Audi Q5 (2017) | Impresiones de interior

12/03/2020 |Mario Garcés (@mgarces83) y Alfonso Herrero (@alf_reguart)

En el interior del Q5 se percibe una sensación de calidad y sobriedad a partes iguales. La combinación de colores oscuros de la unidad que fotografiamos, resta vistosidad y calidez en comparación, por ejemplo, con el Škoda Kodiaq que probamos. Esta impresión puede mejorar si se opta por otro color de tapicería y, tal vez, por molduras de madera en lugar de metálicas (como por ejemplo, en este interior).

Independientemente de los materiales de ornamentación que se elijan, aunque sean clásicos, Audi consigue que el habitáculo tenga un aire sofisticado, lujoso y recio. Allá por donde se mire, acaricie o apriete hay plásticos y texturas sólidas, bien ajustadas y con una terminación impecable.

El acceso al Q5 2017 es sencillo para personas de agilidad normal. A quien no se mueva con facilidad y tenga una estatura media o inferior, quizás le resulte incómodo bajar del coche porque la distancia del asiento al exterior es grande y tendrá que dar un saltito o dejarse caer con cuidado.

Las puertas son pesadas, lo que dificulta especialmente la salida tanto si se aparca en horizontal, porque hay que vencer la resistencia que hacen, como si se aparca sobre terreno inclinado, porque se suma una inercia difícil de vencer (en un BMW Serie 7, por ejemplo, aunque las puertas son grandes y pesadas, el sistema de apertura está diseñado de forma que hay que hacer poco esfuerzo). Además (y esto es algo que no recuerdo que me haya ocurrido en otros coches con tantísima frecuencia), las gomas parecían ejercer resistencia al cierre y tenía que impulsar con más fuerza de lo habitual las cuatro puertas para que no quedasen entreabiertas. No sé si sería un defecto de la unidad que probamos o si es un defecto del Q5.

Todos los Q5 en los que nos hemos montado tenían los asientos deportivos, con la opción de la banqueta extensible. Al sentarnos en ellos nos han parecido duros pero esa sensación ha desaparecido rápidamente y nos hemos sentido cómodos a los pocos kilómetros. En estas plazas delanteras hay espacio suficiente para personas de hasta dos metros de estatura, tanto si está instalado el techo de cristal como si no (en el caso del Q5 sólo resta 2 cm de altura máxima, aunque es frecuente que resten más espacio). Los apoyacabezas, opcionalmente, se pueden ajustar también en dirección longitudinal, para colocarlos a la distancia adecuada de la nuca (son los que aparecen en esta imagen).

El interior mantiene el aspecto de otros modelos recientes de Audi. De hecho, varios componentes son idénticos a los que se encuentran en otros modelos, como el A4. Uno de ellos es la pantalla en color de 12,3 pulgadas en la que se muestra la instrumentación, con la información principal del coche (imágenes con distintas configuraciones) y que se ve perfectamente con cualquier condición lumínica. Hay una segunda pantalla, que puede ser de 7 o de 8,3” (su tamaño depende del sistema multimedia instalado), sobre el salpicadero, fija (imagen).

Audi, acertadamente, no ha recurrido al sistema multimedia para manejar la climatización (como sí ocurre en un Peugeot 5008). Esta sigue teniendo mandos físicos en el salpicadero (imagen) con sus propias pantallas para ver los ajustes (imagen). Mediante una aplicación para el teléfono móvil es posible activar el sistema de ventilación antes de entrar en el coche para reducir unos grados la temperatura. Y, si se equipa el sistema de calefacción auxiliar, también se puede programar esta para caldear el habitáculo. Para quien utilice el coche en climas fríos, pueden ser también interesantes las opciones del aro del volante calefactable y el parabrisas térmico.

Bajo los mandos del climatizador y la fila de botones para elementos como el control de descensos o el mando «drive select», está la superficie táctil denominada MMI Touch que permite utilizar algunas funciones de la pantalla (hacer zoom o escribir, por ejemplo; hay otra variante, llamada MMI Touch Plus que tiene además ocho botones configurables); junto a ella hay unos botones que dan acceso directo a la radio, el navegador, el teléfono o los menús de configuración del coche (imagen) y que una vez aprendidos son fáciles de utilizar sin dejar de mirar la carretera.

 

Entre los asientos y tras la palanca de cambio hay dos huecos portabebidas y un cajón. En este se puede colocar una bandeja (imagen) que sirve para recargar sin cables un móvil (siempre que este sea compatible con la recarga por inducción; imagen) y conectarse a la antena del coche para mejorar la señal. La bandeja se desliza por una guías para poder meter la mano con mayor facilidad en el hueco que hay bajo ella, aunque no siempre resulta cómodo buscar o depositar objetos en el cajón porque son varios los elementos a manipular (por ejemplo, para buscar el mando del garaje o la cartera para pagar en un peaje, puede ser necesario levantar el reposabrazos, apartar la bandeja y meter el brazo hacia el fondo por detrás de los portabebidas, lo que resta agilidad si surgen estas eventualidades rutinarias; imagen).

Las plazas traseras tienen más anchura que la media y la distancia entre los anclajes ISOFIX de un lado y el otro es normal (45 cm).  En el suelo hay un obstáculo grande, el túnel por el que pasa la transmisión, y complica utilizar la plaza central (al menos en el caso de un adulto) o pasar de un lado al otro del coche. En la consola hay salidas del sistema de climatización, un par de botones para ajustar la temperatura (si está montado el climatizador de tres zonas —835 €— o de serie con el nivel design; imagen) y una toma de 12 V, pero ninguna de tipo USB. Como opción, es posible añadir unas tabletas para que se entretengan estos pasajeros (imagen).

Opcionalmente la banqueta trasera puede estar dividida en dos partes asimétricas (60:40) y desplazarse 12 cm por unos carriles para configurar el espacio disponible para las piernas y el equipaje (si se aumenta uno, disminuye el otro). En la posición más favorable para los pasajeros, el espacio para las piernas es similar al que hay en un Mercedes-Benz GLC, un poco menor al de un BMW X3 (2 cm) y muy inferior (13 cm) al que ofrece un Lexus NX. Cuando se adelanta del todo la banqueta, la capacidad del maletero aumenta de 550 a 610 si los respaldos —que se pueden colocar en tres ángulos distintos— están cerca de la vertical. Para introducir bultos largos es posible abatir los respaldos con facilidad mediante dos palancas que hay en el maletero (imagen) y que también sirven para levantarlos un poco si están abatidos y así facilitar su colocación.

El volumen del maletero se puede aprovechar bien porque tiene formas regulares. Entre las opciones posibles para esta zona del coche hay unos raíles a los que se pueden anclar elementos de sujeción del equipaje (imagen), una moqueta reversible (uno de sus lados es de plástico para que se pueda limpiar con facilidad) o una red que separa la zona de carga del habitáculo, bien por detrás de los asientos traseros o bien desde los asientos delanteros. Otro elemento que hay que pagar por separado es el sistema de apertura y cierre del portón sin usar las manos. La boca de carga dista 70 cm del suelo (al menos, con la suspensión neumática en su posición normal), una cota baja para lo habitual en todoterrenos (en Mitsubishi Outlander está a 75 cm, un Škoda Kodiaq está a 76 y en un Jeep Cherokee a 77).