlos.
En su posición más retrasada, hay mucho espacio para las piernas en la segunda fila y muy poco en la tercera. Si se adelanta del todo, el espacio en los asientos de la última fila es suficiente para adultos de talla normal pero en la segunda las piernas casi rozan con los respaldos de los asientos delanteros —siempre que éstos no vayan detrás del todo; en esa caso apenas queda hueco en la segunda fila—. La inclinación del respaldo de los asientos de la fila intermedia se puede variar en un margen de seis grados. En este vídeo mostramos con detalle las posibilidades de configuración del habitáculo del Freemont.
La segunda fila de asientos es la más estrecha de todos los modelos similares que hemos medido (mediciones interiores). No es realmente aprovechable para tres personas, principalmente porque el asiento central resulta muy incómodo. El respaldo es duro y plano, y se convierte en reposabrazos para las plazas laterales. Éste, desplegado, tiene un hueco para objetos y dos espacios para unas latas de bebida. La banqueta de esa plaza central no está más alta que las dos laterales pero sí es más estrecha. Además, el piso no es plano por lo que no hay mucho espacio para los pies. Nos parece desaconsejable para viajes de largo recorrido. La altura y el espacio para colocar los pies bajo los asientos delanteros es suficiente. Los asientos de los extremos de esta segunda fila pueden tener un sistema que eleva la banqueta unos centímetros para acomodar a un niño, lo que evita tener que llevar unos alzadores (imagen). Según el manual, está diseñado para niños que pesen entre 22 y 39 kg y midan entre 1,19 y 1,45 metros.
Los dos últimos asientos no son recomendables para personas de elevada estatura durante muchos kilómetros porque la posición de la banqueta resulta baja respecto al piso (está solo a 23 centímetros) y ello supone llevar las rodillas muy altas o muy abiertas. De todos los monovolúmenes que hemos medido, sólo el Ford S-MAX tiene menos espacio para las piernas en la tercera fila de asientos (mediciones interiores). La anchura y la altura son suficientes, como se puede ver en este vídeo.
Para facilitar el acceso a la tercera fila, los asientos de la segunda fila se pliegan en forma de «V». El respaldo se abate ligeramente hacia adelante y la banqueta se levanta por su zona delantera para ponerse prácticamente en paralelo con el respaldo. De esta forma se puede desplazar todo el asiento hacia adelante y dejar un hueco para poder acceder a los dos asientos posteriores. Éste es suficiente para personas que no tengan problemas de agilidad. En el mismo vídeo al que nos referimos anteriormente se puede ver cómo se accede al habitacúlo del Freemont.
Aun así, la tercera fila de asientos queda muy retrasada con relación a la puerta y conviene estudiar bien la forma más cómoda para entrar y sobre todo para salir. Puede ayudar a la hora de acceder o abandonar el habitáculo la agarradera que hay junto al marco de la puerta en la segunda fila. El acceso a las otras dos filas es muy cómodamente porque las puertas, tanto las delanteras como las traseras, tienen un gran ángulo de apertura, un máximo de 90º. El mayor inconveniente, para personas poco ágiles, es que los asientos quedan algo altos.
En los asientos delanteros hay mucho espacio disponible. El asiento del conductor y el volante tienen reglajes amplios en altura y profundidad, por lo que es sencillo encontrar una posición cómoda. Incluso con la banqueta abajo del todo, el conductor va colocado en una posición claramente elevada con relación a los pedales, pero a todos los que hemos conducido el Freemont nos ha parecido confortable.
En la versión de cambio manual, el freno de estacionamiento es de palanca (imagen). Con cambio automático, la palanca es sustituida por un pedal (imagen) que hay a la izquierda de los del acelerador y el freno. Además de ser un sistema más incómodo que una una palanca convencional o un botón —freno eléctrico—, puede ser un incordio para utilizar el reposapiés.
Esas grandes regulaciones del asiento y el volante ayudan a paliar la posición muy retrasada de la palanca de cambios. Este problema es menor en la versión automática, ya que la palanca se usa mucho menos. Cuanto más retrasado y alto vaya sentado el conductor, menos le molestará la posición de la palanca para pasar de una marcha a otra con comodidad.
Los asientos son cómodos, al menos los tapizados de cuero que llevaba nuestra unidad de pruebas. Sí se agradecería mayor sujeción en carreteras sinuosas.
Materiales, mandos y equipamiento
El Freemont está realizado con mejores materiales que el Dodge Journeydel que deriva. Aunque no son lujosos, transmiten sensación de mayor calidad. No hay plásticos blandos, más agradables al tacto. Los ajustes son normales aunque hay algunos que hacen pensar que no es un modelo bien terminado. Por ejemplo, la falta de refinamiento queda patente en la segunda fila de asientos. Cuesta mover los respaldos, las palancas para bloquear y desbloquearlos no se mueven con suavidad, el deslizamiento de los asientos resulta costoso y el aspecto visual de los rieles y soportes para realizar todos los movimientos tampoco está cuidado.
