Alpine A110 (2018) | Impresiones del interior
El interior del Alpine A110 tiene una cantidad de espacio normal para dos pasajeros. Las puertas no quedan demasiado cerca de los hombros, ni los ocupantes van muy cerca entre sí (un Porsche 718 Cayman es más estrecho entre puertas). La altura máxima libre desde la banqueta al techo es 98 centímetros, que es un buen dato (unos 2 centímetros superior a la del Porsche). La distancia máxima a la que puede colocarse el asiento del conductor de los pedales es 110 cm, que es mucho (aquí gana el Porsche 718 Cayman con dos centímetros más). Como referencia, una persona de 1,93 metros de altura se sentía cómoda.
Los únicos asientos posibles son de tipo baquet (por lo tanto, sin regulación en inclinación del respaldo). Están fabricados por Sabelt sobre una estructura ligera que permite que cada uno pese únicamente 13 kg. Para ahorrar más peso, Alpine ha prescindido de un mecanismo que permita variar su altura cómodamente. Como en competición, para cambiar su posición (altura e inclinación) hay que desatornillarlos de las guías donde van sujetos y volver a fijarlos en otros agujeros (imagen de los asientos). La diferencia entre su posición más baja y más elevada es muy reducida (no más de unos 2-3 centímetros). En todo caso quedan muy cerca del suelo, con lo que hay que estar ágil si se quiere entrar y salir sin dificultades.
Los asientos recogen muy bien el cuerpo porque tienen unos resaltos laterales muy pronunciados. Su relleno de espuma es escaso y duro, con lo que quizá no sean ideales para largos desplazamientos, sino para ir bien sujeto en las curvas. Aunque el asiento del conductor tenga pocos reglajes, como el volante sí tiene amplias regulaciones (en altura y profundidad) es sencillo conseguir una postura cómoda al volante. Los cinturones de seguridad son de tres puntos de anclaje (los normales), aunque más adelante será posible montar unos de tipo arnés de seis puntos de fijación.
Desde el puesto de conducción se controlan aceptablemente bien los extremos de la carrocería (mucho mejor que en otros vehículos con una carrocería cupé de mayores dimensiones). No obstante, hacia atrás se ve mal porque la mampara que separa el habitáculo del motor es de pequeñas dimensiones. Además, no dispone de cámara de marcha atrás que ayude en las maniobras.
Los únicos huecos para depositar objetos están bajo la consola central (imagen, a donde no se accede con facilidad pues hay que forzar el gesto del brazo) y en la prolongación de dicha consola (imagen). Detrás de los asientos también caben objetos como un maletín o una pequeña mochila.
La instrumentación está compuesta por una pantalla configurable. Hay tres vistas principales en función del modo de conducción elegido (Normal, Sport y Track). En cualquiera de ellas la información que aparece es abundante, e incluso hay datos muy poco frecuentes y de dudosa utilidad (como puede ser la apertura de la mariposa de admisión o la presión que ejerce el sistema de frenado, imagen). También me parece que hay indicadores importantes que no se leen con facilidad, como es el caso del indicador del nivel de carburante, que es muy pequeño.
La pantalla del sistema multimedia tiene los menús habituales en muchos coches (navegador, configuración, sistema de sonido y teléfono). Adicionalmente hay uno específico al cual se accede pulsando en el icono «A» ubicado en el centro del menú principal (imagen). Aquí hay aún mucha más información a disposición (entre otras cosas están los indicadores de temperatura de agua y aceite, que no están en la instrumentación), además de un cronómetro de medidor de tiempo por vueltas, temperatura del aceite de la caja de cambios o datos de telemetría (ejemplo 1 y 2 de informaciones que ofrece dicha pantalla).
El A110 tiene dos maleteros, uno en la parte delantera (de 100 litros de capacidad, imagen) y otro en la parte trasera, tras el espacio destinado al motor (de 96 litros, imagen). Sumando la capacidad de ambos, se obtiene un volumen inferior al que tienen los del Porsche 718 Cayman (150 y 130 litros respectivamente), pero claramente superior al del Alfa Romeo 4C Coupé (tenía solo uno, de 100 litros).
Bajo la cubierta del maletero delantero (que se desmonta con relativa facilidad eliminando unos cuantos tornillos) va el depósito de carburante, el radiador del líquido refrigerante, la batería, el líquido de frenos. Para acceder al motor hay que levantar la luna posterior, que está fijada a la carrocería por tres tuercas a las cuales se accede desde el borde inferior del maletero.
Según Alpine, el habitáculo del A110 está fabricado con materiales de calidad, como la piel, el aluminio o la fibra de carbono. Sin embargo, nuestra opinión es que el conjunto no transmite una gran sensación de calidad. Hay piezas que no ajustan bien y muchos plásticos sencillos. Además, hay mandos que Renault utiliza en algunos de sus modelos (y, por lo tanto, de precio mucho más bajo).