Como es otoño, y ya que estamos en Madrid, recomiendo para quien quiera sufrir y disfrutar «Sonata de Otoño» de Ingmar Bergman, en el Teatro Bellas Artes. Nuria Gallardo (que afina) y Marisa Paredes (que no siempre encuentra el tono de la frialdad en un papel dificilísimo) roban el alma del espectador durante un buen rato sin intermedio (no tengo ni idea de cuánto dura la obra). Está en cartel hasta el 26 de octubre.
Por cierto, esta obra la patrocina Mercedes-Benz. Una buena justificación para meterla en este blog.
Fui ayer. Los espectadores tosían, hacían ruido con papeles y abanicos, o hablaban. En una obra reciente en el teatro de la Plaza de Lavapiés (Creo que era «Presas», excelente) le pedí a mi vecino de silla en el intermedio que dejara de exclamar y de comentar cada escena. Se enfadó. «Nunca nadie me ha llamado la atención en el teatro» me dice. «Yo lo vivo así y usted no es nadie para decirme cómo tengo que comportarme».
Me cambié de sitio. Sin silencio no hay teatro.