Leo en Europa Press que Pedro Javaloyes, portavoz de Movimiento140.com, se queja de que Pere Navarro, director general de la DGT haya acusado a este movimiento de «haber tenido alguna influencia en el repunte de muertes del último trimestre del año al cuestionar los límites de velocidad en autovía«.
(Me gustaría que fuera mentira que Pere Navarro hubiera acusado al movimiento de tener influencia en esas muertes. Yo no he oído sus declaraciones. Me alegraría mucho por todos nosotros que no se hubieran producido.)
Yo no acuso a Pere Navarro de haber tenido influencia en todo el resto de muertes que se producen a causa del tráfico. ¿Por qué defiende Pere Navarro el límite de 120 y no un límite máximo de 10 km/h? Si los coches circularan a un máximo de 10 km/h seguro que se producían menos muertes por tráfico. Y si se detuvieran todos los coches nadie moriría a causa del tráfico.
¿Por qué considera Pere Navarro que 120 km/h es el límite perfecto? ¿Por qué no 80, 60 ó 30 km/h? Tendría que explicarlo muy bien si quiere que nadie le acuse de las muertes que se producen en la carretera.
Quienes defendemos un incremento de la velocidad máxima en autovía no somos responsables de las muertes que se producen, igual que no lo es Pere Navarro. Todos defendemos un límite de velocidad que consideramos adecuado, por diferentes motivos. Perre Navarro no ha promovido que se modifique un límite que data de hace más de 30 años. Nunca ha justificado por qué este límite le parece el más adecuado. Y debería, ya que es el máximo responsable de la DGT.
Los únicos responsables de las muertes en zonas urbanas, carreteras y autovías somos los ciudadanos que decidimos circular libremente. Nadie nos obliga a hacerlo. Asumimos los riesgos porque nos compensa.
Yo no estoy seguro de si el límite adecuado para autovías y autopistas es 80, 100, 120, 140, 160 o 180 km/h en algunos tramos.Ni siquiera considero que deba existir el mismo límite para los diferentes vehículos. Ni tampoco para los dferentes conductores. Me extraña, eso sí, que en este país algunos ciudadanos puedan tener licencia para utilizar armas de fuego y que ninguno, con ningún coche, pueda tener licencia para circular a 140 km/h en algunos tramos de autopista y autovía.
De lo que sí estoy seguro es de que en Alemania tienen zonas en las que no hay límite de velocidad, que tienen un parque de vehículos mucho mayor que el español y que su tasa de accidentes por cada 100 vehículos es claramente inferior a la española.
También sé que el porcentaje de accidentes por distracción es muy elevado en las carreteras españolas. No me extraña nada.
Y por último, también sé que la velocidad es la clave del transporte. Para que la economía productiva la eficiencia del transporte es fundamental. Y la eficiencia del transporte está ligada a la velocidad. El transporte no es exclusivo de las mercancías. Que las personas podamos llegar pronto a nuestro destino en vacaciones, fines de semana y citas de trabajo también es fundamental para que la economía sea eficiente.
En una entrevista leí que Pere Navarro decía que el problema es que a los españoles nos gusta mucho la velocidad. Yo le invito a él, que no le gusta, que cuando viaja desde Madrid a Barcelona, no vaya ni en AVE ni en avión. ¿Para qué? Le invito a que vaya en diligencia. No le importará ya que a él no le gusta la velocidad.
Mafalda decía: «A veces me pregunto si estaremos en buenas manos». Cuando oigo a Pere Navarro la recuerdo siempre.