El Abarth 124 (Spider y GT) es un descapotable biplaza de 4,05 metros de longitud y tracción trasera con un motor de gasolina de 170 CV. Está construido sobre la base del Fiat 124 Spider por lo que, como este, comparte plataforma con el actual Mazda MX-5.
Ambos, 124 Spider y 124 GT, tienen un techo de lona de accionamiento manual (como en el MX-5). El Abarth 124 GT, que se pondrá a la venta al inicio del verano de 2018, se diferencia porque en su equipamiento de serie incluye una cubierta rígida para el techo o «hardtop», como también suele conocerse. Esta cubierta está fabricada con fibra de carbono, pesa 16 kilogramos, su parte interior está forrada (no sabemos si con tela o cuero) e incluye una luneta térmica. Abarth dice que la instalación de este techo es sencillo y que contribuye a mejorar la rigidez torsional del vehículo.
Otros elementos que diferencian al Abarth 124 GT del 124 Spider son unas llantas de 17 pulgadas del fabricante OZ (que son tres kilogramos más ligeras que las estándar) y un color exclusivo para la carrocería llamado «Alpi Oriental Grey» (el de estas imágenes). En el resto de aspectos —como el motor, la transmisión, las prestaciones, el consumo y la suspensión—, el 124 Spider y el 124 GT son idénticos.
El Abarth 124 Spider está en venta por 38 020 euros (ficha técnica; no disponemos del precio del Abarth 124 GT porque todavía no se comercializa). Es 13 320 euros más costoso que el Fiat 124 Spider, que solo se comercializa con un motor de 140 CV y no puede tener el diferencial trasero autoblocante del Abarth.
Respecto al MX-5 de 160 CV (hay otra versión de 130 CV), el Abarth también es mucho más costoso. Tomando como referencia el MX-5 con el nivel de equipamiento Luxury —que es el que tiene diferencial autoblocante y unos amortiguadores Bilstein distintos a los de serie—, el 124 Spider cuesta 11 020 € más (ficha comparativa).
Las diferencias entre ambos son básicamente el motor —un 1.4 sobrealimentado, mediante un turbocompresor que produce 1,49 bar de presión de sobrealimentación (por tanto, 2,49 bar de presión absoluta), de 170 CV frente a uno de 2,0 l atmosférico de 160 CV—, el sistema de escape —Abarth monta un (sonoramente poco discreto) Record Monza— y decorativas. Lo que hace del Abarth un coche mucho más caro no es su equipamiento sino su proceso de fabricación. El Abarth 124 se construye en Japón, en la misma planta de Hiroshima que el MX-5 y el Fiat 124 Spider; una vez finalizado se transporta a Italia, a Miriafiori, donde se le reemplazan algunos elementos —amortiguación, escape y diferencial trasero, que tiene un ajuste diferente—, se le pinta el capó y la tapa del maletero de negro (es una opción) y se añaden algunos elementos decorativos en el habitáculo.
Los amortiguadores Bilstein del Abarth no son los mismos del Mazda. He conducido por carretera ambos modelos y no he notado diferencias de firmeza en la suspensión. Sí me ha parecido que la dirección del Abarth es ligeramente más firme. Por tanto, la principal diferencia entre ambos es el motor, no tanto por la diferencia de potencia máxima (10 CV) si no por la respuesta de uno y otro.
El motor del MX-5 es fantástico por su inmediatez de respuesta, pero hay que hacerlo girar por encima de 4500 rpm para que dé una aceleración enérgica. En el Abarth, la sobrealimentación logra dar la potencia máxima antes (a 5500 rpm en vez de a 6000) y su mayor par (250 Nm en vez de 200) permite desentenderse del cambio en situaciones en las que con el Mazda no es posible. En una conducción deportiva, recurrir al cambio no supone un problema (más aún con lo bien que funciona) pero en un uso cotidiano por ciudad y alrededores, hay que estar más pendiente de él, por lo que la conducción no es tan relajada. Según las prestaciones oficiales, el MX-5 necesita medio segundo más para acelerar de 0 a 100 km/h y su consumo homologado es dos décimas mayor. Lo primero parece razonable, lo segundo lo pongo en duda, al menos realizando una conducción rápida. Cuando podamos probar el Abarth con detenimiento saldremos de dudas.
Otra gran diferencia entre ambos, a mi criterio, es el sonido de escape. El del Mazda es bonito y discreto mientras que el del Abarth es mucho más grave y potente.
Hay otra desemejanza destacable entre ambos. En el Abarth las personas corpulentas y/o de mayor estatura se encontrarán más a gusto. El MX-5 es un coche no apto para conductores (y pasajeros) que superen (aproximadamente), el metro ochenta. Hay poco espacio para las piernas. En el Abarth 124 Spider, el asiento se desplaza un poco más hacia atrás; no he podido medir esta diferencia, que es pequeña, pero es suficiente para que una persona alta que se suba en uno y en otro la aprecie inmediatamente. De todos modos, quien sea alto deberá buscar alternativas como el Audi TT Roadster. Además, en el Abarth 124 los asientos son más anchos en la parte superior y recogen mejor el cuerpo a las personas que tengan la espalda ancha (y posiblemente peor a los menos corpulentos).
La caja de cambios puede ser una manual de seis velocidades, o bien, por 1900 €, una automática que Abarth denomina «Secuencial Essesse Sports Sequential» y que se puede manejar con unas levas que hay tras el volante. Ambas son de Mazda. Con el cambio automático, las prestaciones son un poco peores y el consumo más elevado (ficha comparativa). Su funcionamiento me ha parecido bueno por rapidez (aun siendo de convertidor de par) y suavidad.
El Abarth 124 tiene un selector mediante el cual el conductor puede elegir dos modos de conducción predefinidos: Normal y Sport (este elemento no está en el Mazda). Modifican el funcionamiento del motor, la sensibilidad del pedal de acelerador, la asistencia de la dirección y el funcionamiento de los controles de tracción y estabilidad. También lo hace sobre la caja de cambios automática, que hace las selecciones con mayor rapidez, incluso con cierta brusquedad.
El Abarth pesa 45 kg más que el MX-5. También es más largo porque la distancia desde el centro de las ruedas a los extremos de los paragolpes es mayor, y el maletero tiene 10 litros más de capacidad (140 l).
A pesar de esos 11 020 € de diferencia respecto al MX-5, el Abarth carece de elementos de equipamiento que sí tiene el otro, como el aviso por cambio involuntario de carril, los sensores traseros de ayuda al aparcamiento, los espejos exteriores calefactados y el interior de oscurecimiento automático, la conexión automática de luces y limpiaparabrisas y el sistema de acceso sin llave. Algunos de los elementos de equipamiento que sí tiene de serie son las llantas de aleación de 17 pulgadas de diámetro pintadas en color «Forgiato Grey», los asientos calefactables, los pedales de aluminio, el programador de velocidad o un sistema de sonido con cuatro altavoces y conexiones para USB y Aux. (no tiene conexión Bluetooth). Opcionalmente se puede pedir el paquete «Sound Plus», que incluye un sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas, navegador, receptor de radio digital, cámara trasera de ayuda al estacionamiento y la conexión Bluetooth para el teléfono móvil. También forma parte de la lista de opciones el paquete «Visibility», que consta de unos faros de ledes para todas las funciones con función adaptativa, un sensor de lluvia y uno de luces.
La carrocería puede ir pintada de cinco colores: «Turini 1975 White», «Costa Brava 1972 Red», «Isola d’Elba 1974 Blue», «Portogallo 1974 Grey» y «San Marino 1972 Black».