Tengo amigos y conocidos que pasan miedo cuando van sentados a la derecha del conductor. Sufren. yo he llevado a acompañantes en el coche a los que veo frenar con desespero en alguna ocasión mientras yo todavía acelero.
Hoy he comido sentado en el asiento de la derecha de Alberto Hevia, Campeón de España de Rallies. Ahora, mientras escribo estas líneas, está peleando contra el frío, quién sabe si el hielo y los neumáticos forzosamente inadaptados por las carretras del Primer Rally RACE – Comunidad de Madrid.
Están obligados a utilizar el mismo juego de neumáticos en un tramo de 5 vueltas al Circuito del Jarama, con su asfalto abrasivo que destroza los neumáticos, por lo que convendría un neumático liso con la goma más dura, y en un frío tramo de la Sierra de Madrid, quizá con placas de hielo en alguna frenada en bajada, donde el neumático que se requiere es de goma blanda como chicle, para que se agarre todo lo posible a cualquier tipo de superficie.
Veremos cómo les va a Alberto y a su copiloto Alberto con su Škoda Fabia S2000 y esa elección de gomar intermedias que anunciaba hoy en la comida que iba a utilizar.
Pero hoy no quiero hablar de Alberto Hevia, ni de su copiloto Alberto Iglesias, ni de su coche. Hablaré de ellos pronto.
Hoy de lo que quiero hablar es del asiento de la derecha, del que ocupa Alberto Iglesias.
Los periodistas ocupamos a veces el asiento de la derecha mientras un piloto profesional conduce y nos muestra su capacidad para ir rápido. Yo no sé cuántas veces he ido con profesionales de primera en coches de quitar el hipo. Varias veces.
Nunca he pasado miedo, pero lo cierto es que nunca he ido con un piloto de rallies por un tramo de rallies. Me imagino que ira a la velocidad a la que me han llevado, pero con un barranco negro a tu lado debe cambiar radicalmente la perspectiva. En los circuitos se ven las cosas de otra manera.
Mientras hablábamos hoy en la comida entre los periodistas sobre si habíamos pasado miedo o no al ir en el asiento de la derecha, Pipo López, que escribe de rallies en el Diario AS y que ha seguido el Mundial de Rallies durante muchos años (y que espero que lo siga siguiendo) ha contado una anécdota divertida. Yo decía que no había pasado miedo y él me contestaba:
— Claro, porque tú no te has subido al lado de Grönholm y mientras te subías al coche te decía: «Ahora te vas enterar de cómo conduzco yo. Quiero que al bajar vayas a ver a Carlos (Sainz) y se lo cuentes.»
Si me dicen eso al subirme en un coche de carreras con uno de esos pilotillos (Grónholm, por ejemplo) que deciden que el freno sólo es útil cuando uno ya ha entrado varios metros en el barranco, y más si me lo dicen justo antes de acelerar como un poseso por un tramo de esos de tierra de hielo del RAC británico, creo que no me llegaría el brazo para cerrar la puerta del coche.
Me ha hecho gracia también el argumento de Pipo para no pasar miedo. «Siempre pienso que seguro que el que conduce tiene mucho más dinero que yo. Si tiene mucho más dinero que yo, seguro que quiere seguir viviendo, por lo menos tanto como yo.» (¿Sería rico Antonio Pizzonia, Pipo?)
Albertos, suerte esta noche y mañana. (A Alberto Hevia todo el mundo le llama Berti, pero yo lo he conocido hoy. Un hombre encantador. Les hablaré pronto de él con más detalle.)
Esta mañana he estado en el Jarama viendo el Shakedown. Que pena, Javier que no nos hallamos cruzado para saludarnos.
He estado muy poco tiempo, pero he visto la última hora del entreno y he hablado con Xevi Pons, ya que había poca gente estaban todos muy accesibles.
Le he preguntado que habiendo 15 vueltas de tramo cronometrado al Jarama, que si iba a poner una puesta punto más circuitera.
Me ha dicho que lo iban a endurecer muy poco, que si no luego en las zonas lentas y resbaladizas les penalizaría mucho.
Aqui en Asturias, su tierra, Berti Hevia es un piloto muy admirado. Es una pieza clave en el panorama de rallies actual tanto a nivel nacional como regional. Un placer verlo pasar «volando» por los tramos.
Miedo, miedo, no suelo pasar. Pero me gusta ser yo el que conduce.
Si considero que quien conduce lo hace muy bien y es él quien lleva al coche y no al revés, no paso miedo. Si no es así, no voy a gusto en el asiento de la derecha (o detrás).
Sólo he tenido la suerte de ir de acompañante con un piloto experto una vez, en circuito. No pasé miedo en ningún momento, pero sí fue muy emocionante, divertidísimo y una cura de humildad brutal.
Saludos.
Lo pongo aquí: en la prueba del Sharan, el vídeo en el que el aparcamiento automático no funciona correctamente aparece como «privado» y no puedo verlo.
Sr. Moltó. ¿No le contó el estimado Sr. López si pasó miedo cuando le «vació» los ceniceros a un Ford Fiesta Bioethanol durante un test en la isla de Tenerife hace cuatro años?
(Disculpar: Creo que faltan las prestaciones de la última prueba que han publicado: Sharan 2.0 TDI 140 con DSG.).
Lo más cerca que yo he estado de esa experiencia fue al montarme con José Antonio Zorrilla en la prueba en circuito de la gama de vehículos Abarth (concretamente un Punto Evo, que me interesa sobremanera), y aunque no pasaba de tercera en un circuito de karts, debo admitir vergonzosamente que me bajé mareado. No quiero ni imaginar lo que debe ser ir en una carretera comarcal con un coche con el doble de caballos, cambio con desarrollo mucho más corto, suspensiones y neumáticos de competición. Y eso, mientras te juegas la victoria en un rally. Además, debes leer las notas correctamente, o te vas por el barranco abajo. Ahí no se tiene miedo, lo que se tiene es fe (en el piloto o en Dios, cada uno con sus creencias).