En estas próximas elecciones municipales voy a votar en la ciudad de Madrid para intentar que Manuela Carmena sea alcaldesa. No porque el programa electoral que presenta AhoraMadrid resulte presentable. No me lo parece. Por su longitud y por la forma de exponerlo me parece un insulto a la inteligencia de los ciudadanos y una falta de respeto por el valor de nuestro tiempo. Ninguna estructura conceptual, lleno de repeticiones y lugares comunes, un manual de doctrina… un horror.
Aun así votaré a Manuela Carmena. Por cuatro motivos.
1.- Por su apuesta por una ciudad transparente. Necesitamos dotar a las instituciones públicas de un modo de gobierno transparente. Sin transparencia los ciudadanos somos rehenes de nuestros gobernantes, que no son más que los gestores que nombramos nosotros. La transparencia es imprescindible. De nada sirve publicar todos los datos al tresbolillo (que no se hace), aparentemente muy bien ordenados, cuando en la realidad no hay forma de encontrar por dónde meterles la cuchara del análisis. La transparencia obliga a un esfuerzo enorme, para suministrar los datos en formatos analizables mediante programas informáticos. Todo lo demás es pura boquilla.
El dinero del ayuntamiento es dinero de todos. ¿Cuántas plantas se arrancan y se replantan cuando viene el Papa? ¿Cuántos jardineros se necesitan para realizar ese trabajo? ¿Qué labores dejan de hacer durante el tiempo que están realizando esos transplantes? ¿Cuánto tiempo llevaban plantadas las plantas arrancadas?
Ese es sólo un pequeño ejemplo de información que mediante una buena gestión informativa podríamos tener todos los ciudadanos a nuestro alcance si nos interesara. En la actualidad, si queremos conocer esos datos, tenemos que buscar fuentes internas del ayuntamiento, fuentes inaccesibles, que sólo te contestarán (en el mejor de los casos) y si te acreditas como periodista de un medio relevante.
Cada gasto público y cada ingreso público de un ayuntamiento tiene que ser público. Es nuestro dinero. Todo tiene que ser controlable por quien quiera controlarlo y para hacerlo los apuntes de las cuentas corrientes tienen que ser públicos y en formatos fácilmente analizables.
Llegaremos a ese nivel de control. Es imprescindible porque es nuestro dinero. El Estado lo tiene de cada uno de nosotros, que somos los accionistas, pero nosotros no lo tenemos del Estado. El mundo al revés. No sé lo que tardaremos, pero llegaremos a eso. Cuanto antes empecemos a trabajar, mejor.
2.- Por su intención de utilizar la tecnología para una mejor participación ciudadana en la gestión y diseño de la ciudad. Los núcleos urbanos son el lugar de convivencia. Tenemos la oportunidad de utilizar las herramientas colaborativas de internet para decidir mejor, para acercarnos, para acordar, para participar en proyectos comunes, para colaborar. Las herramientas de internet, al igual que para mejorar la transparencia, sirven para establecer relaciones y procesos de colaboración más eficientes. No son inmediatos ni resulta fácil ponerlos en marcha, pero tenemos que empezar. Las webs no pueden ser del ayuntamiento hacia afuera. Tienen que ser integradoras. Requiere un aprendizaje. Ineludible.
3.- Por Manuela. Manuela Carmena es una persona independiente, con criterio. Que tomará decisiones y acertará y se equivocará, pero que no está sometida a un dogma ideológico, que tiene capacidad de conversar y acordar, que no vive instalada en la verdad. Se equivocará muchas veces y tenemos que ser críticos y exigentes. Lo bueno en este caso, lo que a mi juicio marca la diferencia, es que Manuela admite la crítica. No solo la admite, sino que la reclama. Tengo la impresión, espero no equivocarme una vez más, de que Manuela abrirá vías para recibir críticas y que cuando las críticas sean rigurosas y bien fundamentadas las tendrá en cuenta y servirán para mejorar la ciudad de todos.