Los mandos tiene buen tacto y son sencillos de manejar porque todos quedan cerca del conductor. El Freemont puede llevar una pantalla táctil de 8,4 pulgadas en la consola que permite manejar varios elementos, como el equipo de sonido, los asientos con calefacción, el sistema de climatización, el navegador o el dispositivo manos libres Bluetooth. Su manejo es sencillo y responde muy bien a las indicaciones con los dedos, como se puede ver en este vídeo.
La cámara de marcha atrás opcional genera una imagen que también se ve a través de la pantalla de la consola (imagen). El Freemont también puede tener un reproductor de DVD para las plazas traseras, con una pantalla que sale del techo a la altura de las plazas de la segunda fila, junto a los mandos para que los pasajeros traseros manejen el sistema de climatización (imagen). La pantalla se complementa con un juego de dos auriculares (imagen) y mando a distancia. Se puede ver al final de este vídeo.
El cuadro de instrumentos muestra mucha información gracias a la pantalla que hay entre los dos indicadores principales (imagen). En ella se puede consultar el ordenador de viaje. Se puede echar de menos una segunda medición de consumo medio.
Maletero y huecos para objetos
El maletero del Freemont tiene una capacidad de 145 litros con siete plazas y 540 litros con cinco. En el primer caso, es muy pequeño para llevar no ya el equipaje de siete personas sino el de dos que viajen muy cargados. Introduciendo una maleta pequeña y una mochila (imagen), poco más se puede llevar.
Los 540 litros pueden ser suficiente para cinco pasajeros (imagen) aunque frente a otros monovolúmenes de similar tamaño, es un volumen de maletero pequeño. Así, con cinco asientos en uso, un Ford S-MAX tiene 830 litros y un SEAT Alhambra 809 litros. De hecho, según nuestra base de datos, el Freemont es el monovolumen de más de 4,80 metros que menos maletero tiene (listado comparativo).
Los respaldos de los asientos de las dos últimas filas se pueden reclinar (imagen). El fondo de carga que queda es plano. El del asiento del acompañante delantero también se puede abatir, con lo que queda una superficie plana a lo largo de todo el habitáculo (imagen). Probablemente quepa una tabla de surf —no teníamos a mano ninguna para poder comprobarlo—. La operación para reclinar los respaldos de la tercera fila y para que recuperen su posición original se realiza desde el maletero mediante unas cintas de tela. Los respaldos de la segunda fila y el del asiento del acompañante delantero se abaten mediante unas palancas.
El piso del maletero tiene un doble fondo, con un pequeño cajón de forma alargada, que permite guardar varios objetos, como por ejemplo los triángulos de emergencia. La cortinilla cubre equipaje, que de serie únicamente abarca por detrás de los asientos de la tercera fila y hasta el portón, va sujeta con cuatro pequeñas cinchas elásticas. No es sencilla de quitar y poner.
Hay cuatro argollas, dos de ellas en la zona de tercera fila de asientos, que permiten fijar una red y sujetar a así los objetos a transportar. El maletero no tiene plafón de iluminación pero sí una pequeña linterna extraíble, así como una toma de 12V. La rueda de repuesto, opcional y de menor tamaño que las otras cuatro —de serie lleva equipo de reparación de pinchazos—, va sujeta por debajo de la carrocería.
El portón del maletero se abre pulsando sobre una tecla en la zona derecha, por encima de la matrícula. Una vez abierto hay altura suficiente como para que personas de hasta unos 1,85 metros accedan al maletero sin tener que agacharse. Se puede cerrar sin dificultad ya que no hay que vencer una gran resistencia para bajarlo. En este vídeoenseñamos las posibilidades del maletero del Freemont.
En el habitáculo del Freemont hay muchos huecos para depositar objetos de diversos tamaños. Suman 140 litros de capacidad. En las cuatro puertas hay espacio para botellas de medio litro y algo más. La banqueta del asiento del acompañante delantero se levanta y da acceso a otro espacio (imagen). En el piso, en la zona de los pies de los pasajeros de la segunda fila, hay dos trampillas que tapan sendos compartimentos.
Hay más huecos delante de la palanca de cambios —dos para botellas pequeñas y uno al fondo de buen tamaño— y bajo el reposabrazos central delantero, que incluye una bandeja extraíble para dejar lo que se quiera tener más a mano. En este espacio de cierta profundidad hay conexiones para USB, iPod y una toma de 12V. El respaldo del asiento del conductor incluye dos perchas y un pequeño espacio para una revista, por ejemplo. En el techo, detrás del retrovisor interior, hay un cajón para unas gafas. Incluye un espejo para controlar plazas traseras. La guantera tiene poca capacidad (imagen). En este vídeo mostramos varios de los huecos para objetos del Freemont.