Citroën C5 2.0 HDi 110 (2001) | Ancho, alto y funcional

01/10/2001 |Víctor M. Fernández

Delante, el C5 da una sensación de amplitud interior que sólo dan coches mucho más grandes.

La altura delante es suficiente para que se acomoden personas grandes, y la que hay en las plazas traseras es prácticamente récord.

Es aún más sobresaliente su anchura. Delante, la puerta, el parabrisas, la consola central y el pasajero están ciertamente muy lejos. Detrás —con 142 cm entre hombros— es el coche más apropiado para usar las tres plazas, bien con adultos o niños ya crecidos, o bien con niños pequeños en sus sillas adecuadas.

Desde el punto de vista de la habitabilidad, el inconveniente del C5 es el espacio longitudinal. La longitud máxima delante es menor que la de algunos de sus competidores; esto, no obstante, sólo lo notan personas muy altas. El espacio para las piernas detrás es inferior al de algunos de sus rivales, como el Mondeo, el Passat o el 406, aunque superior a un Laguna. El problema es, en parte, que los asientos delanteros son muy voluminosos y, aunque tienen un rebaje a la altura de las rodillas, quitan mucho espacio. Lo positivo en este sentido es que el suelo del C5 es casi plano y no resta espacio para las piernas al pasajero central, como en la mayor parte de sus rivales.

De todas las berlinas modernas (A4, Mondeo o Laguna) o renovadas (Vectra, Passat o Avensis), el C5 es el que resulta más funcional para usar habitualmente, por la cantidad y tamaño de huecos que tiene alrededor del conductor. Esto permite, por una parte, vaciarse los bolsillos y que cada cosa quede adecuadamente guardada; por otra, tener a mano cosas que pueden ser necesarias al conducir (desde unas gafas de sol hasta moneda suelta para un peaje). También tiene una guantera muy grande (17 litros) y aprovechable, donde cabe la documentación, mapas o las cajas de los CD; también está refrigerada y tiene amplitud bastante para meter bebidas.

Atendiendo al volumen de maletero que facilita Citroën (456 litros), el C5 es de los peores en este sentido. Si consideramos modelos con portón, tienen más maletero que el C5 (de mayor a menor) Skoda Octavia, Toyota Avensis, Nissan Primera, Mazda 626, Ford Mondeo, Saab 9-3 y Opel Vectra; sólo el Honda Accord y el Renault Laguna tienen menos. La verdad es que no parece tan pequeño, más bien parece muy grande. Quizá porque tiene una forma muy regular, porque ninguna de sus tres dimensiones es claramente escasa y porque resulta fácil de cargar (sobre todo si se baja la carrocería), este maletero da más juego de lo que cabe pensar a la vista del volumen que declara Citroën. Tiene un sistema muy práctico para fijar la bandeja a los respaldos, donde queda muy bien colocada. Bajo el piso encontramos una rueda de repuesto con buen tamaño y los elementos para cambiarla (gato y herramientas).

Los asientos traseros se pueden abatir por partes (60/40) sin necesidad de desmontar ninguno de los tres reposacabezas y amplían la versatilidad y capacidad de un maletero ya de por sí grande. Además, se queda un espacio de carga enorme, con el fondo prácticamente plano. Hay anclajes y una práctica red para sujetar objetos.