Lo tengo ligado por ahí, en enlaces recomendados. Yo que soy joven y artista le voy a hacer hoy el favor a Rafael Reig de copiar entero su artículo en mi blog. Como soy artista, y joven, le doy permiso para que copie cualqueira de mis artículos. Justa correspondencia. (Pobrecillo, así es la vida)
Rafael Reig es bueno entre los buenos. Él sí es uno de esos que piensa por libre. Yo no estoy de acuerdo con él en muchas de las cosas que dice. Pero siempre, siempre (casi siempre) se le ocurre algo que a mí no se me hubiera ocurrido, tiene una idea rozagante, borda los vericuetos y escribe con pulcritud esférica. Rafael Reig acapara la lucidez. Eso es trampa.
Aquí está su artículo:
http://blogs.publico.es/rafaelreig/449/montar-un-belen/
Y aquí lo copio aquí (Contesta a una persona que se queja de que retiren belenes de navidad de instituciones públicas)
Ganas dan de utilizar la expresión “no quiero meterme en belenes”, que la Moliner explica como “asunto que se presenta complicado y expuesto a disgustos”. Sin embargo, no parece tan complicado: vivimos en un Estado laico. O por lo menos lo intentamos. Por tanto, los símbolos religiosos no pintan nada en espacios públicos, que compartimos ateos, católicos, musulmanes y adoradores de Manitú. Comprendo que sea difícil de entender, con este Gobierno que no hace más que genuflexiones ante los curas y soltarles pasta sin parar.
Nadie le impide poner diez mil belenes en espacios privados y quedarse tan a gusto. Pero no es suficiente, ¿verdad? Los católicos son como los jóvenes artistas: no les basta con saber que son genios, necesitan que todos los demás nos demos por enterados. Tienen que dar testimonio de su fe (y hay que reírles la gracia). Por ese motivo, todo joven con inquietudes artísticas se convierte sin remedio en un pelmazo, una carga para sus seres queridos y una amenaza para la paz social. La única defensa es seguirles la corriente: vale, tío, ya sé que tienes una creatividad desbordante, basta con mirar tus zapatos, pero no hace falta que me recites un poema en la oficina. Con ustedes pasa igual: oído, barra, son unos santos, pero no nos lo llenen todo de crucifijos, que no es indispensable.
Como los jóvenes artistas, los católicos también se sienten excepcionales e incomprendidos, en posesión de una verdad superior que les enfrenta, en general, a esta mezquina y prosaica sociedad, y más en particular a sus señores padres. Lo malo de ustedes es que lo suyo a menudo ni siquiera se pasa con la edad. Qué le vamos a hacer: genios incomprendidos de más de cuarenta. Dan pena, pero siempre les quedará, para consolarse, la fe en la gloria póstuma.
Hola a todos.
Supongo que tu amigo Rafael no comprará regalos a nadie en Navidad, ni invitará a su pareja en San Valentín a una cena romántica, ni comerá huevo de Pascua, ni llevará anillo en su dedo anular. Tampoco adquirirá libros en San Jorge – San Jordi también vale-, ni le verá utilidad a las misiones que tiene la Iglesia en los países en los que la gente sufre calamidades. Tampoco querrá nunca ser atendido por monja ninguna en el hospital de turno y por supuesto pensará que Cáritas es como la cosa nostra como mínimo.
No se puede tener la cara tan dura de aceptar sólo lo que nos interesa de la religión católica y lo que no venderlo como una forma de discriminación hacia otras religiones minoritarias ( que no significa que sean menos importantes ). Espero que en la próxima entrega de su blog proponga reformatear el calendario y las festividades anuales como mínimo. También espero que proponga que la Semana Santa no pase por calles públicas al igual que ha propuesto suprimir los belenes en lugares públicos. ¿Le hacen algún daño?
Y puestos a desintegrar, fulmine el ministerio de la mujer, ese que gestiona a su antojo la ahijada de Chaves, porque supone una discriminación hacia el hombre porque no existe ni un instituto del hombre ni uno de los transexuales.
Y que el Gobierno siga «soltando pasta» a los partidos políticos y sindicatos – su retroalimentación – que eso sí que es indispensable, aunque no acudan a las sesiones del Parlamento a representarnos, pero sí viajen a Pekín 2008 a gastos pagados.
No todos los católicos somos cófrades ni componentes del Opus Dei, ni nos sentimos mártires, ni compartimos a pies juntillas las doctrinas de la Iglesia. Creemos en un mensaje, por desgracia manipulado a lo largo de la historia por todos los profetas de todas las religiones, pero por lo menos creemos en algo que consigue intentar hacer el bien a los demás; esto no es incompatible con la libertad del hombre, que para eso estamos aquí, para vivir la vida, y hasta para hablar de creencias personales en un blog inicialmente de coches. ¿En qué creen ustedes?
Saludos desde Zgz.
