Tengo relación frecuente con putas. Una vez a la semana aproximadamente. Generalmente con más de una. Me relaciono con ellas en la Gran Vía madrileña. Camino de casa, a una hora cualquiera de la noche, están pegadas a los edificios o sentadas en la barandillas y me susurran palabras de amor, o algo parecido. Me llaman guapo, otras veces chato y casi siempre cariño.
Hoy, una puta ha saltado de la barandilla y se me ha agarrado del brazo. Me ven solo e intuyen que necesito cariño. «Llévame a dormir contigo» me dice en voz baja.
Me agarraba divertida.
— No, muchas gracias.
— ¿Por qué? ¿No te gusto?
La he mirado y la sonrisa por la pregunta todavía le estiraba la piel fina. Seguro que suave. La cara linda. Una mirada dulce.
— Eres muy guapa. ¿Cómo te llamas?
— Yasmín.
— Eres muy guapa, Yasmín.
— ¿Y por qué no quieres dormir conmigo?
Nunca una puta me ha pedido que duerma con ella. No digo nada y muevo la cabeza hacia los lados.
— Ese no es un motivo.
No tengo motivo. Me gustaría invitarla a tomar un café, saber cómo está, cómo la trata su chulo, si me cae bien, si le caigo bien, aunque sea por mi dinero. Si puedo invitarla a cenar y si nos lo pasaríamos bien cenando. Hay personas que no te gustan nada, por mucho dinero que tengan o por muy ricas que estén. No le propongo tomar café. Ella no me ha pedido que nos conozcamos, sino que durmamos juntos. No es exactamente lo mismo. Pero es linda y se me agarra al brazo. Quizá me tratara muy bien.
— No tengo motivo.
— Llévame. Te hago lo que quieras.
Todavía no ha dicho «cariño».
— No quiero que me hagas nada. Muchas gracias.
Se suelta del brazo y se va. Me deja solo. Hemos recorrido unos 50 metros juntos por la Gran Vía. Seguramente no la olvide.
Ándese con cuidado, que me han dicho que por Montera te agarran dos, una por cada lado, y en cuanto te descuidas te quitan la cartera y lo que lleves.
Por lo demás, una pena.
¿Puta? ¿No serìa un político haciendo campaña?
Ah, no. Estas chicas son más honradas.
Yo que usted Sr. Moltó no me mezclaría con gente rara sabiendo que no son de fiar, además, como dice #1, pueden aprovechara para sacarle la cartera… y a lo mejor buscarle una encerrona a punta de pistola o algo peor.
En éste mundo nadie se puede fiar de nadie, ni si quiera puede estar seguro de que usted mismo sea humano… xD
Salu2!!
«En éste mundo nadie se puede fiar de nadie, ni si quiera puede estar seguro de que usted mismo sea humano… xD»
Yo siempre he pensado que Javier Moltó es un Cylon, seguramente un hermano Cavil. Esa señorita seguramente era una número 3, lo cual explicaría que le resultase difícil evitar la tentación.
Putas de la Gran Vía? Yo le veo mas en los chalecitos de Arturo Soria o en algún club VIP por eso de gustarle lo bueno y caro… y además le aseguro que tienen mas conversación que las de esta calle emblemática, por que todos sabemos que lo que usted hace es simplemente sexo oral, esto es, hablar y hablar… Ande con cuidado que es usted muy confiado.
A lo mejor ella también quería tomar un café pero no sabía cómo decirlo…
Una mujer hábil. Desde luego que jamás un adiós, y un hasta luego es presuntuoso; mejor un abandono repentino y sin mediar palabra. A todos nos fastidia que nos abandonen; muy hábil.
«Seguramente no la olvide»; ya lo quisieran muchos técnicos de publicidad.
