En los 15 días que llevamos de 2017 he conducido 7 coches diferentes: un Ford Focus, dos Opel Mokka, un Volkswagen Golf GTI ClubSport, un Toyota C-HR, un Audi A3 y el Volkswagen Golf de 120.000 kilómetros de km77.com.
De estos siete coches, los que más he conducido han sido el Ford Focus 1.5 EcoBoost de 182 caballos de potencia, con el que he recorrido casi 2000 kilómetros, el Audi A3 1.6 TDI, con el que he recorrido unos 300 kilómetros y el Opel Mokka 1.6 CDTI de 136 caballos con el que he recorrido unos 60 kilómetros.
Estos tres coches llevaban volante calefactado. No recuerdo haber utilizado antes el volante calefactado en ningún coche, salvo en algún Mercedes descapotable algún día de frío. Sin embargo, en 2017 me he aficionado a darle al botoncito y lo he probado en los tres coches. En los tres el sistema actúa con mucha rapidez, por lo que ayuda inmediatamente a no sentir frío en las manos.
Con el Ford Focus estuve en el Pirineo y cuando aparcaba en la calle la temperatura muchas veces estaba por debajo de cero grados. Sólo poner el motor en marcha apretaba el botón, situado cerca de la palanca de cambios, y enseguida notaba mucho calor en la zona de las manos. En el Focus, el volante se calienta mucho en la zona del volante de aproximadamente las 9:15 de un reloj de manecillas y menos en el resto del volante. Al girar en las curvas se nota la diferencia de temperatura. Se calienta tanto el volante que pasados unos diez minutos llega a estar demasiado caliente y es necesario apagarlo.
En el Opel Mokka, con el botón cerca de la palanca de cambios pero en la zona del salpicadero, no entre los asientos delanteros, la distribución de calor es similar a la del Ford Focus, pero el volante no llega a calentarse tanto.
En el Audi A3, sin embargo, la distribución del calor es homogénea por todo el aro del volante, con una temperatura moderada, que permite mantenerlo encendido de forma prácticamente indefinida. En el Audi, el botón para enchufar la calefacción del volante está situado entre los botones del propio volante, en la mano derecha.
En los casos del Audi y del Mokka te puedes llegar a olvidar de que llevas el volante calefactado. Es difícil, pero posible. En el Focus es imposible. Lo más desagradable, en todos los casos, es el contraste con la temperatura de la palanca de cambios. Se nota siempre helada cuando el coche está todavía frío. Las primeras veces me pillaba por sorpresa. Luego ya te lo esperas, pero con un cambio manual se te quitan las ganas de cambiar de marcha.