He conducido el Golf Híbrido. Es un híbrido enchufable, con una autonomía de 50 km según anuncia Volkswagen, proporcionada por una batería de ion de litio.
A diferencia de otros híbridos que conocemos, el Golf no suma la potencia del motor eléctrico con el motor de combustión en ningún caso. La potencia de los dos motores se transmite a través de la caja de cambios DSG, de dos embragues y siete velocidades. Funciona con uno o con otro motor de forma alternativa.
La potencia máxima en funcionamiento eléctrico es de 72 kW (98 caballos)
La potencia máxima con el motor 1.4 TSI de combustión interna es de 110 kW (150 caballos), una potencia que Volkswagen no emplea en la actualidad con este motor en el Golf.
Se puede conducir de forma continua en modo eléctrico y sólo arranca el motor de gasolina cuando se sobrepasa un cierto punto del pedal del acelerador, para acelerar mucho o para mantener una velocidad alta. También arranca el motor de combustión cuando se reducen varias marchas, porque el sistema interpreta que se va a solicitar mucha aceleración. El otro motivo por el que arranca el motor de combustión es que se haya terminado la capacidad de almacenamiento de la batería. Quizá exista un modo en el que se pueda obligar al sistema a ir con motor de combustión de forma continua para conservar la carga de la batería, pero no se me ocurrió preguntarlo.
Resulta curioso, porque cambia de marcha con el motor eléctrico, de forma automática, y también se puede cambiar de forma manual. Los cambios de marchas en funcionamiento eléctrico son imperceptibles cuando el sistema cambia de forma automática. Se puede cambiar de forma manual y se aprecia una ligerísima variación de sonido.
Cuando entra el motor de combustión porque se pisa el pedal, inmediatamente se revoluciona mucho de forma automática. (Muchos significa unas 3.000 revoluciones por minuto, durante unos segundos, para caer de forma inmediata a un régimen normal, en ciudad, por ejemplo) La tansición es suave, pero el motor se acelera instantáneamente. Tiene su explicación. El motor de combustión arranca para sustituir al motor eléctrico, que tiene más par motor máximo y también más par en todas las condiciones de giro. Como el motor de gasolina es más potente y entra en funcionamiento cuando se solicita más aceleración, tiene que entrar muy revolucionado para estar preparado para entregar mucha fuerza y mantener una velocidad alta o acelerar mucho.
Ese elevado régimen de giro cuando entra en funcionamiento el motor de combustión resulta chocante, pero no impide que la transición se realice con suavidad. No se producen más vibraciones que las inherentes al giro revolucionado del motor ni cabeceos u otros movimientos de la carrocería del coche.
No he recorrido más de dos o tres kilómetros con él y no tengo más datos que aportar. La sensación es buena. El acoplamiento entre el motor térmico, el motor eléctrico y la caja automática DSG funciona con suavidad. Uno de los puntos débiles del cambio DSG, la falta de suavidad en los arranques, queda diluido en este híbrido, que al arrancar en modo eléctrico mientras quede batería evita el problema.
Volkswagen no ha dado ningún dato de consumo.