Hola Altro,
(Rafael Reig no es mi amigo. No lo conozco de nada)
Yo no creo en nada, que yo sepa.
Lo sublime de su artículo, a mi juicio, es la ilación entre el comportamiento del católico y el artista adolescente. No por la caricatura del católico, sino del artista adolescente que en muchas ocasiones renegará de los católicos. Al que da caña, en realidad, es al «artista» jovenzuelo.
A mí no me hacen ningún daño los belenes. Soy ateo. Los belenes me hacen gracia. Como cuando veo los curas vestidos de esa forma por la calle. No entiendo nada. No me parece comprensible que esas cosas privadas deban exponerse en lugares públicos. No me molestan, igual que no me molesta ver por la ventana cuando se masturba mi vecino. Con no mirar me basta. Pero no creo que mucha gente aceptara que lo hiciera en mitad de la calle. A mí me resulta indiferente, pero entiendo que a mucha gente no.
Espero que no le haya molestado que Rafael Reig y yo opinemos de belenes y de artistas adolescentes. Veo más razones para no molestarse porque alguien pueda escribir lo que piensa en un lugar privado, que para no cuestionar la colocación de belenes en espacios públicos.
A mí me parece muy bien que usted sea creyente. Yo soy ateo. Usted dice lo que piensa. Yo también. Le pido que no se moleste, que no lo merece.
Estoy de acuerdo en que el principal problema de la gestión del dinero público no son los belenes. Pero uno no puede escribir sobre todas las cosas a la vez. Unas veces sobre los belenes, otras sobre la corrupción, otras sobre los límites de velocidad y otras sobre los coches eléctricos.
No hay ninguna molestia en aceptar opiniones si se expresan con educación y tolerancia.
Todas las religiones han frenado más que han favorecido el desarrollo del hombre, pero no puedo ignorar que en la sociedad en que vivo hay una serie de costumbres con fundamento religioso tanto para los creyentes como para los ateos. Si se está en contra de determinadas cosas, se debe ser coherente y estar en contra de todo el conjunto de esas costumbres. Votemos, y si es aprobado por la mayoría, reinventemos el calendario -que actualmente se basa en costumbres religiosas- y eliminemos todo rastro de cualquier religión en la vida pública.
Y no creo que los jóvenes artistas con verdadero talento necesiten demostrar su arte por reiteración y pesadez. Más bien veo que los artistas mediocres son los que basan su valía en llamar como sea la atención aunque no sea por su obra ( ésta suele pasar desapercibida).
Un saludo.
Gracias Altro.
A mí me gustan las catedrales aunque sea ateo. Y ocupan espacios públicos. Me parecería una barbaridad derribar las catedrales. Me gusta ser coherente, pero si la condición de coherencia implica que por solicitar que se quiten los belenes y los crucifijos de los lugares públicos tenemos que solicitar también que se derriben las catedrales, me lo tengo que pensar.
Yo no compro regalos en navidad, ni llevo anillo, ni invito a nadie por San Valentín, pero sí como huevos de Pascua. ¿De verdad me comporto de forma incoherente? ¿Si no hubiera Pascua no habría huevos de chocolate?
No me importa que las fiestas coincidan con fiestas religiosas, para facilitar que acudan a misa quienes sienten la obligación de hacerlo. No me parece mal hacerlo coincidir. Por mí preferiría que coincidieran siempre con viernes o lunes, pero entiendo que hay gente que siente la obligación de ir a misa.
Tenemos que convivir, con creencias diferentes Y sin creencias. Pero no entiendo en qué beneficia a la convivencia que haya un crucifijo en las aulas, un lugar en el que hay menores de edad. A mí no me parece correcto en los colegios públicos (por ejemplo).
El crucifijo me parece más pernicioso que los belenes, porque se introduce la creencia, en un lugar preeminente, donde se divulga la ciencia. A mi juicio son dos conceptos incompatibles.
Buenos días a todos. Aunque suelo leer blogs, no me gusta escribir comentarios en ellos porque creo que la expresión escrita deja de lado muchos matices que no se pierden en una conversación cara a cara. Pero aquí va mi aportación dirigida, sobre todo, a los católicos, pero también a cualquier creyente de cualquier otra religión «teista»
-¿Debemos ser «tolerantes» con las ocupaciones de un espacio público que hacen las procesiones de semana santa y no con los «botellones»? ¿Debemos serlo con los casales falleros que están día y noche con el «chunda chunda» a tope en sus altavoces? ¿también con otras «tradiciones» tan instauradas como el lanzamiento de animales desde campanarios (por cierto, ¡vaya uso para un lugar como ese!)? ¿Por qué siempre se pone la excusa de la tradición para defender cosas de este tipo? Si vamos por este camino, se puede defender cualquier causa, ya que para un joven de 30 años, una tradición es algo que empezó a hacerse hace 10 años.
