Respecto a las otras versiones de este mismo motor con 200 CV, el del TTS tiene los siguientes cambios: la culata está construida en una nueva aleación de aluminio-silicio; los asientos del cigüeñal, los pernos de los pistones, sus aros y las bielas están reforzado; además, los árboles de levas y los anillos de los asientos de las válvulas han sido mejorados. El turbocompresor, de mayor tamaño, genera una sobrepresión relativa de 1,2 bar (es decir, sin tener en cuenta la presión atmosférica) y el intercooler es de aluminio, en vez de plástico, lo que permite una mejor refrigeración del aire de admisión.

l TTS tiene de serie la amortiguación variable («Magnetic Ride»; vídeo 2:03 min). Este elemento es opcional en otros modelos de la gama TT y también la puede tener el nuevo Audi A3 y S3. Con la suspensión «Magnetic Ride», existe la posibilidad de cambiar manualmente la dureza de los amortiguadores en dos valores («Normal» o «Sport»), o de forma automática en función de las condiciones de conducción y de la calzada (artículo técnico sobre este tipo de amortiguadores).


Respecto a cualquier TT, Audi ha cambiado para el TTS ciertos ajustes en la dirección y ha reforzado algunas partes de la suspensión. El control de estabilidad tiene un ajuste específico que según Audi «permite realizar derrapajes controlados».

Como en los otros Audi de motor transversal y tracción total, la fuerza del motor va al eje delantero y, de ahí, al eje trasero mediante un elemento de fricción (un embrague multidisco «Haldex»). No tiene un diferencial central, como ocurre en los Audi de motor longitudinal.

Las pinzas van pintadas en negro y las delanteras tienen el logotipo TTS.