Con el SEAT León FR, realizamos la tercera entrega de las pruebas de los sistemas de control de velocidad de crucero adaptativa, reconocimiento de señales y guiado por el centro del carril.
Con respecto a los dos coches anteriormente usados (el BMW Serie 8 850d xDrive y el Toyota Corolla GR Sport), este SEAT León se asemeja más al comportamiento realizado por el Toyota Corolla GR Sport, sin embargo tiene varias diferencias importantes.
Conducción sin sobresaltos
La primera de ellas, es una clara superioridad en el comportamiento del guiado por el centro de carril del coche tanto en autopista como por carretera. El coche no requiere que estés con las manos apretando el volante, con tan solo tocarlo ya detecta que estás atento y acciona los sistemas. Salvo por contadas excepciones, el coche se ha mantenido perfectamente en el centro del carril con pocos zigzagueos por el mismo. Donde más se han notado los fallos, es en curvas a las que pasamos a una velocidad mayor que la recomendada. Cuando realizamos esa misma trayectoria a una velocidad menor, el coche pasó por ella sin problemas.
Otra de las mejoras, es que el SEAT León no tiene esa querencia por acercarse a los coches que tenía el Toyota, si bien es cierto que, cuando vamos detrás de un coche y este se cambia de carril, el León tiende a seguirle.
Una de las ayudas más cómodas que posee este SEAT León es el asistente de salida en tráfico. A diferencia del Toyota Corolla y del BMW Serie 8 850d xDrive, El SEAT León reanuda la marcha por sí mismo en situaciones de tráfico. Tan solo se vuelve manual el sistema una vez haya pasado varios minutos desde la parada.
Torpe en los adelantamientos
La mayor mejora del Toyota Corolla con respecto al SEAT León es que a este último le cuesta de sobremanera los adelantamientos. Da igual en qué modo de conducción los hagas, ya sea en ECO, Normal o Sport. Estos van a ser torpes ya que el coche no comienza a acelerar una vez pulsado el intermitente para iniciar la maniobra de adelantamiento. El coche acelera una vez te hayas cambiado de carril y este detecte que no haya ningún coche por delante. Como resultado, los adelantamientos son lentos y torpes, teniendo que esperar a que haya muy poco tráfico para poder realizarlos con el control de crucero adaptativo.
Esta “torpeza” puede ser en mayor parte debida a que el SEAT León es muy prudente con la distancia que deja con respecto al coche de delante. Tanto es así que si un coche a mayor velocidad te adelanta y el León detecta que no está en la distancia programada, éste frenará a pesar de que el otro coche vaya más rápido y no sea ningún peligro.
Sin embargo, la mayor pega que podemos achacar a este SEAT León es que no avisa cuando el sistema de mantenimiento de carril se desconecta. Si accionas el intermitente, el sistema deja de aplicar fuerza por lo que el control pasa a manos del conductor sin avisar de ninguna manera. No obstante, esta es una pega que se le puede achacar a todos los coches que hemos probado hasta la fecha.
Por lo general, el sistema es satisfactorio salvo estos pequeños fallos.
Conductor siempre alerta
La forma en que conducimos estos coches no es la forma en la que deben ser conducidos. Lo hacemos así con el único propósito de probar estos sistemas. La responsabilidad es siempre del conductor y estos sistemas no están pensados en ningún momento para sustituirle, sino para ayudarle.