-Respecto a las fiestas «religiosas», desgraciadamente para los católicos, su origen no lo es tanto; podríamos, por ejemplo, volver a celebrar el solsticio de invierno. (http://blogs.publico.es/mauroentrialgo/wp-content/files/2008/11/398.gif). Y el tal «San Valentín» ¿es santo porque murió defendiendo el derecho a invitar a tu pareja a una cena romántica?
-Eso de «por lo menos creemos en algo que consigue intentar hacer el bien a los demás» ¿a qué viene? ¿acaso creéis que el resto creemos en algo que consigue intentar hacer el mal a los demás? (por cierto, hasta los que se autoinmolan también creen que están haciendo el bien a los demás). Personalmento soy más de aquellos de «déjame en paz, que no me quiero salvar y que me dejen peor que mal» (algo salvable debía tener Víctor Manuel)
-Podemos hablar de creencias. Yo tampoco creo en nada ¿Aún creéis en Papa Noel o en los Reyes Magos? ¿Por qué seguís creyendo en un padre todopoderoso que todo lo ve que cuida por vosotros y con el que os reuniréis cuando muráis? Igual se podría creer en el Monstruo de Espagueti Volador. Y, ya puestos, ¿por qué creéis en un solo dios y no en muchos? ¿No os habéis parado a pensar que no es algo en lo que creáis, sino algo que habéis mamado desde que erais tiernos y muy influenciables infantes (no es vuestra creencia, sino la de vuestros padres, inculcada por ellos?
-Aclaración, sí creo en algo. Creo que no se debe imponer a un niño a la vision de tipos medio desnudos, masocas, sangrando y en poses exhibicionistas (http://www.badajoz.org/amigoscatedral/proce8,2.jpg). Creo que no debo bautizar a mi hija, pero que no debo oponerme a que ella lo haga cuando sea mayor de edad (aunque sí criticar que lo haga); al igual que creo que tampoco debo afiliarla a un partido político y respetar su decisión de hacerlo, incluso a ANV (aunque, ella deberá seguir respetando mi derecho a criticar su decisión). Es más, creo que sería más justificable apuntarla a un partido político o hacerla socia de un club de fútbol que bautizarla, ya que en los dos primeros casos puede borrarse en cuanto quiera, mientras que en el otro…
-Cuando llega San Juan y me dicen «¡Felicidades!» siempre pregunto ¿por qué? Y la verdad, creo que es una pregunta más que justificada
-A pesar de todo, Feliz Navidad (aunque «Feliz cambio de estación» sería más apropiado) y, sobre todo, Próspero Año Nuevo.
Saludos.
Hola Juanjo (¡¡vaya nombre compuesto de profetas tienes!!)
– Ser creyente no te convierte en mejor ni peor persona que un ateo, pero si uno quiere respetar sus creencias mínimamente está obligado a hacer el bien a los demás. Esto no es excluyente, los ateos también tienen libertad de actuación pero es verdad que en ciertos aspectos de su vida se ven «obligadas» por la sociedad a seguir costumbres religiosas, como por ej. calendarios, santos y rituales varios. Ya dije que cuando alguien proponga eliminar esta «imposición», votaremos la opción más conveniente para todos y ya está. Víctor Manuel no creo por otra parte que sea un modelo de nada. Tenías que ver la casa que tiene en Menorca ( ser «socialista» lo deja sólo para apoyar a ZP y su SGAE ).
– Yo no soy practicante ni creo que sea necesario hacer demostraciones absurdas de Fe. La Biblia es sólo un libro muy entretenido que escribieron unos señores; si se puede tergiversar una noticia de un periódico, imagínese como se puede manipular la historia a conveniencia;ninguno de los (siete) evangelistas conocieron personalmente a Jesús ni estuvieron en la última cena, ni tampoco Eva mordió nunca ninguna manzana, ni Dios nos controla. Al revés, se supone que desde la manzana Dios dijo a los hombres que se buscaran la vida. El problema es que en la Biblia se mezclan las metáforas con la historia verdadera, que puede coincidir o no con lo contado.
– Bautizarse es inocuo e indoloro, ahora bien, si le va a aparecer una enfermedad psicosomática por hacerlo, no lo hagas, por dios. Tienes razón cuando dices que es mejor que lo haga de mayor por voluntad propia. Nunca se debe imponer nada a nadie, es mejor hacerlo convencido.
– Creer en un Dios, Nirvana o similar es una elección personal. No es nada ingenúo hacerlo ni hace falta «mamarlo» creo yo. Yo creo que hay algo después de la muerte, pero respeto que tú creas que todo acaba aquí.
En fín, son temas demasiado extensos para escribir sobre ellos, además tengo que empezar a preparar la cena de Navidad.
Un saludo.
Buena cena, Altro. Que la disfrutéis mucho. Un abrazo.
Esto es muy bonito:
http://minchinela.com/repronto/2008/12/01/especial-navidad-%C2%BFcual-es-el-espiritu-de-la-navidad/