Es un prototipo hecho con algunos elementos mecánicos basados en el anterior C4, con el que Citroën experimenta en torno a cómo sería un modelo que tuviera propulsión híbrida o completamente eléctrica, un peso ligero, un coste de producción bajo y un precio de venta similar al de las versiones más asequibles del C4.
Se presentó por primera vez en el Salón de París de 2007 como un vehículo híbrido con un motor Diesel 1.4 HDi de 68 CV y otro eléctrico de 30 CV (su función es doble, impulsar por sí solo al coche o apoyar al de combustión). La caja de cambios es automática y de cinco velocidades. Tiene un consumo medio homologado de 2,9 l/100 km, lo que implica unas emisiones de CO2 de 78 gr/km.
Además del rendimiento del sistema híbrido, contribuye a que el consumo sea bajo el hecho de que el peso de este prototipo es 1.180 kg. Es un peso bajo dadas las dimensiones del coche: 4,2 metros de longitud; 1,8 metros de anchura y 1,5 metros de altura. La batalla es muy larga (2,8 metros). El consumo es bajo aunque la resistencia aerodinámica es alta (0,8 m²) ya que, además de una superficie frontal muy grande, tiene un coeficiente de penetración (Cx) de 0,35
En el Salón de Barcelona de 2011, Citroën presentó una versión con el mismo aspecto exterior e interior pero impulsado exclusivamente por un motor eléctrico —Citroën no ha desvelado de qué potencia— que se alimenta de la energía almacenada en unas baterías de iones de litio. Alcanza una velocidad máxima de 110 km/h y tiene una autonomía de 150 km.
Lleva unas llantas de aleación de 21 pulgadas, montadas en unos neumáticos de medidas 205/45. Están fabricados especialmente para este prototipo. El diseño exterior no ha variado en casi cuatro años: el prototipo mantiene el mismo aspecto, salvo por unos elementos decorativos en color verde en los laterales (galería de imágenes).
El método para ahorrar peso y para reducir el coste de producción es el mismo: limitar todo lo posible el número de piezas. Citroën lo hace de tres maneras: simplificar el diseño para reducir las piezas, combinar varias funciones en una misma pieza y quitar todo lo que no es imprescindible para la propulsión, la seguridad o el confort.
En la parte externa de la carrocería hay una misma pieza que sirve para el frontal —incluye los faros, el anagrama de Citroën y el paragolpes— y la parte inferior del portón del maletero.
No tiene capó sino que una misma pieza sirve para las aletas y para cubrir el motor; la reposición de líquidos se hace desde una trampilla. Las puertas son de acero y no están pintadas o barnizadas, sólo llevan un tratamiento para resistir la corrosión.
Hay otras piezas hechas de un solo bloque para simplificar. Las puertas, que en un coche de este tipo pueden tener doce partes según Citroën, tienen solo dos. Esto de debe en cierta medida a que las ventanillas no se deslizan hacia abajo sino lateralmente.
Los asientos también tienen dos partes, una que soporta el peso y está sujeta a los raíles, y un acolchado colocado sobre ella. No hay un salpicadero como el de un coche normal; la instrumentación está colocada en la parte central del volante —que no gira, igual que el del C4 de 2005 (más información)— y los mandos están en la consola. Ésta aglutina los altavoces, la palanca de cambios y una pantalla táctil que permite acceder al ordenador de viaje, el navegador y el climatizador.
Un detalle curioso es que la llave del coche es también un reproductor de MP3 que constituye la fuente principal de sonido. El sistema de sonido tiene altavoces activos —que llevan su propio amplificador— colocados en la consola, no en las puertas
En lugar de guantera hay una bolsa que se engancha en el lado derecho del salpicadero y que se puede utilizar fuera del coche. Los asientos traseros son deslizantes y pueden dejar espacio para un maletero de hasta 500 litros de capacidad.
El C-Cactus no tiene ningún tipo de elemento decorativo, sino al contrario: el interior está hecho con bajorrelieves. Muchos de los materiales del habitáculo son reciclados o reciclables, como el parabrisas o los neumáticos, por ejemplo. Las alfombrillas están hechas a partir de recortes de cuero, además hay varios elementos interiores de corcho y otros de lana. El habitáculo está realizado por poco más de 200 piezas. Según Citroën, suponen casi la mitad que en una berlina de tamaño similar.