BMW Z8 (2000) | 400 CV para vivir fuertes sensaciones al acelerar y al repostar

06/12/2000 |Víctor M. Fernández

El motor V8 de 400 CV del Z8 es una explosión de potencia, elasticidad y buen funcionamiento. Desde tan sólo 1.000 rpm tira con energía hasta en la sexta marcha. A medio régimen trabaja con una fuerza excepcional y, entre 4.000 y 6.500 rpm es todavía más brillante. La zona roja del cuentavueltas comienza a partir de 6.500 rpm y el corte de inyección se produce a 7.000 rpm.

Este motor es muy suave, no se aprecian vibraciones y sus ocho cilindros en V orquestan un sonido que enamora. Además, el conductor puede seleccionar dos tipos de entrega de potencia pulsando un botón, denominado «sport», que está situado en la consola central. En el uso normal, la entrega de potencia está «dulcificada» en el momento de acelerar, pero al seleccionar el programa «sport» el motor responde instantáneamente a las solicitudes del acelerador. Con el programa «sport» no tiene más potencia ni corre más, pero sí es más rápido en su respuesta.

Es una gozada rodar entre 3.000 y 5.000 rpm, la respuesta es sobresaliente y sentimos su «poderío» por todos lados. Si estiramos el motor hasta 6.500 rpm, la velocidad a la que comienzan a llegar las curvas obliga ya a pilotar a fondo. Hay tanta potencia y par desde bajo régimen que los adelantamientos los podemos realizar en sexta sin problemas, aunque si bajamos dos marchas, la rapidez del adelantamiento es espectacular. En nuestras mediciones, el Z8 ha necesitado sólo 18,7 segundos para acelerar de 0 a 200 km/h y las distancias de adelantamiento son mínimas: a 100 km/h adelanta en 183 m (un Peugeot 206 GTi necesita 242 metros).


Con el BMW Z8, la velocidad de crucero se mueve entre 140 y 180 km/h casi sin darnos cuenta. Sólo hay que pisar el acelerador para llegar al limitador de velocidad (250 km/h) a pesar de su deficiente coeficiente aerodinámico, con un Cx 0,39 (un buen valor para un descapotable sería por debajo de 0,35).

Eso sí, cuando le damos alegría al acelerador, el V8 se bebe los litros de gasolina sin plomo 98 a una velocidad similar a la que recorre los kilómetros. Durante nuestra prueba, llegamos a medir un consumo de 22,9 litros en conducción deportiva, fulminando el depósito en poco más de 300 km. El consumo homologado ya es elevado, que no creo que llegue a 400 km de autonomía en un uso normal.