BMW Serie 7 735i (2002) | Mucho que manejar desde el puesto de conducción
El puesto de conducción es uno de los elementos más innovadores y que más distingue al nuevo Serie 7. Lo único que no cambia son los pedales.
En el volante que he probado, BMW ha puesto tantos botones, que ha dejado poco sitio para agarrarlo adecuadamente (más información sobre los mandos del volante).
Según el tamaño de la mano y la forma de agarrar el volante que tenga cada persona, podrá encontrarlo desde cómodo hasta insoportable. Los dos radios superiores del volante están muy próximos a las protuberancias para los botones superiores del cambio. A causa de ello, es imposible cerrar la mano entera sobre el volante en la posición de las «diez y diez» (analogía a las agujas del reloj).
Quien no tenga costumbre de cerrar los cinco dedos sobre el aro del volante, sino sujetarlo sin cerrar la mano, puede que lo encuentre cómodo. Si, además, tiene la mano grande, podrá alcanzar fácilmente los botones para el cambio. Quien tenga la mano pequeña y no se sienta cómodo si no cierra completamente la mano, tendrá un problema con este volante, hasta que se acostumbre a llevar las manos en otro sitio.
La unidad que he probado llevaba el asiento opcional «Classic», que cuesta 1.927 €. Si el asiento de serie tiene la dureza y proporciones del opcional, es muy bueno. En el de serie se puede ajustar eléctricamente la banqueta en altura, longitud e inclinación; el respaldo en inclinación, grado y altura del apoyo lumbar; y el reposacabezas en altura. Con los ajustes del asiento opcional lleva más tiempo encontrar la posición adecuada, pero hacen que sea verdaderamente versátil y adecuado para personas de cualquier talla, complexión y forma de conducir (más información sobre las opciones del asiento).
Los mandos de intermitentes, limpiaparabrisas y programador de velocidad son secuenciales (no tienen posiciones fijas). Estos dos últimos funcionan bien, pero el de intermitentes me parece mejorable en tres aspectos: uno, que es necesario un giro muy grande del volante para que deje de parpadear; dos, que se oye poco; tres, que para maniobras donde se gira poco hay que sujetarlo (el de Mercedes dan cuatro destellos con una sola pulsación).
Hay ocho elementos que se controlan mediante un mando central: equipo de sonido, mandos manuales de la climatización, navegador, teléfono, ordenador, programación de ciertas funciones, conexión con la red Assist de BMW y textos de ayuda. Algunos de estos elementos son opcionales. Cuando se elige una función, aparece en la pantalla central que tiene en el salpicadero (más información sobre el i-Drive).
Como sistema para manejar muchas cosas con un solo mando me parece muy conseguido, si se dedica tiempo suficiente para aprender su funcionamiento. En este sentido, si BMW quería hacer un coche completamente distinto, ha perdido una gran ocasión de cambiar el libro de instrucciones por algo en formato digital, que enseñe cómo se hacen las cosas, además de explicarlas.
El eventual problema del i-Drive es que distrae; para cualquier operación hay que mirar a la pantalla, y a veces mucho. Si el conductor está concentrado en la carretera no hay problema, pero tiene que hacer ese esfuerzo porque cabe la posibilidad de quedarse mirando a la pantalla.
El freno de estacionamiento no es mecánico, sino hidráulico; se conecta y desconecta mediante un botón eléctrico y actúa sobre las ruedas traseras. Tiene, además, un freno de estacionamiento automático que se puede usar con el motor en marcha. Si se activa su funcionamiento, frena las cuatro ruedas cuando se pisa el pedal del freno y el coche queda detenido; al iniciar la marcha (hacia delante o hacia atrás) quita el freno de las ruedas automáticamente.
Me ha parecido muy útil y cómodo cuando se circula en ciudad, en caravana, o para arrancar en una rampa. En cambio, se ha conectado innecesariamente en maniobras de aparcamiento, antes de que el coche estuviera completamente detenido. Tampoco es cómodo cuando se maniobra en rampa o pendiente pronunciadas porque, si hace falta pisar mucho el acelerador para que el coche comience a moverse, puede que lo haga bruscamente.
Alrededor del conductor hay huecos bastantes para dejar cosas diversas. El menos práctico es la guantera, que es pequeña, se abre poco y queda lejos. Su función la puede hacer el hueco que hay en el reposabrazos central, que es muy grande (cabe la documentación, las cajas de seis CD y sobra sitio), puede estar refrigerado y tiene dos tapas. Además, hay un cajoncito para cosas pequeñas en el salpicadero, otro en la consola y huecos sin tapa en las puertas.
El sistema de ventilación me ha parecido muy eficaz. La renovación del aire es rápida y, si el coche circula deprisa, silenciosa. En cambio, en ciudad o marcha lenta, el ventilador gira a una velocidad muy rápida para mantener la temperatura adecuada. Como el motor suena muy poco, el ruido del ventilador puede llegar a ser molesto; si se atenúa su funcionamiento, la renovación del aire puede llegar a ser insuficiente. Parece bien aislado, pero no tiene los cristales dobles del anterior Serie 7. Por lo que he podido ver, el climatizador reacciona muy bien a los cambios de intensidad del sol (más información sobre el sistema de ventilación).