Hoy era el día. Javier fdez y Pablo, los ganadores del concurso para asistir al curso de conducción de Saab, el Saab Performance Program, han estado en Madrid en el curso de conducción.
Javier ha venido desde Granada y Pablo desde Flix, una localidad de la provincia de Tarragona. Javier ha venido en coche hasta la redacción. Ha salido antes de las cuatro de la mañana. Pablo también ha madrugado y ha llegado en tren hasta Atocha, donde lo hemos recogido.
Hemos ido al curso con el Golf de 100.000 kilómetros de km77.com. Los dos lo han conducido, para probar el cambio DSG. Pocos o ningún automático había pasado por sus manos.
Ha sido un placer especial pasar el día con ellos. Les he acompañado dentro del coche en todas las pruebas del curso de conducción. Ha sido como estar en un parque de atracciones. Primero la montaña rusa, luego el oso invasor, tercero el espejo refractario y cuarto el abismo de las princesas enamoradas. Hemos salido sonrientes y felices de todos los retos. Hemos ganado siempre, hasta cuando conducía yo, que ya es ganar.
Miren, aquí los tienen. ¿En qué número acaba la matrícula del Saab? No estaba preparado. Me he fijado al mirar la foto. A la izquierda Javier (llamémosle Luis, por ejemplo) y a la derecha Pablo, al que podemos llamar Pablo.
Alumnos aplicados durante la explicación, tomaban apuntes:
Manuel Alcázar, director general de Saab en España nos presentaba la nueva etapa de la marca a todos.
Ante la explicación de la atracción más atractiva: el contravolante inesperado.
Otra atracción que no nos quisimos perder. Un slalon. Luis Javier al volante. ¡Qué bien lo hace! Pablo está de acuerdo y le aplaude. En el retrovisor, doble ojo. El de Luis fijo en los conos y el objetivo de la cámara.
Aquí quien conduce es Pablo. No es el Saab. Es nuestro Golf. Muchos de los responsables de Saab lo reconocieron al llegar. Es un coche famoso.
Un día maravilloso para todos. A última hora, en el AVE que me lleva a Barcelona a un asunto que no tiene nada que ver pero que seguro que aparece en este blog de una forma u otra, sale el arcoiris. Sale, como el sol y la luna. Es la última sorpresa del día.
La primera sorpresa fue pronto por la mañana. Luis se presentó con un regalo. Bueno con dos. Uno para mí y otro para mi mujer. Mi regalo era una caja de madera pintada y barnizada a la que he prestado poca atención con las prisas. ¿Saben de qué estaba llena? Sí, lo saben. De sugus. Gracias Luis. Ha sido un detallazo que me ha encantado. Los sugus de km77.com ya no son virtuales. Son de verdad, pero para recogerlos hay que venir a la redacción.
Pronto (cuando las tengan escritas) publicaremos las crónicas de Luis Javier y de Pablo.