BMW X2 (2018) - Prueba | Impresiones de conducción
La versión del BMW X2 que hemos probado es la sDrive20i antes de la reducción de potencia que sufrió a finales de 2020. Es decir, con 192 CV y no con los 178 desde ese momento (Cambios en la información).
La unidad de la prueba llevaba el nivel de equipamiento M Sport, un cambio automático de doble embrague de 7 velocidades y tracción en las ruedas delanteras. El nivel M SPORT, además de darle un aspecto diferente, supone también la instalación de una suspensión deportiva, más firme que la de serie y que deja la carrocería 10 milímetros más cerca del suelo. Adicionalmente, la unidad de prueba tenía la opción de amortiguadores de dureza variable.
El motor tiene un funcionamiento agradable porque vibra muy poco, produce poco ruido y su respuesta al acelerador es rápida, es decir, que el lapso de tiempo que transcurre entre que se pisa el acelerador y el motor comienza a empujar es pequeño. La relación entre prestaciones y consumo es muy buena. La unidad que hemos probado ha tardado 3,0 segundos en acelerar de 40 a 80 km/h y 5,0 en hacerlo de 80 a 120 km/h, mientras que el consumo en el recorrido de referencia —un trayecto de 143,3 kilómetros por una autovía con numerosos cambios de pendientes, completado a 120 km/h de velocidad media real y con el climatizador desconectado— fue 7,4 l/100 km.
Las dos alternativas más próximas por tamaño y potencia que hemos probado son el MINI Cooper S E Countryman ALL4 y el Volvo XC40 T5 AWD. El MINI es híbrido, tiene 224 CV y tracción total; es 200 kilogramos más pesado que el BMW (ficha comparativa) y acelera un poco más rápido que este (2,8 s de 40 a 80 km/h y 4,7 s de 80 a 120 km/h). Su consumo en el trayecto de referencia fue un poco más elevado, 7,6 l/100 km.
El Volvo tiene 247 CV, tracción total y un cambio automático de 8 velocidades. Como el MINI, también es más pesado que el BMW, en concreto, 225 kilogramos más (ficha comparativa). Fue un poco más lento acelerando (3,1 s de 40 a 80 km/h y 5,1 de 80 a 120 km/h) y consumió mucho más en la prueba de consumo, 9,7 l/100 km.
Cuando se acelera a fondo desde baja velocidad, el motor empuja con mucha fuerza y las ruedas tiran de la dirección de un lado a otro. Es un efecto que obliga a sujetar el volante con un extra de firmeza para conseguir un guiado preciso. La dirección es rápida y directa. Es una de las que mejor tacto y sensación de precisión transmite. Su dureza, es decir, la fuerza que hay que hacer para girar el volante, es mayor en el programa de conducción SPORT que en el COMFORT y ECO PRO. A mí, personalmente, me parece que la dureza en modo SPORT es muy alta, incluso para hacer una conducción deportiva.
Además de ser uno de los vehículos de su categoría con mejor tacto de dirección, también es, junto con el MINI Countryman, uno de los más eficaces y ágiles en curva. Tiene un tacto de conducción propio de una buena berlina de su tamaño. La unidad que hemos probado tenía la suspensión opcional de dureza variable, la cual deja al conductor elegir entre dos posiciones: COMFORT y SPORT. En el modo SPORT los movimientos de la carrocería son notablemente más pequeños, algo que se nota tanto en asfalto en buen estado (porque el balanceo es inferior) como, sobre todo, en asfalto bacheado. En este último caso la diferencia es particularmente notable porque los movimientos de extensión y de compresión son manifiestamente más cortos, la carrocería queda mejor sujeta antes las diferentes fuerzas a la que se ve sometida y la sensación precisión de guiado es mayor.
A pesar de la agilidad y eficacia recién comentadas, no hemos conseguido completar la maniobra de esquiva entrando a una velocidad elevada. Lo máximo que hemos logrado ha sido 73 km/h, que es un valor más bien bajo. Con un Volvo XC40 entramos a la misma velocidad y con un Mercedes-Benz GLA lo logramos a 77. En cualquier caso, las reacciones del X2 en esta prueba no fueron bruscas, ni la carrocería hizo movimientos extraños que dificultarán el manejo del vehículo. El principal obstáculo que nos impidió entrar a más velocidad fue el subviraje, que era notable. En el vídeo que hay encima de estas líneas se puede ver como reacciona el X2 a más de 73 km/h.
Los frenos son la parte menos adaptada a una conducción deportiva porque dan una deceleración mediocre y su resistencia al calentamiento es normal. La unidad probada tenía unos neumáticos Pirelli Cinturato P7 (medida 225/45 R19) y hemos necesitado 55,6 metros para hacer una detención desde 120 km/h. El MINI Cooper S E Countryman ALL4 con los mismos neumáticos por marca y dimensiones se detuvo en 54,6 metros, mientras que con el Volvo XC40 T5 AWD nos hicieron falta 53,2 metros (Continental ContiPremiumContact 6, medida 235/50 R19).
El confort de marcha en modo COMFORT es correcto. La suspensión tiene un ajuste tirando a firme (todavía más en modo SPORT) y, aunque no responde con sequedad ante baches abruptos, no es el modelo óptimo para quien dé especial atención a la faceta de confort sobre cualquier otra. Un Audi Q3, un Mercedes-Benz GLA y un Volvo XC40 con la suspensión de serie son más cómodos. El aislamiento acústico del habitáculo es bueno, similar al de sus alternativas.
La caja de cambios automática es una delicia. Funciona con mucha suavidad, incluso en maniobras a baja velocidad, y los cambios se suceden de manera imperceptible. El manejo manual me ha gustado porque reacciona con rapidez a las órdenes (que se dan mediante toques longitudinales en la palanca o pulsando las levas que hay tras el volante) y da la posibilidad de sostener la marcha aunque se llegue al límite de revoluciones (para ello hay que colocar el control de estabilidad en una posición de desconexión parcial llamada DSC Sport, si no se hace así el cambio sube de marcha automáticamente).
En los programas de conducción COMFORT y ECO PRO la caja de cambios inserta el punto muerto cuando se suelta el pedal de acelerador para disminuir de esta manera la pérdida de velocidad debida a la retención del motor. En modo ECO PRO esta función de avance por inercia se activa con mucha frecuencia, mientras que en modo Normal lo hace en muchas menos ocasiones. En modo SPORT está desactivada.
El BMW X2 tiene un radio de giro ligeramente inferior al del Audi Q3, el Mercedes-Benz GLA y el Volvo XC40 y una de las carrocerías más estrechas (ficha comparativa). Esto le da una leve ventaja competitiva cuando se trata de maniobrar en espacios pequeños, si bien creo que es recomendable adquirir la cámara de visión trasera (la resolución de la imagen es buena, imagen). Los tres retrovisores son de buen tamaño y permiten tener un correcto control de los elementos circundantes, aunque he echado en falta la alerta por presencia de vehículos en el ángulo muerto, un equipamiento que no está disponible ni como opción.
Los faros de ledes del BMW X2 son opcionales (de serie son halógenos) y dan una iluminación muy buena. El sistema de cambio automático entre cortas y largas hace el paso de un haz a otro bruscamente y no de manera progresiva. El inconveniente de esta manera de actuar es que, bajo determinadas condiciones de tráfico, el coche puede encender y apagar las luces largas con rapidez y dar la sensación a quién viene de frente que hemos dado una ráfaga.