Hoy, gracias a Joe Painter, que trabaja en km77.com, he descubierto una palabra que desconocía: «traspuntín». Me puedo ir de vacaciones.
Traspuntín, a saber por qué, me evoca inmediatamente los coches de punto y de ahí vuelo con Ana Karenina y con Madame Bovary en esa media hora lúbrica, innenarrable, que borda un escritorzuelo francés, que dice sin decir.
Traspuntín no tiene nada que ver con los coches de punto, viene del italiano, de strapuntino, que significa colchón embastado.
¿Saben de dónde viene embastado?
No les cuento más. Basta, por hoy. Si en lugar de trabajar pudiéramos dedicarnos a estar siempre de vacaciones, zambullidos en el diccionario. Estaríamos morenos de placer.
Díganme palabras bonitas.