BMW Serie 6 (2007) | Impresiones del interior

24/12/2007 |Juan Manuel Pichardo

El interior del Serie 6 de año modelo2008 es prácticamente idéntico al del anterior. Hay pequeñas diferencias en algunos mandos, en la decoración y en las tapicerías.

En las plazas delanteras es amplio (145 cm a la altura de los hombros) y con el asiento en la posición más baja la altura hasta el techo es elevada.

El puesto de conducción nos parece bueno en general, salvo por la falta de ajustes para la altura para el cinturón (en el Coupé) y para el apoyo lumbar. La teoría de BMW es que el conductor tiene que condicionar su postura para que el cinturón le quede a la altura adecuada.

Para el pasajero también es un inconveniente que el cinturón no tenga ajuste de altura, porque eso determina la posición longitudinal del asiento. Si retrasa el asiento al máximo (que es lo ideal desde el punto de vista de la seguridad), la parte superior del cinturón queda muy mal colocada, casi despegada del cuerpo. No ocurriría así si se pudiera bajar el cinturón. En la versión Cabrio, los cinturones delanteros sí son regulables en altura.

Las otras cualidades del asiento son buenas: recoge el cuerpo satisfactoriamente y tiene las dimensiones y los ajustes necesarios para que se puedan acomodar personas de muy distinta complexión. El asiento del conductor tiene de serie ajuste eléctrico y tres memorias de posición (por si lo usan distintos conductores).

Las plazas traseras del BMW Serie 6 son poco útiles a causa del espacio y, para algunas personas, de la forma de los asientos. Dada la altura disponible (que no es mucha) y la inclinación del respaldo (casi vertical), una persona de 1,70 m de altura roza con la cabeza en el techo. La anchura no es grande pero sí suficiente para dos personas; falta espacio para las piernas.

Quien quiera un cupé o un descapotable y vaya a utilizar frecuentemente las plazas traseras, es mejor que primero valore si son satisfactorias. Si no lo son, hay otros modelos más pequeños con más espacio atrás, como el Mercedes CLK.

La calidad de acabado es la que corresponde a un coche de este precio. Casi toda la puerta está forrada de cuero; el salpicadero, en cambio, está revestido de distintos tipos de plástico, todos de buen aspecto y un tacto blando (aunque no mucho).


La consola está hecha de un plástico gris claro («Ruthenium efecto perla brillante») con aspecto de aluminio; no hay muchos elementos metálicos de acabado, salvo los tiradores de las puertas. Las zonas donde el plástico suele ser de menor calidad, como el recubrimiento de los soportes de los asientos, también tienen un plástico pintado de buen tacto.

La calidad de ajuste también nos parece adecuada al precio del coche. Todos los elementos móviles tienen un tacto sólido; lo único que nos ha parecido mejorable ha sido las cerraduras de las dos tapas que hay entre los asientos delanteros (una guantera y el espacio para el teléfono).

Entre los huecos interiores para dejar cosas hay una guantera con 4,8 l de capacidad (si no lleva el cargador de CD) y una caja con cerradura entre los asientos delanteros. El maletero del Coupé mide 450 l de volumen y tiene una forma regular; es útil y fácil de cargar. Es un buen tamaño, aunque un Mercedes-Benz CL tiene 40 l más. El maletero del Cabrio mide 350 l con la capota desplegada y 300 l con la capota guardada en el maletero.

Como es normal en BMW, hay una gran cantidad de elementos opcionales para configurar el interior. Está muy bien ampliar las posibilidades de elegir, pero resulta chocante que algunos elementos sean opcionales; en un 650i de casi cien mil euros hay que pagar 578 porque los asientos delanteros tengan calefacción.