Audi S4 y S4 Avant (2016) | Impresiones de conducción

21/07/2017 |Fernando Ríos (@RiversChains)

El S4 tiene una suspensión con una excelente puesta a punto. Ciertamente se siente un poco más firme que la de cualquier otra versión de la gama A4, pero la pérdida de confort no es demasiado evidente y, por lo tanto, sigue siendo un vehículo en el que los pasajeros acusan poco el paso de los kilómetros. También tiene un habitáculo bien aislado del ruido exterior, aunque en este caso, el provocado por el motor se deja sentir con más claridad (ahora bien, bajo mi punto de vista es más una ventaja que un inconveniente porque es un sonido bonito, poco estridente y plenamente acorde con el planteamiento del vehículo).

A pesar de su denominación y de su aspecto, el S4 no es un deportivo, entendiendo como tal un vehículo con reacciones ágiles y en el que las maniobras bruscas tienen un efecto claro en la trayectoria. En el S4, como en la mayoría de modelos de la gama S e incluso RS, las sensaciones excitantes vienen dadas por otros factores, como por ejemplo la aceleración que proporciona su motor, la apabullante capacidad de tracción o la elevada velocidad de paso por curva. 

Es un vehículo que permite circular a un ritmo realmente rápido y con un esfuerzo bajo por parte del conductor en todo tipo de vías, ya sea una autopista o una carretera de montaña con curvas lentas. La sensación de control y estabilidad que transmite en todo momento es tan elevada, que en muchas ocasiones, se pierde la referencia de la velocidad a la que se circula. Es, sin ninguna duda, un vehículo muy adecuado para aquellas personas que valoren, por encima de todo, cualidades como la facilidad de conducción o la capacidad de tracción. Si por el contrario se busca un vehículo que permita involucrarse mucho con la conducción, quizá sea mejor opción un BMW 340i o un Mercedes-AMG C 43 4MATIC.

El motor del S4 tiene seis cilindros en «uve» y está sobrealimentado mediante un turbocompresor. Es un motor con un funcionamiento muy refinado que podría pasar por atmosférico dada la progresividad con la que entrega la potencia y, sobre todo, por la rapidez con la que responde a los movimientos sobre el acelerador (tiene muy poco retraso de respuesta del turbo o turbo-lag). No hemos medido sus prestaciones, pero la sensación de empuje es intensa desde muy pocas revoluciones y permite mantener un ritmo muy alto con mucha facilidad. El sonido que emite, como hemos comentado unos párrafos más arriba, resulta especialmente agradable; se deja sentir en el habitáculo y desde el exterior, pero no es tan estridente como el de un S3 o un TTS y casa perfectamente con la filosofía del vehículo.

La caja de cambios de esta versión es automática de tipo convertidor de par y tiene ocho relaciones. Es la misma que utilizan otras versiones de la gama y cumple con su función de manera sobresaliente: cambia de marchas de manera prácticamente imperceptible y además lo hace con mucha rapidez. Es posible que una caja de doble embrague (la S tronic de Audi, sin ir más lejos) sea incluso más rápida seleccionando marchas, pero en general no resulta tan agradable porque, en ocasiones, resulta más brusca (sobre todo a baja velocidad). Se puede cambiar de manera manual a través de la propia palanca de cambios o a través de unas (pequeñas) levas que hay tras el aro del volante, aunque dado el buen funcionamiento de la caja, pocas veces necesitaremos acudir a este modo de funcionamiento.

La dirección es uno de los elementos que menos me han gustado del S4. Cumple con su cometido de manera discreta en ciudad y al practicar una conducción tranquila (apenas ofrece resistencia), pero al aumentar el ritmo se echa en falta un poco más de retorno de información sobre la adherencia de los neumáticos.