«Un millón para el mejor» fue un concurso de televisión en el que «el mejor» ganaba un millón de pesetas. Hace más de cuarenta años de aquello. Pongamos una inflación media del 5% anual desde aquella época (seguro que es más) a interés compuesto, les dejo que hagan ustedes el cálculo de cuánto supone ahora. Un buen dinero.
Un millón de pesetas era mucho dinero entonces. El equivalente ahora quizá no aparente ser tanto porque una buena parte de la sociedad tiene sueldos altos, pero en aquella época eran pocos quienes tenían un buen sueldo.
Nosotros no hemos entregado un millón, sino una bicicleta firmada por el mejor. La bicicleta firmada por Miguel Induráin, el mejor si duda, que ha ganado Miguel Vicente Pedraz, no sé cuánto vale, porque no sé cuánto vale un firma de Miguel Induráin en la bicicleta que utiliza uno. Pero intuyo que mucho dinero.
Este es el momento de la entrega. De izquierda a derecha: Víctor Piccione, Gerente de Comunicación de Producto y Competición de Ford España, Miguel Vicente Pedraz, ganador del trivial de km77 y Juan Carlos Castaño, Presidente de la Real Federación Española de Ciclismo.
En realidad, quien se ha ganado la bicicleta no ha sido Miguel Vicente, sino su sobrino Manuel.
Movilizó a toda la familia, les creó perfiles de Facebook y estudió hasta dar con las 50 respuestas correctas. Al final, uno de los integrantes de la familia se llevó el premio. Hubo más acertantes de 50 respuestas, pero la proporción de familiares de Manuel entre ellos era abrumadora.
Manuel entrena con la bicicleta a menudo. Tiene aspiraciones en este mundo del ciclismo. Su objetivo, sueño, meta, deseo, una mezcla de todo, es llegar a ser profesional. Su padre y su tío me contaban que es un objetivo difícil. Que requiere mucho esfuerzo de tiempo y económico por parte de la familia y también de los jóvenes, que la mayor parte de los que intentan llegar a profesionales se queda por el camino. Que muchas veces el esfuerzo es enorme, que un alto porcentaje abandonan los estudios y que muchos jóvenes se encuentran con poco más de 20 años sin ningún camino profesional abierto.
Me contaba el padre de Manuel que algunos padres pagan un dineral cada mes en escuelas de tenis (alrededor de 2.500 Euros cada mes), para que sus hijos intenten llegar un día a situarse entre los mejores tenistas del mundo.
¿Cuántos niños habrá que lo intenten en todo el mundo y cuántos llegarán a colocarse entre los 200 mejores?
En España hay 57.000 licencias federativas de ciclismo, más o menos la mitad que de tenis. Nada comparado con las 800.000 del fútbol y las 400.000 de caza.
Esas 57.000 licencias de ciclismo se reparten entre más de 2.600 clubes. Pongamos que una tercera parte de esos clubes tengan equipos de cadetes y junior. Y que de media sean cinco jóvenes por categoría. (Es una estimación. Escribo esto de madrugada y no puedo llamar a la Federación a estas horas para que me dé datos. En realidad las cifras son irrelevantes. Se trata de hacerse una idea de la orden de magnitud).
El resultado de esta estimación dice que puede haber unos 8.000 jóvenes en España que se tomen el ciclismo medianamente en serio. Pongamos que de esos 8.000, una décima parte aspire a ser profesional, se lo tome muy en serio y descuide los estudios.
Entiendo que estar entre los 400 mejores ciclistas junior de España es estar muy arriba, ser muy bueno en tu localidad y con tus amigos. Puede suponer un generador de ilusiones. Pero, ¿cuántos nombre de ciclistas españoles profesionales en activo tenemos en la cabeza?
Alguno de ellos ingresa varios millones de euros al año. Supongo que esas cifras trastocan el entendimiento.
Sin embargo, el riesgo también es necesario. Apostar por empresas altas es imprescindible para el amor propio y el disfrute verdadero. ¿Cómo se compaginan las dos querencias?
No tengo respuestas. Supongo que nadie las tiene para todos.
