No entiendo por qué alguien en el mundo se siente rico si no es Goya, si no fue Goya, si no tiene a Goya.
Goya concentra la condición humana en un brochazo. El Dios que crea hombres es Goya. No hay barro ni costillas. Un pincel de brocha gorda y pintura.
Si además vas al Prado con Lourdes, que se acerca para ver mejor, va por su cuenta mirando las pinturas negras y cruza las piernas mientras mira los cuadros, el mundo se acaba.
Ir, ver, disfrutar. Ver disfrutar.
Museo del Prado. La riqueza está dentro.
El sueño de la razón produce monstruos.
Sin duda, tiene buen gusto y sensibilidad. Para mi Goya es a la pintura lo que Quevedo a las letras por esa descripción aguda y genial de la realidad española. Son atemporales y sus obras bien podrían ser creadas hoy mismo que valdrían igualmente.