Hoy ha empezado a venderse en España VANITY FAIR (española). He ido a las ocho de la mañana al kiosco de la Puerta del Sol (abierto 24 horas al día. No la quería comprar en cualquier sitio) y ahí estaba, en un gran montón de ejemplares, en primera fila. La he llevado todo el día conmigo, ojeándola a ratos, mientras iba de un lugar a otro por Madrid, en taxi, en autobús, en metro. Todavía la he leído poco, pero lo que he visto y leído me ha parecido muy bueno.
Su directora, Lourdes Garzón, es muy amiga mía. No quiero esconderlo. Por eso mismo digo que es un gran número. Si no me hubiera gustado, se lo diría a ella y me callaría aquí.
Dice Lourdes, en su «Carta de la Directora», que «La cuestión era, es, contar como antes nadie había contado, desde otro lugar, con otro foco, con otra mirada». Ese es el reto de los que queremos hacer buen periodismo. Conseguirlo es «la cuestión». También dice: «atreverse es ganar (…). Sentimos que de alguna manera ya hemos ganado, que las historias de este primer número son una primerísima victoria». Estoy de acuerdo. Sólo por atreverse.
En estos momentos de crisis, especialmente para el periodismo de papel, el atrevimiento es doble. No sólo por hacer el número que han hecho, diferente a todo lo que existe en nuestro país. También por sacarlo en este momento se atreve la editorial, Condé Nast.
Me he llevado muchas sorpresas en lo que he visto. Y me ha entusiasmado que el reportaje de Rafael Nadal lo firme Alejandro Gándara, un escritor imponente. A mi juicio, futuro Premio Nobel. No conozco a nadie que escriba en español con su potencia.
Gracias por atreveros y por cuidarlo tanto. Hoy habéis ganado.
Dice Gándara: «Para Nadal cada bola, ni siquiera cada punto, es el fin del mundo, porque el mundo comienza a cada instante». (Cada letra, cada foto, cada producción, cada maqueta es una bola. Toca seguir currando. Lo siento.)
Supongo que el hecho de haberte autotransportado a la Puerta del Sol es el motivo de esta entrada y no la publicidad a una revista que nada tiene que ver con el blog.
A mi nunca me ha interesado ni el «glamour» ni la gente de la «jet-set». Es mas, me repudia que se hable y se proclamen todos sus bienes y sus excesos. Creo que ayuda poco o nada a hacer un mundo mejor.
Salu2
Hola Andrés,
Es evidente que habla con absoluto desconocimiento de lo que es la revista Vanity Fair. No sé si tiene oportunidad de leerla. Si puede, hágalo. (Me dice cómo y le pago los 3,5 Euros). Lea, por ejemplo, la entrevista al juez Bermúdez y luego hablamos.
Usted le llama publicidad. Llámele como quiera. No dijo nada cuando hace una semana recomendaba leer varios artículos del Financial Times. Hablo de cosas que a mí me parecen buenas y malas y que pueden enriquecer la vida de quien lea esto por presentarle diferentes puntos de vista.
Entiendo perfectamente que no quiera leer Vanity Fair o que no quiera leer el Financial Times. Cada uno tiene sus intereses. Pero despreciar a la gente que usted denomina de la «jet-set» sólo por sus riquezas materiales me parece un prejuicio empobrecedor.
Hay mucha gente rica con cabezas prodigiosas, que dicen cosas inteligentes, aprovechables y que sirven para hacer un mundo mejor. Que sean ricos no implica que sean tontos y tampoco gente despreciable. Por ser ricos no son mejores que los pobres, pero tampoco tienen por qué ser peores.
Este Vanity Fair está repleto de comentarios inteligentes, escritura deseable y opiniones discutibles. Yo, me he llevado muchas satisfacciones al leerlo. Le pediría que discutamos sobre artículos concretos y que valoremos si son buenos o malos y por qué. Estoy convencido de que no se arrepentirá de leer la revista. Hay varios artículos que compensan el precio de portada. (Como pasaba el otro día con el Financial Times)
Siempre ha habido gente que vive bien, gente que vive razonablemente bien, gente que vive con estrecheces, y gente que vive fatal.
La gente que vive bien, puede ser inteligente o estúpida. Como los demás. Hay gente que vive así por mérito propio, por herencia o por aprovechamiento de terceros como un dictador del tercer mundo, por ejemplo.
Aquellos que viven bien por mérito propio, por su esfuerzo o por su singular talento son personas muy interesantes y me gusta leer sobre ellos, siempre se aprende.
Andrés creo que ser refiere al grupo de personas que viven bien, por causa de herencia, sin talento y además estúpidas, aunque estas calificaciones son siempre subjetivas y dependerá de quien las valore.
No podemos despreciar, Andrés, a la gente valiosa a la que la vida y la suerte han recompensado.
JM
Yo no desprecio a la gente que vive bien (yo vivo mejor de lo que nunca hubiese imaginado y me sobran mas de las mitad de las cosas que tengo)
Lo que no comparto es la imagen y el escaparate del Glamour, de la gente «VIP» y de la jet-set. Yo no quiero ser VIP, no considero que haya personas mas importantes que otras por tener mas dinero o mas fama y tampoco me gustan las publicaciones que enseñan los excesos y los lujos. Entiendo que esas publicaciones existen porque hay gente que lo compra porque si que disfrutan viendo y curioseando en la «alta sociedad» pero no es mi caso por lo que no siento ninguna curiosidad por dicha publicacion.
Salu2