BMW i4 (2022) - Prueba | Impresiones del interior
El habitáculo del BMW i4 tiene un diseño clásico. El conductor se siente arropado por el salpicadero, hay un botón para arrancar el motor, una palanca para seleccionar la marcha y muchos botones en la consola (imagen). Es un concepto muy diferente al del Tesla Model 3, más simple, más abierto y más diáfano (imagen). Cuestión de gustos.
En lo que no hay debate posible es en lo relativo a la calidad de construcción. El BMW está muy por encima del Tesla. Es una sensación que comienza desde el mismo momento en que se abre y cierra la puerta. Una vez dentro, se constata que los materiales de recubrimiento del i4 tienen mejor presencia y tacto y que el encaje de las piezas es más firme y preciso. No se oyen crujidos ni ruidos molestos cuando se pasa por algún bache o imperfección del asfalto. Hay muy poco plástico negro brillante y los numerosos botones y mandos se sienten sólidos al presionarlos.
El i4 no es exactamente igual por dentro que su «hermano» de combustión, el Serie 4 Gran Coupé. Este último todavía tiene el sistema operativo BMW 7.0 y el antiguo conjunto de dos pantallas separadas (instrumentación de hasta 12,3 pulgadas y multimedia de hasta 10,25; imagen). El i4 utiliza el software BMW 8.0, una pantalla de 12,3 pulgadas para la instrumentación y otra de 14,9 para el multimedia, unidas ambas bajo un mismo cristal curvo (imagen).
Como ya comentamos en la prueba del BMW iX, que lleva el mismo equipo multimedia que el i4, hace falta un tiempo largo para hacerse con el manejo de todas las funciones que hay disponibles. El menú de aplicaciones abruma al principio y encontrar lo que uno busca no siempre resulta sencillo ni intuitivo. Es posible crear accesos directos y configurar la pantalla principal al gusto de cada uno, pero hay que tener un cierto grado de desenvoltura con el uso de la tecnología para que todo esto no resulte un infierno.
La postura al volante es la tradicional en una berlina de BMW: cerca del suelo, con las piernas estiradas y con un volante que queda perfecto para asirlo. El asiento y el volante cuentan con diversas y generosas regulaciones para que cada uno se coloque como le resulte más cómodo. Los asientos de serie, llamados «deportivos», son confortables y sujetan bien el cuerpo. En opción hay unos denominados «M Sport» que sujetan mejor, tienen el reposacabezas fijo y la posibilidad de regular la anchura del respaldo.
El acceso a las plazas posteriores es mejorable. Hay que esforzarse para pasar el cuerpo y las piernas sin tropezarse, algo que probablemente no será un problema para un niño, pero sí para un adulto que no sea medianamente ágil o fino. Dentro hay espacio para que dos personas de hasta 1,80 metros de estatura viajen bien. Personas más altas empezarán a encontrar problemas con el espacio para las piernas y la cabeza. Tres adultos de corpulencia normal no caben (en realidad sí caben, pero muy mal). No obstante, el mayor inconveniente de estas plazas es la incómoda postura que se adopta cuando se va sentado en ellas. El piso está muy cerca del asiento, por lo que las rodillas quedan muy por encima de la cadera y los muslos no apoyan. Además, los laterales que dan hacia las puertas son muy abultados. En definitiva, no son unas plazas idóneas para aguantar un viaje sin soltar alguna queja.
Solo hay un maletero, trasero, de 470 litros. Es más grande que el maletero posterior del Polestar 2 (448 l) y menor que el del Tesla Model 3 (513l). Según nuestras mediciones, el del Tesla es más profundo, más ancho y más alto que el del BMW y el Polestar. Como se puede comprobar en esta tabla comparativa, son diferencias que con respecto al BMW no superan los cuatro centímetros, pero ahí están. La ventaja del BMW y del Polestar es que tienen formas más regulares y fáciles de aprovechar. Además, ambos cuentan con un portón con accionamiento eléctrico y una enorme boca de carga, gracias a la cual cargar objetos voluminosos resulta mucho más sencillo. También la iluminación del maletero está mucho mejor resuelta en el BMW y el Polestar que en el Tesla.
En el i4 no hay un maletero frontal, aunque la versión eDrive40 bien podría tener uno pues hay un gran hueco bajo el capó que BMW no ha querido aprovechar (imagen). En el M50 ese hueco está ocupado por el motor y otros componentes como el compresor de la bomba de calor (imagen). El Polestar 2 sí tiene un maletero delante (41 litros; imagen) y el Tesla Model 3, también (117 litros; imagen). Es algo que resulta muy útil para, por ejemplo, guardar los cables de recarga y que estos no anden molestando ni ensuciando el equipaje que llevemos detrás.