Mi objetivo de este viaje, mi único objetivo de este viaje, era bañarme en el Pacífico. Nunca me había bañado en el Pacífico y tenía que ponerle remedio.
La mujer del B&B en Los Ángeles se reía de mí cuando le dije que quería bañarme. «¡Estás loco! el agua está helada. Necesitas un traje de neopreno. Arremángate un poco los pantalones y mete un pie en el agua, pero no se te ocurra bañarte. Además, fuera del agua no hace calor».
Pero como un bañador ni ocupa ni pesa y te puede dar la vida, lo llevo siempre conmigo.
El día está radiante.
La playa desierta, buena temperatura y el mar calmado.
En la playa no hay nadie. Pero no necesito que haya nadie más. La fantasía, la posibilidad de ahogarme y de que vengan a rescatarme, inevitable.
El agua está fría. Quizá muy fría, pero creo que me he bañado en aguas más frías en las costas gallegas. Entro muy despacio. Mucho. Camino despacito y muy despacio las olas me van mojando las piernas. Cada vez más, hasta que el bañador está mojado y ya avanzo más rápido. Cuando el agua me llega al pecho, nado unas pocas brazadas. Estaba fría.
Salgo pronto. De regreso, en la orilla un hombre y una mujer mayores me dicen: «Deberías nadar hacia los delfines».
¿Hay delfines? Me doy la vuelta y vuelvo a entrar. Desde dentro del agua no los había visto, pero desde la orilla se veían muy bien. Entro en el agua y me acerco. O son dos o uno que se mueve mucho. Me acerco a unos 50 metros de los delfines. Un poco más allá de donde rompen las olas. El agua sigue muy fría. Por un segundo imagino que el delfín se acerca y me intranquiliza. No me atacará, pero son animales muy grandes.
Doy la vuelta para ir hacia la orilla sin dejar de mirar hacia atrás. Justo allí rompen las olas y aunque son pequeñas son olas del Pacífico. Me detengo porque llega una ola grande y no quiero que me rompa justo encima. Rompe justo antes de alcanzarme. La paso por debajo y noto su peso. Hora de salir. El Pacífico impone, incluso calmado.
Está lleno de animales. Los pájaros vuelan en formación, especialmente uno de pico muy largo, de los que pasan cuatro en fila, en vuelo rasante uno detrás de otro, perfectamente alineados, acariciando el mar sin tocarlo.
Ya puedo volver para Madrid. Fuera hace calor y me seco sin toalla y sin frío. Cojo la cámara para fotografiar el océano. Intento hacer una foto en el momento en el que salta un delfín, pero no lo consigo.
Al otro lado del océano, Santa Mónica.
(Algunas de las fotos están hechas con el teléfono, que no da buena calidad)
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mbz, sugus para usted. El coche que elegí es un Ford Focus Sedán. el motivo por el que elegí el Focus es muy sencillo. Me dieron a elegir entre todos estos coches:
No me hizo falta mirarlo. Di por sentado que todos ellos llevarían cambio automático. Elc ambio automático del Ford funciona muy bien. Y tengo previsto hacer mucho kilómetros por carreteras con fuertes desniveles. De todos ellos, el cambio automático del Ford lo conozco bien y sé que va muy bien. Del resto no tengo información de primera mano sobre el cambio. Prefiero no arriesgar.
Y no habia algún descapotable americano? que mal se lo monta, oiga 😀
Espero que haya disfrutado, se nota que si.
Y no pudo hacerse el «hombre en apuros»?
Por si aparecía la prima de Pamela….
Me parece perfecto D. Javier, uno no se va hasta allí a bañarse y se queda en el hotel porque hace frio, yo repetiria varias veces… Felicidades.
Coincido con Mr. Moltó. El agua de las Rías Bajas, no digamos las de las Cíes, está mucho más fría que la de California. Al menos a primeros de Noviembre.
Buen regreso.
Por curiosidad, que hace tiempo que no cruzo el charco: ¿los aviones transoceánicos ya llevan tomas de corriente para enchufar aparatejos estilo IPad? Porque Apple te vende conector especial para ello…
Dos comentarios… 1.- sabía que usted había planificado este viaje para «mojar». 2.- Le tengo que abroncar por su elección de coche, un verdadero periodista hubiera elegido lo desconocido, precisamente por eso, para aprovechar esa oportunidad y conocer/vivir una experiencia nueva de cambio automático… en el fondo usted es un conservador 😉
Respecto al agua del pacífico comparada con el atlántico:
Las olas me parece que tienen bastante mas fuerza, al menos me parecen mas traidoras que las gallegas.
El agua fria de verdad está en la costa atlántica de Boston, o sea en el otro lado.
Delfines que se bañan contigo también los tenemos en Carnota todos los veranos. Y si, son grandes y asustan.
Pero muy fria no le debió de parecer el agua cuando hizo caso y se volvió a meter.
En lo de la elección del coche no le entiendo:
Unas veces tan arriesgado que se va al círculo polar y otras tan cagao que elige un Forito europeo…..No será Vd, géminis y bipolar?
Gracias por el sugus, me alegra comenzar así mi primera intervención en tan apreciado blog!
Yo hubiera cogido el Chevy, en blanco tipo poli. ¿o me estoy equivocando de película?
@Fan_km77: el agua de las Rias Bajas en esta época, NO está mucho más fría que la de la costa de California, ni siquiera en las cercanías de Los Ángeles, mucho menos en las cercanías de San Francisco y norte del estado. Al contrario. Lecturas de hoy:
Santa Mónica: 14ºC http://www.wunderground.com/MAR/buoy/ICAC1.html
Playa de la lanzada: 16-18ºC http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/playas/a-lanzada-3602201
Esto es así por la corriente fría de Alaska. El señor Moltó se bañó en la compañía de delfines, pero de Monterey para arriba, los compañeros son focas y leones marinos, que acompañan exclusivamente a surferos bien embutidos en el ya mencionado traje de neopreno. Ni siquiera se observan los típicos pensionistas de las costas cantábricas famosos por no perdonar su baño un solo día del año….
@Joaquín: el agua del Pacífico en California, en su zona norte, está actualmente a la misma temperatura que en Boston, 10ºC
Fuentes:
Boston http://www.wunderground.com/MAR/buoy/BHBM3.htm
Arena Cove (CA) http://www.wunderground.com/MAR/buoy/ANVC1.html
Es decir, fría de 00 …
Ay, la bipolaridad… Tan valiente para crear una página web en mal momento y con pocos recursos, y tan «rajao» para cogerse un Focus… Yo habría aprovechado para conducir algo que jamás podré conducir en Europa.
Yo vivo allí hace un par de años y la verdad es que siempre que puedo me meto en el mar no importa el mes que sea. Eso si, suelo hacerlo siempre que haya a la vista cualquier socorrista, porque en caso de necesitarlo si no hay nadie lo mismo me ahogo. El mar en California puede ser muy traicionero y con las olas aun mas.