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Una ventana en el espejo

No lo había visto antes. Estoy en la presentación del Kia Soul, en Valencia, y he pedido una unidad con motor de gasolina con cámara trasera.

He pedido esa unidad porque el Soul no puede llevar navegador y me preguntaba dónde se vería la imagen de la cámara trasera. Sólo subir al coche le he pedido a Juan Luis Soto (periodista de Car and Driver, con el que he compartido el coche) que pusiera la marcha atrás. (Yo miraba hacia la pantallita pequeña situada en mitad del salpicadero con un interrogante encima de la cabeza, como el corazón que se le pone a Obélix cuando se enamora de Falbala)

No sé quién de los dos lo ha visto primero.

—¡Coño! En el espejo.

Esta foto no es muy buena (todavía no he reemplazado mi camarita perdida) pero es así como aparece. La pantallita es LCD de 3,5’ que se ve razonablemente bien. Da más problemas la posición de la cámara en la parte posterior, que se ensucia con facilidad que el contraste y resolución del retrovisor, que es bueno.

Lo mejor es que cuando no hay imagen de la cámara, el espejo cumple perfectamente su función en toda la zona. No es como aquel espejo del hotel de Dusseldorf, que en la zona de la pantalla no servía de espejo.

Había visto taxímetros en el retrovisor, pero nunca una pantalla que refleja las imágenes de una cámara. Me ha parecido una posibilidad que puede dar mucho juego.

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