@ 6, Si marta, ella quería tomar un café y también quería tomar un plato de espaguetis con el Sr. Moltó y darse un besito como en la película de Disney «La dama y el vagabundo» mientras dibujan corazoncitos a la luz de las velas… (¿?) Era claramente una acción comercial orientada a la captación de un cliente nuevo (o fidelización, esto ya que nos lo cuente el Sr. Moltó) con el objetivo de conseguir su budget y mejorar su cuenta de resultados… «prostituere»: exhibir para la venta, un negocio presente desde los inicios de la humanidad… al menos en la Grecia antigua pagaban impuestos.
Como curiosidad, la prostitución no es un fenómeno único en el ser humano, los pingüinos y algunos monos también intercambian sexo por otros «bienes»… cada vez que voy al Faunia se me acercan con este fin.
Y una pregunta para los debates de Marta: hacer negocio con un producto, bien o servicio (como el sexo) o mejor dicho, especular con ello se puede hacer «no vendiéndolo» ¿no?, por ejemplo, si se que el trigo subirá en los próximos meses, no vendo hasta alcanzar un precio que me interese para vender… estoy haciendo negocio especulando con la «no venta»… hacer creer a otra persona que le vas a dar sexo (expectativas) y especular con ello (con la venta del «no sexo») sería también otra forma de prostituirse ¿no?… por lo tanto: ¿todos/as somos en definitiva prostitutas?.
@8 Freud
«…algunos monos también intercambian sexo por otros “bienes”… cada vez que voy al Faunia se me acercan con este fin.» ¿¿¿En serio los simios se le ponen tontorrones???
@9, verídico 100%, tanto en libertad como en cautividad algunos simios «venden» sexo… los bonobos lo hacen para conseguir comida… pero macho-hembra, hembra-hembra, macho-macho… estos últimos se frotan el pene o la «huevada» después de discutir como símbolo de aprecio mutuo… Los bonobos son muy parecidos al ser humano, y en este caso también, las hembras tienen un papel social más determinante e importante… es lo que tiene ver la TV a ciertas horas, me empapo de cultura animal…
Una bellísima historia Javier.
Muchas gracias.
Sr. Moltó: es Vd. un cardo.
La «profesional» solo quería colocar su producto.
Pida precio y sea generoso.
Haga de Richard Gere, Vd. puede.
@6-Marta. Su candidez me conmueve.
Jose, voy a mirar la peli otra vez a ver si aprendo de Richard Gere. Tiene razón, soy un cardo.
Gracias Juanpi.
Freud, yo no tengo ninguna duda de que soy prostituta. Vendo mi media neurona a cambio de un sueldo y otros venden su fuerza o su cuerpo. Eso sí. Me dejo la piel para vender mi media neurona dando el mejor servicio. Lo disfruto mucho más. (Luego sale como sale, no siempre se acierta)
Álvaro, son todas iguales. Todas se ponen melosas unos segundos. Cuando se dan cuenta de que el no es definitivo no pierden ni una décima de segundo más. En despedirse sin decir adiós son todas igual de hábiles.
Marta, es muy posible. Pero difícilmente querría tomarlo conmigo, que no me conocía de nada. ¿Tendré yo también mirada dulce?
Alkeno, no sé en qué lenguaje debería contestarle.
Davicico y Chandler, nunca me han robado ni atracado por la calle que yo recuerde (una vez cuando tenía unos 12 años, pero eso no cuenta) Si me roban alguna vez, mala suerte. No voy a dejar de pasear por donde me lleve el cuerpo.
EJ25MT5, lla analogía es buena. Los políticos en campaña se ponen zalameros y luego no dicen ni adiós ni si te he visto no me acuerdo. Que les den.
#nolesvotes
🙂
Hoy estoy contento, brindo con Gonet-Medeville. Una a su salud (y otra por Yasmin) 🙂
¡Albricias! Un post que no habla de coches 😉
#15 Melisa, es que el Sr. Moltó iba andando :-))
muy macondo…. muy garcia-marquez…. pero en la gran capital…. tiene su punto, romantico y urbano, pero indudablemente nostalgico… pudo haber sido una historia epica de amor….
Sí, Javier. Tú también tienes una mirada dulce. ¡Me ha encantado la entrada! A mi también me gustan las putas
Siempre más de un beso, Marta 🙂