El X5 puede ser muy buena elección para quien esté buscando un vehículo de lujo con carrocería de tipo todoterreno. Casi todo en este coche son buenas cualidades, salvo porque cuesta mucho dinero (está en venta desde 72 800 euros; todos los precios) y porque las plazas de la segunda fila no son tan amplias como las de algunos modelos parecidos, ni mayores que las del X5 2013 (modelo al cual reemplaza). Adicionalmente puede tener una tercera fila con dos asientos, lo que suma un total de siete.

Hay ocho versiones a la venta: xDrive40i (gasolina, 340 CV), xDriveM50i (gasolina, 530 CV), xDrive25d (Diesel, 231 CV), xDrive30d (Diesel, 265 CV), M50d (Diesel, 400 CV), xDrive45e iPerformance (híbrido enchufable de 394 CV), X5 M (gasolina, 600 CV) y X5 M Competition (gasolina, 625 CV). Aquí se pueden consultar los precios de toda la gama.

En mayo de 2020, BMW añadirá a la gama otra versión, la xDrive40d, que combinará un motor Diesel de 340 CV con un sistema de hibridación ligera a 48 V. Como en otros sistemas de este tipo, funciona mediante un motor eléctrico —de 11 CV en este caso— que hace las veces de alternador y motor de arranque, pero que no puede mover el coche por sí solo en ninguna circunstancia. Lo que sí permite es circular con el motor de combustión apagado en algunas circunstancias y obtener el distintivo ambiental ECO de la DGT.

El X5 con el motor Diesel de 265 caballos sobra para viajar con agilidad. De hecho, hemos medido buenas prestaciones para su potencia y peso, siempre en relación con las de otros vehículos similares. Su consumo de carburante es moderado a velocidad sostenida, pero no en vías complicadas o que impliquen continuos cambios de ritmo, como una carretera de montaña. El gasto medio difícilmente baja de 8,0 l/100 km. La caja de cambios es siempre automática y ocho relaciones (Steptronic), que funciona con gran suavidad en toda circunstancia, salvo en el momento de la arrancada, donde hay pisar el acelerador con tiento para no salir con más ímpetu del deseado.

La calidad del X5 es muy elevada. De hecho, nos parece uno de los mejores vehículos de tipología similar. A nuestro juicio, supera al Audi Q8 (no hemos podido compararlo con el Q7, que es su rival más claro por tipo de carrocería) porque su interior parece fabricado con materiales que dan mayor sensación exclusividad y lujo. Otra ventaja a favor del X5, es que rueda con más suavidad y es más cómodo de suspensión.

Aunque vale como todoterreno, pues tiene una altura libre al suelo generosa (214 mm, que pueden ser más con la suspensión neumática) y dispone en opción de programas de conducción para distintos tipos de superficies (que no podía tener el anterior X5), las mejores cualidades del X5 se notan en vías asfaltadas. En curvas, cambia muy bien de trayectoria para su peso y tamaño. Un Volvo XC90 y un Land Rover Discovery son claramente menos ágiles. En carreteras amplias y despejadas transmite una elevada confianza a sus ocupantes.

Sus 4,92 metros de longitud y más de 2,0 m de anchura (que es mucho, aunque un Land Rover Discovery es aún mayor; un Volvo XC90 o un Audi Q7 son más estrechos) incomodan en el momento de aparcar. No abundan las plazas donde un coche así quepa sobradamente y, menos aún, se puedan abrir las puertas en un ángulo suficiente para que los ocupantes suban y bajen de él con holgura.

La dirección a las ruedas traseras (Dirección Activa Integral) es una opción muy valiosa si se van a hacer muchos kilómetros por ciudad. Gracias a ella, el X5 se maneja bien (para lo grande que es) en zonas urbanas con calles estrechas. También mejora las reacciones en carretera, pero es complicado enjuiciar su influencia con total precisión pues habría que probar en las mismas circunstancias otro X5 sin dicho elemento. Lo que sí podemos decir es que nuestra unidad, que tenía dirección trasera, ha reaccionado muy bien en los ejercicios de esquiva y eslalon que realizamos en circuito.

Puede haber quien se plantee si elegir el X5 o el Serie 5. Cada uno tiene sus ventajas e incovenientes; no hay uno mejor que otro en términos absolutos. El primero ofrece un acceso más cómodo a sus ocupantes por la posición más elevada de sus asientos (aunque sería mejor si las puertas traseras liberasen un hueco mayor para entrar). Por contra, como los ocupantes van más altos, se ven más afectados por los movimientos que describe la carrocería en curvas y al sobrepasar irregularidades. La ventaja indiscutible para el Serie 5 es su menor precio, mayor economía de uso y mejores prestaciones (ficha comparativa en sus respectivas versiones 30 d de 265 CV).

El maletero, de 650 litros con cinco plazas (575 con la opción de siete, estando solo las dos primeras filas en posición de servicio), tiene un portón de dos piezas. Una de ellas se abre hacia arriba y otra hacia abajo: opcionalmente, ambas hojas pueden tener asistencia eléctrica. También hay una cortinilla eléctrica que se recoge en un carrete y, en un segundo paso (también con asistencia eléctrica), se aloja en el piso del maletero (imagen de esta cortinilla).

Una de las principales dificultades que entraña la compra del X5 (al igual que ocurre en otros coches de este nivel de precio) es que la lista de opciones es particularmente extensa, pues incluye elementos que pueden variar notablemente la percepción que se obtiene del vehículo. Nuestra unidad de pruebas tenía un buen número de equipamiento extra y, por ello, en los textos que siguen (Impresiones del interior, Impresiones de conducción y Algunos elementos de equipamiento) citamos qué nos han parecido algunos de ellos.

En el comparador de seguros de km77.com hemos calculado el precio de una póliza a todo riesgo sin franquicia para un BMW X5 de 265 CV. El tomador es un varón de 50 años que vive en Madrid y recorre unos 40 000 kilómetros al año con su vehículo, el cual guarda en un garaje individual. Esta persona lleva más de 10 años como titular de otro seguro de coche y durante los últimos 6 no ha dado ningún parte de accidente. Con estas características, el precio más bajo lo ofrece Mapfre por 521 euros, que es un precio muy competitivo.