El Audi Q5 2021 es el reemplazo del Q5 2017. Ambos pertenecen a la segunda generación del Audi Q5, pero el modelo 2021 tiene cambios en el diseño, el equipamiento y la gama de motores. Está en venta desde 57 030 euros; precios de toda la gama Audi Q5 2021.

Una de las novedades más importantes en la gama de motores es la introducción de un sistema de hibridación ligero. Incialmente lo llevaban todas las versiones excepto la de menor potencia (35 TDI de 163 CV), pero desde agosto de 2023, esta última también lo incluye. Esta tecnología les permite contar con el distintivo medioambiental ECO de la DGT.

El sistema de hibridación está compuesto por una batería de iones de litio (adicional a la de plomo ácido convencional) y un pequeño motor eléctrico unido al cigüeñal del motor de combustión mediante una correa. Ambos elementos funcionan a una tensión de 12 voltios (a 48 V en el SQ5 TDI) y sus cometidos son los siguientes: arrancar el motor de combustión, ayudar a este en las fases de aceleración y recuperar y almacenar energía en las fases de deceleración. Además, gracias a este sistema, el Q5 puede circular en determinadas circunstancias con el motor de combustión apagado.

Como sucedía en la gama Q5 2017, hay dos versiones híbridas enchufables: 50 TFSIe y 55 TFSIe, con 299 y 367 CV respectivamente. A ellas les corresponde el distintivo 0 emisiones, el mismo de los coches eléctricos. En este artículo está la información de los Q5 TFSIe. A continuación, una tabla resumen de la actual gama Audi Q5 2021.

La carrocería de Audi Q5 2021 mide 4,68 metros de longitud, 1,89 m de anchura y 1,64 m de altura. Son unas dimensiones similares a las de un BMW X3 y un Mercedes-Benz GLC, sus dos principales alternativas. Si tomamos como referencia las correspondientes versiones Diesel de entre 150 y 163 caballos, el Audi queda por precio a medio camino entre el BMW (el más barato y el menos potente, pero el único con etiqueta ECO) y el Mercedes-Benz (el más caro). Ficha técnica comparativa.

Desde finales de 2020 se puede adquirir el Audi Q5 Sportback, que es en esencia el mismo coche, pero con una carrocería distinta en su parte final. Es el modelo que rivaliza con el BMW X4 y el Mercedes-Benz GLC Coupé.

Todos los Audi Q5 tienen un cambio automático de doble embrague de siete relaciones, excepto el SQ5 TDI, que tiene uno de convertidor de par y ocho marchas. La tracción es siempre en las cuatro ruedas, excepto en el 35 TDI, que es en las delanteras. Hay dos sistemas de tracción total: quattro y quattro-ultra. El primero solo lo lleva el SQ5 TDI y es de tipo permanente, con una distribución de par 40/60 (delante/detrás) que puede variar en función de la situación. El quattro-ultra lo llevan el resto de Q5 y es un sistema que, en condiciones normales, hace que el coche ruede con tracción delantera y, cuando detecta una posible pérdida de adherencia, envía par a las ruedas posteriores.

En el habitáculo nada cambia con respecto al Q5 2017 en todo lo que concierne a calidad de materiales y acabados (es que alta), espacio para los pasajeros y amplitud del maletero (mediciones del interior). La novedad más importante se da en el sistema multimedia: hay una nueva pantalla (más grande y de mayor resolución), un nuevo procesador y un nuevo software. Además, la pantalla es táctil (antes no lo era) y eso ha cambiado la manera de interacción (a peor). Han desaparecido los mandos que había justo delante del selector del cambio y ahora ha de hacerse todo a base de pulsaciones. Más información en las impresiones del interior.

No hay cambios en la suspensión, de la que hay cuatro posibilidades: suspensión de serie, suspensión deportiva (con amortiguadores más firmes), suspensión con amortiguadores de firmeza variable y suspensión con muelles neumáticos. Nosotros hemos probado esta última y nos ha parecido que hace un gran trabajo suavizando los baches y gestionando los movimientos de la carrocería. Como en el Q5 2017, hay varios modos de conducción disponibles, entre ellos uno denominado off road, que facilita el avance por zonas no asfaltadas.

El Q5 está disponible con dos «acabados» —Advanced y S line— y, como es habitual en Audi, con multitud de opciones que pueden incrementar el precio ostensiblemente. De serie son siempre los siguientes elementos: llantas de aleación (mínimo de 18 pulgadas), faros de ledes, sensores delanteros y traseros de ayuda al aparcamiento, cámara trasera, portón del maletero con accionamiento eléctrico y programador de velocidad. Para mayor información sobre el equipamiento de serie opcional, así como sobre su coste, recomendamos pinchar en la pestaña de Precios, datos y equipamientos.

Aunque los faros tienen una forma ligeramente distinta a la de los del Q5 2017, la tecnología de iluminación es la misma. Siguen estando disponibles los faros matriciales MatrixLED (de serie S line, Black line edition y Genuine edition), que tienen una matriz de ledes de apagado y encendido individual. Sí es novedad el empleo de diodos de tipo OLED para los pilotos (es una opción, imagen) y el sensor de proximidad incorporado en la parte posterior que los enciende cuando detecta que el usuario se aproxima a esta zona del vehículo (este tiene que estar a menos de dos metros). Audi permite elegir entre tres firmas lumínicas distintas para los pilotos con el único objetivo de ofrecer más posibilidades de personalizar el aspecto del vehículo.

El Q5 se fabrica en la factoría que Audi tiene en San José Chiapa, México. Asegurar un Q5 40 TDI quattro a todo riesgo sin franquicia cuesta un mínimo de 503 euros al año, según nuestro comparador de seguros. Esta póliza la ofrece la compañía Mapfre para una mujer de 39 años que reside en Barcelona y realiza hasta 25 000 km al año.