En un viaje reciente a Barcelona he tenido la oportunidad de conducir el Volkswagen e-Golf del que hablamos en de km77. Volkswagen había montado un stand en la Avenida Diagonal de Barcelona para que barceloneses y foráneos nos diéramos unas vueltas.
El Stand pintaba así:
Y Luis Moya, embajador de la marca y residente en Barcelona, tan cordial como siempre, invitaba mientras hubiera disponbilidad a probar uno de los muchos coches de pruebas que había.
Confieso que yo no fui como un ciudadano más. Cuando me enteré de que Volkswagen montaba este evento pedí cita por canales extraoficiales. Como, por un motivo o por otro, conozco a casi todos los hombres que aparecen de azul en la foto de arriba, no me fue difícil conseguir un turno de prueba fuera de horario curricular.
El horario de pruebas empezaba a las 10:00. Yo a las 9:13 ya le había hecho la primera foto al e-Golf, sin quitarle el polvo a la pantalla. La autonomía, cuando me subí en él, indicaba 196 kilómetros.
A continuación, todos los indicadores a cero.
En el primer semáforo, 1,4 kilómetros después de salir, me aparto de la calzada en un hueco, desactivo el e-Sound.
Y miro cuántos niveles de retención hay. Para ir a vela y obtener el mejor rendimiento de la energía utilizada, la posición es «Recuperación desconectada»
Sucesivamente, Nivel 1.
Nivel 2. A la derecha de la «D» situada en la circunferencia de la izquierda se aprecia un dibujo de una batería pequeña que indica la posición elegida en todo momento.
Y nivel 3, que retiene tanto que imagino que se encienden la luces de los frenos. No estoy seguro y no sé si aparece en la documentación del coche, pero es muy probable que sí. (Como diría Umbral, no voy a levantarme a mirarlo)
Opto por «Recuperación desconectada» y saco un trapo de la bolsa de las cámaras para limpiar el polvo. Limpio el polvo y también le doy sin querer al botón que pone a cero el cuentakilómetros parcial cuando marcaba 1,4 kilómetros recorridos. El consumo va en aumento aunque esté parado porque llevo el aire acondicionado puesto. Lo desconecto y se pone a cero el consumo con el coche parado.
Después de recorrer 22,1 kilómetros más, según el odómetro, el consumo ha sido de 12,3 kWh cada 100 kilómetros y la autonomía apenas ha variado. Aunque voy en la posición «Recuperación desconectada» al levantar el pie del acelerador se produce una ligerísima recuperación según el indicador del coche.
Pruebo en circunstancias similares con la recuperación en «Nivel 1» e indica una recuperación de energía de 10,3 kWh cada cien kilómetros. Entiendo que si el cálculo es correcto, en este momento está cargando a una potencia aproximada de 2 kW.
En el nivel 2, y a una velocidad de 30 km/h, recupera energía a razón de 24,8 kWh/100 km, lo que permite inferir que en este instante carga con una potencia de 7,5 kW. Es una buena potencia, pero sólo durante unos instantes.
En el «Nivel 3» de recuperación y otra vez a unos 20 km/h, la recuperación de unos 34,7 kWh/100 km implica también una carga de unos 7 kW, inferior a la conseguida con el porque en el momento de tomar esta foto la velocidad del coche es claramente inferior. Es posible que la aguja que gira a la izquierda en el momento de recuperación de energía indique la potencia de carga (desconozco en qué unidades) porque en los dos últimos casos está más o menos en la misma posición. Bien es verdad que en el «Nivel 1» de recuperación marca «cero» y debiera estar un poco desplazada a la izquierda, pero no tengo explicación para eso.
Ya llego a mi destino. El coche permite ajustar la intensidad de carga. Muy útil para no sobrepasar la potencia máxima contratada en el domicilio.
Con el coche parado y el aire acondicionado conectado de nuevo el consumo es de 0,3 kWh cada hora. Este dato implica que en ciudad, a una media inferior a 33 km/h, el aire acondicionado incrementa el consumo más de 1 kWh cada 100 kilómetros.
El cálculo anterior no es exacto, porque sin aire acondicionado el consumo en parado a veces es de 0,0 kWh como en la foto de arriba tomada al poco de salir y otras es de 0,1 kWh cada hora como en la foto inferior. A pesar de todas mis probaturas, la autonomía sigue subiendo a medida que avanzo y el consumo baja y baja. Ahora voy con el sistema de recuperación en el «Nivel 3» y regulo con el pedal del acelerador cuánta energía quiero que recupere en cada momento. En esta posición el coche se puede conducir sólo con un pedal. Salvo imprevistos, es innecesario utilizar el freno.
He realizado más o menos la mitad del recorrido con el aire acondicionado puesto y la otra mitad con el aire acondicionado apagado.
También he ido a ratos con el «Nivel 3» de recuperación y en otros momentos con la recuperación desconectada. En cualquier caso, la cantidad de energía recuperada es despreciable.
Vuelvo a mirar el consumo del aire acondicionado. Hace un poco más de calor fuera, prácticamente inapreciable, pero el coche lleva más rato al sol y a muy baja velocidad por ciudad. El consumo del aire acondicoinado aumenta.
Final del viaje. Entre los dos indicadores hay un desajuste de 1,4 kilómetros.
Todos los datos. Devuelvo el coche una hora más tarde exactamente con la misma indicación de autonomía que cuando me lo prestaron.
No sé qué significa esta capacidad de regulación: «Límite de carga mínimo de la batería». Hoy domingo por la tarde no puedo preguntarlo. Lo pregunté en directo, pero no me dieron una respuesta convincente. Prometo enterarme si no me lo cuentan ustedes antes, que posiblemente lo sepan mejor que yo.
Este sí está claro.
Vuelvo a probar el consumo del aire acondicionado parado en la sombra que me da el edificio de entrada al aparcamiento.
Datos finales en la otra pantalla.
De los tres niveles de conducción posibles, «Eco»,
«Eco+»
y «Normal», yo he ido todo el rato en «Normal».