4.- Porque me parece que el voto a Manuela Carmena es el más efectivo para que no venza Esperanza Aguirre. A mi juicio, Esperanza Aguirre hace mucho daño a la democracia. Miente deliberadamente y constantemente sin vergüenza. Se declara liberal y, para las personas que de verdad amamos la libertad, esa declaración es un insulto intolerable. Uno no puede declararse liberal y manipular TeleMadrid como la manipuló Esperanza Aguirre. La manipulación de los medios informativos es una de las actuaciones más antiliberales posible. Dice que defiende la libertad, pero lo que hace es exactamente lo contrario de lo que dice.
No solo miente, sino que es una gestora deplorable. Bajo su presidencia, en la Comunidad de Madrid, se han cometido infinidad de robos del dinero de los ciudadanos. Ella dice que no lo sabía y quizá sea verdad (aunque con su historial de mentiras sea difícil de creer). Pero el problema de los robos no es el robo en sí, sino el tipo de gestión que lo permite. Y esa sí era su responsabilidad insoslayable. Era la presidenta.
Para poder robar como se ha robado en la Comunidad de Madrid, todo el proceso de contratos públicos tiene que ser espúrio. Toda esa libertad de competencia que dice Esperanza Aguirre que defiende ideológicamente, tiene que estar sojuzgada por los intereses de quienes se van a llevar el dinero. El mayor perjuicio para los ciudadanos no es el dinero que roban los ladrones, sino lo mal que tiene que funcionar el sistema de contratación pública para que los ladrones puedan robar.
Que todo funcione mal implica que no se contraten las mejores empresas, sino las empresas que pasan por el aro de las comisiones. Y las que pasan por el aro de las comisiones lo hacen porque saben que no son lo suficientemente buenas como para competir abiertamente. De tal forma que el perjuicio para los ciudadanos es enorme.
Esperanza Aguirre nombró a colaboradores inmediatos que están en la cárcel. Está claro que su capacidad para nombrar a dirigentes no es buena. Pero no sólo eso. Permitió un sistema de funcionamiento de la Comunidad nefasto para los intereses de los ciudadanos. Este mal funcionamiento la desacredita como gestora de calidad.
Yo le reconozco a Esperanza Aguirre su capacidad de embaucar, de engañar con medias verdades, de manipular con inteligencia, de contar sólo aquello que puede decantar votos a su favor. Lo hacen muchos candidatos. Ella con especial habilidad. Pero esa misma actitud indica la falta de respeto que nos tiene a todos los ciudadanos. No le importamos nada. Sólo nos quiere para ser libre ella y que los votantes nos apañemos como podamos.
Lo de Aguirre me recuerda a la violencia en las parejas. «Me pega porque me quiere», afirman algunas mujeres. Me da la impresión de que muchos ciudadanos de Madrid piensan que Esperanza Aguirre nos maltrata porque nos quiere . Les aseguro que no. Eso no es amor. Yo la veo disfrutar. Nos maltrata y nos falta al respeto continuamente porque disfruta. A mí, el goce de Aguirre me parece muy respetable, pero no a costa de nuestros cuerpos.
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Aparte de todas las consideraciones anteriores, me parece imprescindible que los ciudadanos corramos riesgos. En Madrid llevamos demasiados años votando a los mismos. Necesitamos que corra el aire por las instituciones madrileñas. Necesitamos aprender todos a gestionar situaciones diferentes, a no ponerle más clavos a la casa carcomida que ya se nos ha caído sobre nuestras cabezas aunque no parece que nos hayamos dado cuenta.
Seamos exigentes con nuestros gobernantes. No dejemos que nos asusten con lo peligrosos que son los demás para que nada cambie. Vivimos en un momento en el que resulta imprescindible correr riesgos. Porque correr riesgos es la única forma de aprender. Equivocarse es la única forma de aprender. Aprender es doloroso, pero no aprender es más doloroso. Emprender y conservar es una contradicción en los términos. En Madrid tenemos que emprender. No queda más remedio.
Les doy libertad para que voten lo que quieran. Salvo en Madrid 🙂