El Mercedes-AMG PureSpeed es un roadster de planteamiento muy radical de 4,77 metros de longitud que estará a la venta en una serie limitada a 250 unidades. Mercedes-AMG lo mostró por primera vez como prototipo en mayo de 2024 durante el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco; en el de Abu Dhabi enseñó la versión definitiva. Está derivado del Mercedes-AMG SL.
Tiene un motor V8 de 4,0 litros de cilindrada y dos turbocompresores (el que lleva, entre otros, el Mercedes-AMG SL 63 4Matic+ Coupé). La potencia es 585 caballos y la tracción es a las cuatro ruedas (AMG Performance 4Matic+) con una distribución variable de la fuerza entre el eje delantero y trasero. También hay dirección integral (a menos de 100 km/h las ruedas delanteras tuercen hacia el lado contrario que las delanteras y, por encima, las cuatro apuntan hacia el mismo lado). Los discos de freno son de material cerámico, con pinzas delanteras fijas de seis pistones y traseras flotantes de un solo pistón.
Según datos oficiales, el Mercedes-AMG PureSpeed puede acelerar desde parado hasta 100 kilómetros por hora en 3,6 segundos y su velocidad máxima es de 315 km/h. El cambio es automático de nueve relaciones (AMG Speedshift MCT 9G) que tiene un embrague multidisco bañado en aceite como elemento de acople con el motor.
Las llantas son de aluminio forjado y llevan unos añadidos de fibra de carbono que no sólo tienen función estética sino también aerodinámica. En las llantas delanteras, estas piezas están diseñadas para que el aire refrigere los frenos; en las traseras sirven de carenado precisamente para reducir la resistencia al avance. Los neumáticos delanteros son de medidas 275/35 R21 y los traseros unos 305/30 R21.
La carrocería se puede calificar como de tipo roadster, pero no es un descapotable de dos plazas cualquiera. No tiene techo (aunque Mercedes-AMG entrega una cubierta auxiliar que se fija a los pasos de rueda para evitar que entre agua en caso de lluvia) ni parabrisas (sólo hay un pequeño deflector), y debido a esto los dos ocupantes han de llevar casco. Mercedes-AMG ofrece unos especialmente diseñados desde el punto de vista aerodinámico para el AMG PureSpeed. Están intercomunicados para que los ocupantes puedan hablar entre sí y es posible conectarlos a los teléfonos móviles. También hay un equipo de música de Burmester con 15 altavoces que según Mercedes-AMG da una «experiencia sonora similar a la de un festival de verano al aire libre».
Para proteger a los ocupantes de algunos accidentes hay una barra curvada que pasa por encima del habitáculo, una solución que se denomina HALO y que deriva de la Fórmula 1, donde se introdujo en 2018. Esta pieza, que está hecha está hecha de acero y tiene sección tubular, está anclada a la estructura del coche que es de aluminio. Justo por detrás del habitáculo hay unos arcos de seguridad que también están inspirados en la competición y, además, en modelos clásicos.
Los asientos están especialmente diseñados para este modelo, disponen de regulaciones eléctricas («Multicontorno») y su parte posterior está recubierta de fibra de carbono. En el centro de la parte superior del salpicadero y sobre una estructura de fibra de carbono hay un reloj diseñado por JWC.
Hay dos elementos de aerodinámica activa. Por un lado está el alerón trasero que se despliega a más de 80 km/h y se puede ajustar en cinco posiciones. Su ángulo de incidencia con el aire depende de la velocidad, de la aceleración longitudinal y transversal, y de la velocidad de la dirección. En segundo lugar hay un labio de fibra de carbono por debajo del paragolpes delantero que se acerca 40 mm al suelo cuando se activan los modos de conducción más deportivos. Con ello se consigue un efecto Venturi que ayuda a reducir la tendencia del eje delantero a elevarse.
Según Mercedes-AMG, el PureSpeed es el primer modelo de una serie muy exclusiva de coches que se engloba dentro de la denominación Mythos. El color rojo de la unidad que aparece en las fotografías rememora el que tenía el Mercedes que ganó en la carrera Targa Florio en 1924. Curiosamente, «la marca eligió un color que sólo utilizaban los fabricantes italianos en aquella época. Los coches de carreras alemanes eran tradicionalmente blancos. La pintura roja pretendía evitar que los aficionados italianos obstaculizasen al Mercedes durante la competición».