Yo, por si acaso, le he hecho una entrevista a Manuel (y a su tío Miguel, el ganador del premio), para que vaya aprendiendo a hablar delante de una cámara, por si algún día tiene que responder a miríadas de periodistas que le asedien.
Doy las gracias a Ford y a la Real Federación Española de ciclismo por todas las facilidades que han dado a km77.com para la realización de este concurso.
Enhorabuena a los premiados, se lo han currado. Enhorabuena a km77 por la iniciativa.
P.D. D. Javier, ya sabemos porque no hace videos mas a menudo. Mucho mejor las fotos 😀
http://www.ine.es/varipc/verVariaciones.do;jsessionid=51049CCFB4E8BE3D6E19F979121A4B64.varipc02?mesini=Agosto&anyoini=1968&mesfin=Agosto&anyofin=2011&tipoindice=General+Nacional&enviar=Calcular
Chorri, no uso el bitly y esas zarandazas modelnas.
2.096,9%
Un millón de pelas de 1968 son 126.026€ de ayer mismo.
Por esas fechas por fin cambiamos de casa (1971) y abandonamos para siempre el hacinamiento, creo que costó 300.000 pts, unos 32.400€ de ahora.
Saludos. E.
Fe de erratas: Zarandahas. 🙂
Disculpe por empezar a desviar tan pronto el tema.
Una bonita iniciativa de su blog, sr. Moltó. También es bueno ver como un chico joven que le encanta el ciclismo ha obtenido el premio y la utilizará.
Esperemos que si algun dia llega a profesional, la figura del ciclista no sea la que la mayor parte de la sociedad tiene ahora en mente, y es que si hay un deporte donde las palabras esfuerzo y trabajo són importantes, éste es el ciclismo.
La bici es espectacular, lástima de algunos colores que en su momento me echaron atrás de optar a ella.
Salud!
¡Señor Moltó, por favor!
«El equivalente ahora quizá no aparente ser tanto porque una buena parte de la sociedad tiene sueldos altos, pero en aquella época eran pocos quienes tenían un buen sueldo».
Le rogaría que hiciese una incursión en paginas que tengan estadísticas serias sobre la renta per cápita de los españoles, con datos históricos a ser posible. Y cuando digo serias me refiero a que no se limite a la manida y mentirosa media aritmética. Que figuren, los cuartiles, por lo menos la mediana, coño, que esa es fiel a la realidad. Y, por supuesto, para todas las provincias y separando rentas del trabajo (por cuenta ajena, se entiende) de las rentas del capital y del patrimonio.
Y una vez informado convenientemente sobre la valoración actual del trabajo, del capital y del patrimonio, le rogaría que calculase la proporción entre la mediana del salario actual (la mayoría de los españoles trabajamos por cuenta ajena) en relación a una barra de pan o a un piso de 100 m2 en la capital de la misma provincia en que haya cogido el sueldo. Y haga lo mismo con un sueldo de hace 40 años.
Hace 40 años un obrero cualquiera compraba una casa digna con un solo salario. Y la pagaba a tiempo para poder pagar (algunos) otras cosas, como el instituto de los hijos, o una segunda vivienda, coches, etc.
Hoy en día ¿Cuántos jóvenes no ingresan ni un duro? Porque eso hace bajar la media, la mediana y todo lo demás. Y los que trabajan, los veo alrededor mío, pese a toda su flamante titulación cobran una parte de lo que cobraba yo con su edad. Y eso sin aplicar la pérdida de valor de la moneda. Si uno echa esa cuenta dan ganas de salir a la calle a quemar multinacionales, que son (si lo sabré yo) las que están tirando el trabajo por los suelos, directamente y a través de las sucesivas contratas.
Se lo ruego, infórmese mejor. Que esto no es cosa de ideologías o pareceres. Que los que ya lo vivieron nos lo están contando: Está pasándonos lo que a Argentina y Venezuela hace 50 y 40 años. Estamos dejando de ser un país donde hacer negocios, donde trabajar y, lo peor, donde vivir ni medio decentemente.