Citroën C3 1.4i (2002) | Grande delante, pequeño detrás y con buen maletero
Mis impresiones de la carrocería coinciden con las de mi compañero Enrique Calle en la prueba del C3 1.4 HDi, que reproduzco con pocas modificaciones.
Es muy alto y ancho en las plazas delanteras, pero tiene muy poco espacio longitudinal en las traseras. Si delante no van personas de estatura más bien corta, una persona de más de 1,75 m que se siente en las plazas traseras rozará el respaldo delantero con las rodillas. Y eso teniendo en cuenta que nuestra versión («SX Plus») tiene un rebaje en el respaldo de los asientos delanteros; el «X» no lo tiene.
La banqueta está más elevada con respecto al suelo que en un Renault Clio, un Opel Corsa o un Peugeot 206. Es más fácil encontrar la distancia adecuada entre el volante, el asiento y los pedales que en cualquiera de los tres nombrados anteriormente (siempre y cuando sea preferible ir sentado alto), principalmente porque el volante tiene regulación en profundidad (además de altura). A diferencia del Ford Fiesta, el C3 tiene un cómodo apoyo para el pie izquierdo.
Los asientos delanteros son malos porque sujetan muy poco el cuerpo y porque el reposacabezas queda muy lejos de la cabeza (en la versión que hemos probado). Los traseros son cortos de banqueta y, en las dos filas, resultan muy blandos.
El del conductor hay que llevarlo en la posición más alta (o casi) porque, de lo contrario, forma un ángulo muy cerrado con el respaldo, que puede ser incómodo.
El maletero es muy amplio, tiene 305 litros de volumen (según sistema VDA). Gran parte de ese volumen se debe a la altura libre: 59 cm; esta medida es superior a lo común en coches de cualquier tipo y tamaño, aunque seguido de cerca por el Rover 25 (304 litros)(tabla comparativa de maleteros). Hay tanta altura libre, en parte, porque el suelo del maletero queda muy bajo con respecto al borde de carga (altura mínima que hay que levantar del suelo un objeto para poder meterlo en el maletero).
La visibilidad es buena en todas las direcciones, aunque algunos conductores les parece que los gruesos montantes delanteros dificultan la visibilidad en curvas. El paragolpes delantero queda muy cerca del suelo y es fácil rozarlo con los bordillos más altos.